Arzobispo de Granada. Javier Martínez Fernández nació en Madrid el 20 de diciembre de 1947, hijo de padres asturianos. Sus padres, Francisco y Pilar, fueron a Madrid muy jóvenes, con menos de veinte años, para abrirse camino en la vida. Inició sus estudios en un colegio laico del barrio de Argüelles, el colegio “Decroly”.

Ingresó en el Seminario de Madrid en 1959, siendo ordenado sacerdote el 3 de abril de 1972. Ejerció su primer ministerio pastoral en Casarrubuelos, una pequeña población al Sur de Madrid, hasta finales de 1974. En esos primeros años de ministerio comenzó su trabajo con grupos de jóvenes, colaborando a la recreación en Madrid de la Acción Católica General de Jóvenes, y también en la Escuela Diocesana de Cursillos de Cristiandad.
Estando en Casarrubuelos, obtuvo la Licenciatura en Teología Bíblica por la Universidad Pontificia de Comillas en 1973, con el tema de la memoria de licencia “Los orígenes de la tradición evangélica según la escuela escandinava”. Poco después, sería destinado al estudio: primero como becario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1975-77), para trabajar sobre el tema “El Hijo del Hombre. Contribución al estudio del sustrato arameo de los Evangelios”, y luego en el extranjero: tras un semestre en Alemania (Sankt Georgen, Frankfurt a. M.), estudió un año en la Escuela Bíblica Francesa de Jerusalén (curso 78-79) y, finalmente, hizo filología semítica en la Universidad Católica de América, en Washington, DC, donde permaneció desde el verano del 79 hasta febrero del 85, y donde se especializó en lengua y literatura siríaca. Allí fue profesor adjunto a la cátedra de siríaco, y obtuvo el doctorado con una tesis sobre la apocalíptica cristiana en Oriente en el período del surgir del Islam.
Durante todos estos años, no deja de trabajar pastoralmente, sobre todo con jóvenes. Ya en 1975, junto con otros jóvenes sacerdotes, pone en marcha unos campamentos para jóvenes en los Picos de Europa, y unos cursos de verano para formación de jóvenes en Ávila. También junto con esos sacerdotes, crea la asociación cultural “Nueva Tierra”, para educar a los jóvenes a un testimonio culturalmente significativo de su fe. Durante su estancia en Alemania, a través de un joven jesuita de Frankfurt, conoce el Movimiento “Comunión y Liberación”, que estaba por entonces empezando también en España, y al que se terminarían uniendo gran parte de los sacerdotes y de los jóvenes de la Asociación “Nueva Tierra”. Incluso en los años de estudio en el extranjero, durante los veranos, sigue organizando los campamentos y los cursos de formación de Ávila.
Su nombramiento como Obispo Auxiliar de Madrid se hizo público el 20 de marzo de 1985, apenas regresado de Estados Unidos. Fue ordenado Obispo el 11 de mayo de 1985. Como Obispo auxiliar, se ocupó sobre todo de la Pastoral Universitaria y de Juventud, y del Centro de Estudios Teológicos “San Dámaso”. Fue profesor de ese mismo Centro, y también en el Instituto Diocesano de Filología Clásica y Oriental “San Justino”, cuya creación impulsó. En Madrid, trabajó también en las áreas de Enseñanza, Catequesis, Familia y Medios de Comunicación Social.
El 15 de marzo de 1996 fue nombrado por Juan Pablo II Obispo de Córdoba, e inauguró su ministerio el 18 de mayo de 1996. Lo cierto es que esta diócesis la llevó de manera brillante, y su Seminario, el año en que se marchó (2003) gozaba de unas cifras poco comunes en las diócesis españolas, 47 seminaristas. Sobre su marcha de Córdoba dijo la cigueña “En Granada está Don Javier Martínez a quien sacaron de Córdoba por su oposición a un destacadísimo clérigo que desde la presidencia de CajaSur era factotum en Córdoba, Andalucía e incluso en parte del resto de España. En aquella lucha tan desigual ganó Goliat”.
El 15 de marzo del 2003 se hizo público su nombramiento como Arzobispo de Granada, e inauguró su ministerio en Granada el 1 de junio de ese mismo año. “Creo que Don Javier es hombre de grandes dotes intelectuales y a quien los contratiempos, en los que tal vez se embarcara con excelente voluntad pero sin contar con sus fuerzas, le han enseñado mucho. Hoy me parece un excelente arzobispo de Granada. Y odiado por el progresismo cosa que me parece una gran recomendación” decía la cigueña. Al llegar a Granada, entre las iniciativas que D. Javier ha puesto en marcha desde el año 2003, figura la creación del Centro Internacional para el Estudio del Oriente Cristiano (ICSCO). El Centro ofrece cursos de algunas lenguas del Oriente cristiano, así como viajes a los países en los que se conservan las tradiciones cristianas de Oriente y las comunidades que las transmiten.
