El Papa León XIV compartirá este domingo un almuerzo con cinco activistas trans, invitados al encuentro del Jubileo de los Pobres en el Aula Pablo VI. La decisión, confirmada por la prensa italiana, reaviva uno de los debates más tensos del pontificado anterior: la relación entre la pastoral hacia personas que se identifican como trans y la claridad doctrinal sobre la naturaleza humana.
La presencia más destacada será la de Alessia Nobile, un hombre que se identifica como mujer y figura habitual del activismo LGBT en Italia. Nobile aseguró que la invitación llegó después de pedir personalmente una audiencia con el nuevo pontífice ante el temor de que la Iglesia “retroceda en derechos” tras la muerte de Francisco.
Un historial que refleja la mayor tensión dentro de la Iglesia
Nobile no es un personaje desconocido. Su encuentro con el papa Francisco en 2022 abrió una relación cercana marcada por gestos inéditos: audiencias personalizadas, saludos preferentes en actos públicos y una carta en la que el pontífice se dirigió a él como “querida hermana”.
Estos gestos, celebrados por el activismo LGBT, generaron preocupación entre sectores de la Iglesia que vieron en ellos un riesgo de confusión doctrinal, especialmente cuando nunca se acompañaron de una reafirmación clara de la enseñanza católica.
Durante años, Nobile ha promovido públicamente su visión de la identidad sexual y ha denunciado a la Iglesia por episodios traumáticos de su adolescencia, aunque sin renunciar a un activismo que busca un reconocimiento eclesial de su identidad de género, algo incompatible con la antropología católica.
Expectativa y presión sobre León XIV
La elección de León XIV, heredero del complejo legado de Francisco, ha despertado inquietud entre quienes temen una continuidad de gestos ambiguos y celebrados por el activismo trans. Nobile lo ha dicho abiertamente: quiere asegurarse de que el nuevo Papa no “dé marcha atrás”.
La Conferencia Episcopal Italiana alimentó la confusión hace pocas semanas con un documento sinodal que pide “superar actitudes discriminatorias” y promover el “acompañamiento de personas homosexuales y transgénero”, un texto que, aunque pastoral, ha sido interpretado en algunos entornos como un aval a la ideología de género.
Nobile, que elogia estos pasos, afirma que en el almuerzo espera poder preguntar a León XIV si será para ellos “un padre”, replicando la frase que atribuía a Francisco: “Yo también soy vuestro padre”.
Un almuerzo que no es neutral
El almuerzo del domingo no es un simple acto de caridad. Por su simbolismo —un Papa compartiendo mesa con activistas trans en un evento oficial del Jubileo— se convierte inevitablemente en un mensaje.
Durante el pontificado de Francisco, el Vaticano acogió en diversas ocasiones a grupos trans bajo la bandera de la “cercanía pastoral”. Lo que nunca hubo fue una reafirmación explícita de la doctrina: que el cuerpo humano, creado varón o mujer, no es una construcción transitable.
Medios como LifeSiteNews recuerdan precisamente esa omisión: Francisco nunca dijo a Nobile que vivir como si se perteneciera al sexo opuesto contradice la ley natural y la doctrina de la Iglesia.
La caridad que acompaña y la verdad que libera
Jesús comía con publicanos y pecadores —“muchos de ellos seguían a Jesús, y Él se sentó a la mesa con ellos” (Mc 2,15-17)— y los acogía con misericordia. Pero nunca confundió esa cercanía con aprobación del pecado. Al contrario, a la mujer adúltera le dijo con claridad: “Vete, y no peques más” (Jn 8,11).
El gesto de León XIV será interpretado inevitablemente como una señal del rumbo que pretende imprimir a su pontificado. ¿Continuará los gestos ambiguos? ¿Recuperará la claridad doctrinal?