Salesiano, Cardenal y Prefecto emérito de la Congregación para las causas de los Santos.

Es el rostro visible de las beatificaciones que se celebran por todo el mundo, debido a su labor como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, donde ha trabajado los últimos años. Anteriormente había sido secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde coincidió con el Cardenal Ratzinger.
En esa época fue noticia cuando sacó a la luz unas cartas del archivo vaticano que desmienten la leyenda negra creada en torno a Galileo y que demuestran el buen trato que el astrónomo recibió departe de la Iglesia de su tiempo.
Natural de Molfetta
Nacido en Molfetta, una ciudad costera cercana a Bari, en 1938, abandonó su carrera naval con 15 años para ingresar en la orden salesiana de San Juan Bosco.
Ordenado sacerdote en 1967, fue profesor de dogmatica en la universidad pontificia salesiana y se especializó en Cristología en la universidad Gregoriana, donde realizó el doctorado. (Su tratado de Cristología, “Jesús es el Señor”, es considerado uno de los mejores en la materia).
Entre los años 1978 y 1979 consiguió una beca en el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en el monasterio ortodoxo de Moní Vlatádon.
Políglota y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Nombrado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y de la Congregación para los Obispos.
Políglota, además de italiano habla Inglés, francés, griego y español, lo que le ha ayudado sin duda en sus viajes celebrando beatificaciones en las diversas diócesis.
Fue creado cardenal diácono en 2010 por Benedicto XVI, con el título de Santa María en Aquiro.
En la curia romana es además miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos.
Es autor de varios libros, de entre los que destacan “María y la Trinidad”, “El Evangelio del Padre” y una biografia de Santa Hildegarda de Bingen.
Comparado con el Cardenal Ratzinger
Se le ha comparado con el Cardenal Ratzinger por cómo ha compaginado el trabajo en la curia con la labor teológica y académica, algunos se refieren a él como “un gran maestro, un erudito, un teólogo”.
El Papa Benedicto XVI, tras el cónclave en el que fue elegido, eligió al cardenal Angelo Amato, entonces todavía no era cardenal, como la primera persona a la que recibió en audiencia privada.
De él decía en Octubre de 2012 “la cigueña de la torre” lo siguiente: “Reune todas las condiciones que debe tener un príncipe de la Iglesia. Es inteligente, cercano, de buena doctrina, piadoso, sencillo, amable… Es, además, un cardenal feliz. Se le ve siempre contento, sonriente, accesible…”