También ha creado el Instituto de Teología “Lumen Gentium” y el Instituto de Filosofía “Edith Stein”. El Instituto de Teología “Lumen Gentium” está afiliado a la Facultad de Teología de “San Dámaso”, de Madrid. En él se forman los seminaristas de la Diócesis, y está abierto a otras personas interesadas en el estudio de la Teología. El Instituto de Filosofía “Edith Stein” quiere ser un lugar de estudio y de redescubrimiento de la Filosofía, según las orientaciones de la encíclica Fides et ratio, y también un lugar de creación y difusión de pensamiento cristiano en el mundo actual.
Igualmente, Javier ha creado la Editorial “Nuevo Inicio”, que publica obras de pensamiento cristiano, y el Centro Cultural Nuevo Inicio, que sirve a una mayor conciencia de lo que significa una cultura cristiana, y quiere ayudar desde la fe a iluminar las realidades de la vida y la cultura contemporáneas. En la Conferencia Episcopal ha sido miembro de las Comisiones de Enseñanza y Catequesis, de Medios de Comunicación Social, de Doctrina de la Fe, y de las Subcomisiones de Universidades y de Familia. Desde 1989 hasta 1993, fue miembro del Consejo Pontificio para el Diálogo con los no creyentes, y desde 1993 hasta 1998 ha sido miembro del nuevo Consejo Pontificio de la Cultura, que sustituyó al anterior. Desde 1998 es miembro del Consejo Pontificio para los Laicos.
En la Asamblea de los Obispos de las Provincias Eclesiásticas de Granada y Sevilla ha sido el Delegado para la Pastoral Social y de la Salud hasta diciembre del año 2000, y para la Catequesis hasta octubre de 2005. Ha participado en diversos Congresos internacionales relacionados con el Cristianismo Oriental o con los Padres de la Iglesia (Chicago, Varsovia, Gröningen, Leuven, Catania, Lyon). Es también miembro de distintas asociaciones científicas y culturales, entre las que destaca la International Association for Coptic Studies. El año que llegó a Granada, la diócesis contaba con 26 seminaristas. Este dato contrasta con los 17 de 2013. Aunque ya se sabe que ha habido una caída alarmante en los últimos tiempos, no dejan de ser malas noticias y una cuenta pendiente del arzobispo.
En 2007 fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 5 de Granada al pago de una multa de 3.750 euros por un delito de coacciones y una falta de injurias contra un sacerdote que lo denunció. En la sentencia, se absolvía al prelado de lesiones psicológicas y del delito contra la integridad moral y otro más de coacciones que también le atribuía la acusación, ejercida por el cura Francisco Javier Martínez Medina. Todo este asunto fue debido a la vinculación del sacerdote con CajaSur, con la cual no tenía buenas relaciones el prelado. En 2009 saltó a los medios cuando en una homilía comparó el aborto con un “genocidio silencioso”.
Dijo que la nueva ley sitúa a los profesionales sanitarios en situaciones “muy similares” a las de los oficiales de los campos de concentración nazi. La ley somete a los médicos y enfermeras, según Martínez, a “obligaciones” parecidas a las que tenían los soldados bajo el régimen de Hitler o Stalin. Para el arzobispo granadino, “matar a un niño indefenso” y que lo haga su madre da a los varones “licencia absoluta” para abusar del cuerpo de la mujer. “Pocas imágenes en la historia más tristes que la que han ofrecido nuestros parlamentarios aplaudiendo lo que por fin se ha convertido en un derecho: matar a niños en el seno de su madre. ¿Y a eso le llaman progreso?”, se preguntó Martínez. También generaron polémica unas palabras suyas en otra homilía en las que criticó la mentalidad de “pueblo subsidiado” de los españoles. Pidió un “cambio de mentalidad” de la población para superar la crisis y abandonar la “tradición paternalista de que sean otros los que nos solucionen el problema”.
Sobre la asignatura Educación para la ciudadanía, que se puso en los colegios españoles en la época socialista de Zapatero en 2006 dijo “Es una verdadera invasión de un derecho fundamental de los padres. Estarían justificadas la objeción de conciencia y la desobediencia civil”. Hubo reacciones de la Delegación del Gobierno protestando por esas palabras. Desde hace años, y en la medida en que sus responsabilidades pastorales se lo permiten, trabaja en la traducción española de las obras del Doctor de la Iglesia San Efrén de Nisibe.