Usted, tonta del bote, no es nadie para aceptar o rechazar la renuncia del cardenal Damasceno que, como renuncie el nombramiento, pues se ha quedado usted sin comisario. Es que hasta los gatos quieren zapatos. Se ponga como se ponga, si el cardenal renuncia, no le queda más remedio que aguantarse, aunque conociendo su penosa naturaleza siga cometiendo injusticias, tropelías, indignidades y persecuciones con los Heraldos. Es usted mala con copete. Y tonta hasta decir basta. Si nombrar mujeres en la Iglesia supone que nos lleguen elementos como usted no faltará quien rechace esos nombramientos. Flaco favor hace a las mujeres en la Iglesia. No ha mejorado usted en nada a Braz de Anís y vaya si lo tenía fácil. Es usted igual de mala que él. Y es posible que más tonta.
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