Fue el obispo de Zamora.
Nació el 29 de diciembre de 1946 en la localidad madrileña de Villarejo de Salvanés, pueblo hoy enmarcado en la diócesis de Alcalá de Henares. Fue ordenado sacerdote el 20 de mayo de 1971, en la diócesis de Madrid.
Recién ordenado se desempeñó como Coadjutor de la parroquia de Colmenar de Oreja, con 25 años y hasta 1974. Realizó su especialización en Catequética, por el Instituto Católico de París, donde cursó estudios de 1974 a 1976. Posteriormente fue enviado a la parroquia de Santa Eugenia de Madrid, donde pasó 3 años. De ahí pasó a ser el Responsable del Departamento para los Adultos de la Delegación Diocesana de Catequesis.
En 1978 fue nombrado Capellán del Hospital Beata María Ana de Jesús. Ha sido además Director del Instituto de Teología a distancia de Madrid, a la vez que ayudaba en la parroquia de San Vicente Ferrer de Madrid, en el Barrio del Retiro. En 1995 fue nombrado por el Arzobispo de Madrid Delegado diocesano de Catequesis, mientras tanto ayudaba en la parroquia de San Ginés hasta que fue nombrado miembro del Consejo Presbiteral en 2003. Desde 2002 es además Profesor de Catequética en la Facultad de Teología San Dámaso.
El 15 de diciembre de 2006 fue nombrado Obispo de Zamora, en sustitución de Casimiro López Llorente, y tomó posesión de la diócesis el 4 de febrero de 2007, siendo consagrado por Antonio María Rouco, , con asistencia de numerosas autoridades eclesiásticas, como 35 obispos de España y Portugal.
Se refirió a su labor de Obispo en la carta pastoral para el año sacerdotal con estas palabras: “Servir, mis queridos hermanos, servir es lo nuestro. En esta sociedad de prisas somos el tiempo de Dios para los demás. Somos servidores de Dios, porque es a Él a quien hemos de despertar en el corazón de nuestras gentes. Somos servidores de Cristo porque Él nos ha llamado para ser imagen y transparencia suya en medio de su pueblo. Somos servidores de su Iglesia, que se concreta en esta querida diócesis de Zamora. Somos servidores de la comunión, por lo que me permito recordaros la riqueza que suponen para nuestra Iglesia los movimientos, las cofradías y asociaciones que también os están encomendadas. Somos servidores también de los sacramentos, especialmente de la eucaristía y de la reconciliación.
Somos servidores humildes de todos, y somos unos privilegiados, porque, por el mero hecho de ser sacerdotes, acompañamos a los hombres y mujeres de nuestro mundo en los momentos más importantes de su vida.” Terminó la Misa con las palabras: «Queridos hermanos, acabáis de tomar posesión de vuestro obispo. ¡Que Dios sea bendito y alabado!». En la diócesis de Zamora ha llevado a cabo una reforma administrativa para lidiar con la escasez de vocaciones.
En concreto ha fusionado varios arciprestazgos. Fue noticia en los medios de comunicación cuando pidió a los sacerdotes de su diócesis que dieran su próxima paga extraordinaria o parte de ella a Cáritas Diocesana para “expresar la cercanía a los más pobres”.
Además protagonizó un encuentro con los cófrades de la semana Santa, ya que marcó con firmeza la directiva de que no podía desligarse la Pasión de la Fe. La frase del Obispo que sirvió a muchos medios como titular fue “La semana Santa es mía”, los medios omitieron el añadido de “Yo soy obispo de Zamora y la Semana Santa tiene su raíz en la Iglesia y su origen es ese hecho central.”. Cinco años después de su llegada a Zamora diría en una entrevista: Me encuentro muy bien, parece que fue ayer la ordenación. No he tenido problemas gordos de ningún tipo y me encuentro bien acogido, siento el cariño de la gente. Me siento como se debe sentir un obispo que quiere ser sobre todo pastor de su pueblo y estar presente en la vida de su pueblo. Sobre la participación en política, hablando sobre las críticas de los Obispos al gobierno socialista, decía: «Nadie piensa que la moral cristiana debe ser impuesta, pero los obispos detectan cosas y dicen, cuidado, tengamos sensatez porque esto no es correcto.»
Sobre la renuncia de Benedicto XVI a la silla de Pedro, dijo el mismo día 11 de Febrero: “estoy impresionado, estoy muy afectado. Lo he querido mucho y ha tenido un pensamiento y una reflexión sobre la Iglesia y para la Iglesia, en estos momentos, de largo alcance”. El Pontificado de Benedicto XVI lo definió como “corto, pero intenso, con un nivel de reflexión y de pensamiento a los cristianos y al mundo de cómo está y hacia dónde va… creo que extraordinario. Tenemos que agradecer que es un gran pensador y una mente privilegiada la que Dios nos ha regalado con él en este principio de siglo. Este Papa yo creo que debe ser recordado como el Papa pensador, reflexionador… en fin, que ha hecho un gran bien no sólo a la Iglesia sino a la humanidad, y que está por asumir todo el contenido que él ha sembrado en estos años”.
En la CEE ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de 2008 a 2011. Desde 2011 es también miembro de la Comisión de Patrimonio Cultural.
Su lema episcopal es “Llamado a ser apóstol y consagrado al Evangelio de Dios”. Aquejado por problemas renales, tuvieron que extirparle un riñón, aunque él le quita hierro:
“En un chequeo por una gripe me detectaron tensión alta, descubrieron que un riñón no funcionaba y me lo tuvieron que quitar. Luego volví a entrar en el hospital como consecuencia de esa operación. Ahora no sé como estará por dentro el organismo, pero yo me siento muy bien y hago una vida normal.”