Obispo emérito de Canarias. Nació en Orihuela (Alicante) el 23 de octubre de 1944. Cursó la enseñanza secundaria en el “Colegio Diocesano Santo Domingo” de Orihuela y los cursos filosóficos-teológicos en el Seminario Mayor diocesano.
Fue ordenado sacerdote el 14 de abril de 1968 en la Catedral de Orihuela. Entre 1975 y 1982 en Roma completó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde obtuvo la Licenciatura en Teología (1977) y realizó los cursos de Doctorado de Teología. En su ministerio ha desempeñado diversos cargos: los 7 primeros años, hasta 1975, fue secretario del Obispo de Orihuela (Pablo Barrachina), de 1982 a 1987 fue coadjutor de “Nuestra Señora del Rosario” en Alicante. Al mismo tiempo, del 82 al 94 fue secretario de Estudios en el Seminario Mayor y Menor de la diócesis. Esto lo compaginó con la enseñanza, siendo profesor de Eclesiología.
Fue Delegado Diocesano de Pastoral juvenil hasta 1990. De 1987 a 1990 fue Párroco de la “Inmaculada Concepción” en Alicante. En ese año es nombrado Vicario Episcopal de la ciudad de Alicante al mismo tiempo que es nombrado Rector del Seminario. El 22 de febrero de 1994 Francisco Cases Andreu fue nombrado Obispo Auxiliar de Orihuela-Alicante con la sede titular de Timici. El 10 de abril de 1994 recibió la ordenación episcopal en su ciudad natal, en la Iglesia del Colegio de Santo Domingo.
Cuando el cardenal Francisco Alvarez Martínez fue promovido a la sede de Toledo, Cases rigió la diócesis de Orihuela-Alicante como Administrador Diocesano desde el 25 de septiembre de 1995 al 23 de marzo de 1996. El 26 de junio de 1996 se hizo público el nombramiento de Mons. Francisco Cases como Obispo Diocesano de Albacete, en donde tomó posesión el 31 de Agosto del mismo año. El 26 de noviembre del año 2005, día de la dedicación de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias, fue nombrado obispo de Canarias por el papa Benedicto XVI, pasando a ocupar el número 68 en la lista de los pastores de la diócesis de Canarias.
El 27 de enero de 2006, toma posesión como obispo de la diócesis en la Catedral de santa Ana. El año 2006, año en que llega a Canarias, la diócesis contaba con 15 seminaristas. En 2013 hay 13, por tanto se puede decir que no ha habido mejoría, pero tampoco ha empeorado.
La diócesis de Albacete la dejó con 6 seminaristas. Cuando en España se puso encima de la mesa el desgraciado asunto del aborto, en el año 2009, por tanto durante el mandato socialista, el obispo Cases se manifestó diciendo “Que los nueve meses más seguros de la vida se conviertan en los más peligrosos es una desgracia social”. En 2012, durante un encuentro de periodistas, Cases habló sobre la polémica suscitada por el pregón de la Semana Santa de Valladolid, que iba a pronunciar la vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría “En este caso, tiene que haber unas exigencias mínimas. A la ponencia del Congreso socialista no se puede llamar a la señora Le Pen. No quiero hacer comparaciones. Sólo en el hecho de la contradicción que hay entre el contenido ideológico de una persona y de lo que se va a hacer en un determinado sitio. Lo que se va a hacer no es un acto simplemente social, es un anuncio de un hecho religioso” declaró el obispo canario.
En esa misma entrevista se manifestó sobre otro tema de actualidad en ese año, la participación de un sacerdote en el programa “Gran hermano” de Telecinco. “Me parece un esperpento” dijo el prelado. Dos días después de que se formalizara la renuncia al pontificado de Benedicto XVI, Cases aprovechó su homilía para afirmar que Benedicto XVI había sido el primero en mostrar “las deformaciones” de la fe cuando ésta se vive como sentimiento y rutina, “una fe que no empapa la vida sino que es superficial, fragmentaria e incoherente, cansada y tediosa, falta en consecuencia de alegría y entusiasmo”. “Benedicto XVI queda para todos nosotros particularmente como una referencia para ser creyente en el momento actual”, resaltó Cases.
Sobre el Concilio Vaticano II, con motivo de su 50 aniversario, dijo el prelado “Queda todo por hacer. Es necesario volver a leer y a estudiar el Concilio”. El Concilio fue “Un verdadero huracán, con una intensidad tremenda. La Iglesia estaba llamada a renovarse, aunque nosotros no éramos muy conscientes lo acogimos en el Seminario con una actitud muy positiva. Había un movimiento impresionante de renovación de la Iglesia”.
Añadió “Lo primero fue la reforma litúrgica, primer documento que entró en vigor una vez aprobado. Al pueblo le han cambiado la forma de decir misa. Era en voz baja, de espaldas y en latín; y ahora el cura está de cara a los fieles, en voz alta y en castellano. Y los sacramentos van reformándose”. En el ámbito de la Conferencia Episcopal es miembro de las Comisiones Episcopales de Seminarios y universidades y de la Doctrina de la Fe.