Arzobispo emérito de Burgos. Miembro del Opus Dei.
Francisco Gil Hellín, que nació en La Ñora, el 2 de julio de 1940, en sus comienzos realizó sus estudios primarios en el Colegio de la Merced de los Hermanos Maristas y sus estudios superiores de Filosofía y Teología en el Seminario diocesano de Murcia entre los años 1957 y 1964.

En 1966 Francisco Gil, se trasladó a Italia donde obtuvo la licenciatura de Teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de la ciudad de Roma hasta el año 1968, luego tras pasar un año más tarde en 1969 estudió Teología moral en la Pontificia Academia San Alfonso en Roma hasta 1970, que volvió a España para realizar un Doctorado en Teología Moral en la Universidad de Navarra, terminándolo en 1975.
Ordenado como sacerdote el día 21 de julio del año 1973. El mismo año ejerció como Canónigo Penitenciario en la ciudad de Albacete, hasta el año 1975 que lo fue en Valencia y también fue profesor de Teología en la Facultad Teológica San Vicente Ferrer hasta 1985 que se trasladó a Roma tras ser llamado por la Curia Romana para ser el Subsecretario del Pontificio Consejo para las Familias de la Santa Sede comenzando el día 3 de abril, hasta el año 1996, durante este periodo fue profesor en el Instituto Juan Pablo II, para estudios sobre el matrimonio y la familia durante 1985 y 1997, y también en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz durante 1986 y 1997.
En el año 1996 el papa Juan Pablo II le nombró Secretario del Dicasterio de la Curia Romana hasta el año 2002.
Fue ahí donde tuvo oportunidad de conocer al entonces Cardenal Bergoglio, del que diría al ser éste elegido Papa con el nombre de Francisco: “Me pareció un buen pastor, cariñoso, amable, humilde y dotado intelectualmente aunque no es un Ratzinger.”
Precisamente sobre los retos del pontificado de Francisco, aventuró que “si se siente con fuerzas lo que tendrá que hacer es clarificar bastantes cosas para que reine la sencillez y las estructuras sean más adecuadas, de manera que se ponga en marcha lo dicho en el Concilio Vaticano. Tiene la ventaja de que no es de la curia, no está atado y tiene las manos libres. Ojalá pueda esto beneficiar mucho para que la Iglesia no caiga en la burocracia”.
El papa Juan Pablo II, lo nombró en el año 1996 como Obispo titular de la Diócesis chipriota de Cizio, recibiendo el Sacramento del Orden el día 1 de junio de este mismo año, a manos del entonces Presidente del Pontificio Consejo para las Familias, el cardenal Alfonso López Trujillo, y como co-consagrantes de la ordenación el entonces Arzobispo de Valencia Mons. Agustín García-Gasco Vicente y también el entonces Secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede Giovanni Battista Re.
Fue nombrado Arzobispo de Burgos el 28 de marzo de 2002, siendo el primer Obispo del Opus Dei que nombró Juan Pablo II para España, dejando su cargo en la Santa Sede, y llamado a ser miembro del Comité de Presidencia del Pontificio Consejo para la Familia desde entonces.
Al llegar manifestaba lo grande que le resultaba la diócesis: “Grande en extensión, grande en sus gentes, grande en el número y calidad de sus sacerdotes, grande en la cuantía y ubicación de sus misioneros, grande en virtudes humanas, grande en su patrimonio artístico-cultural, grande en la dispersión y despoblación del mundo rural, grande en los retos que tiene planteados como Iglesia local. Una de las cosas que he percibido desde el primer momento es la capacidad de acogida, y las profundas raíces cristianas que poseen sus gentes. Desde otra perspectiva, también me han impresionado los retos que nos plantean las generaciones más jóvenes.”
Fue en esta sede en la que fue criticado desde algunos sectores por abandonar la casa del obispo e invertir más de 2 millones de Euros en restaurar el palacio arzobispal, que había dejado 30 años antes un predecesor suyo, para poder vivir en él. Aunque realmente García de Sierra, el predecesor que había abandonado el palacio, pudo tener voluntad ejemplarizante o testimonial, pero el nuevo edificio resultaba corto y escaso para las funciones previstas.
En 2010 erigió una parroquia al santo fundador de la realidad eclesial a la que pertenece, San Josemaría Escrivá, en Burgos.
A pesar de que lleva ya más de 10 años en Burgos , y de que, como dice, “Mi “obsesión”, mi santa “obsesión”, son las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada”, el seminario no remonta, y no alcanza todavía la decena de alumnos. Pero él lo tiene claro: “Lo primero que podemos hacer para suscitar las vocaciones es tomar cada vez más conciencia de que las vocaciones son un don de Dios, no una conquista nuestra. Ese don hay que pedirlo, como Jesucristo nos instó. Si queremos tener más vocaciones, todos hemos de rezar más y mejor. Esta oración ha de ser con los labios y con el cuerpo. Es decir, que hemos de mortificarnos, ofrecer sacrificios, horas de esfuerzo y de trabajo, enfermedades y contratiempos por el crecimiento de vocaciones. Cuando hablo de oración y sacrificio no me refiero sólo a los sacerdotes, sino a todo el pueblo cristiano, puesto que el responsable de las vocaciones es la comunidad cristiana entera: el obispo, los sacerdotes, los religiosos y los simples fieles. Por eso, hemos de hacer de nuestras parroquias comunidades orantes por las vocaciones.”
En la CEE ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde el año 2002 a 2011 y de la Comisión para el Clero de 2002 a 2005. En la actualidad es miembro de la Comisión Permanente en representación de la Provincia Eclesiástica de Burgos.
Don Francisco reconoce que la Iglesia tiene que aprender a comunicar mejor, y esa es una de las tareas que considera pendientes para los próximos años en España, pero sobre todo lo es la de la Evangelización: “Todos los que tenemos alguna responsabilidad en la Iglesia estamos urgidos a dar a conocer a Jesucristo con gozo, claridad y constancia. Jesucristo es la gran noticia que el mundo necesita conocer”
Además de múltiples artículos en diversas revistas de teología ha publicado siete Synopsis sobre distintos documentos del Concilio Vaticano II Gaudium et spes, Dei verbum, Lumen gentium, Presbyterorum ordinis, Sacrosanctum Concilium, Unitatis redintegratio, Dignitatis humanae y Christus Dominus, este último presentado en Roma en Mayo de 2013 por el Cardenal Marc Ouellet. Además ha publicado “El matrimonio y la vida conyugal”.
Sobre el papel de los laicos en la Iglesia considera don Francisco que los laicos son Iglesia. “Si tenemos en cuenta que ellos son la inmensísima mayoría de miembros de la Iglesia, comprenderá el grandísimo papel que les corresponde en la misión de la Iglesia. La parte que les corresponde a los seglares en la misión de la Iglesia es tan grande, que la Iglesia tendrá otro rostro el día en que ellos la asuman con toda responsabilidad y hondura.”
Proceder del Pontificio consejo de la familia le hace entender a Don Francisco que la solución a la crisis de la Iglesia pasa por la familia: “Si tenemos muchas familias que sean verdaderamente cristianas, tendremos una Iglesia más rica, más pujante, más misionera, con más vocaciones.”. El problema, dice don Francisco, es que “la familia es atacada con odio por toda una corte de becerros del poder, del dinero y del placer que no toleran que sea un dique de contención ante quienes van contra la ley natural, en los ochenta ya se intentó borrar la palabra familia, pero como no fue eficaz, se intenta ahora diluir su contenido específico. Uno de esos intentos es modificar y debilitar la comunión de hombre y mujer, disolviendo su complementariedad y asegurando que en cualquier momento se puede disolver el vínculo del matrimonio”
Él mismo ha reconocido en alguna ocasión que puede dar una imagen de frialdad aunque tiene un hablar suave y unas maneras elegantes muy del gusto vaticano, es un arzobispo muy discreto, que no acostumbra a aparecer en parroquias cerca de su grey.
El papa Francisco aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Burgos el 30 de octubre de 2015, siendo administrador apostólico hasta la toma de posesión de su sucesor, el 28 de noviembre de 2015. Desde entonces, reside en su Murcia natal.