Este viernes, León XIV ha autorizado la promulgación de varios decretos relativos a causas de beatificación y canonización, tras recibir en audiencia al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos. Las decisiones difundidas por la Santa Sede abarcan el reconocimiento del martirio de dos sacerdotes asesinados durante la Segunda Guerra Mundial y la declaración de virtudes heroicas de cuatro siervos de Dios procedentes de distintos países y estados de vida.
Dos sacerdotes asesinados por odio a la fe durante la Segunda Guerra Mundial
El primer decreto reconoce el martirio del siervo de Dios Ubaldo Marchioni, sacerdote diocesano nacido en 1918 en la localidad italiana de Vimignano di Grizzana Morandi. Fue asesinado el 29 de septiembre de 1944 en Casaglia, en el contexto de las matanzas perpetradas por las tropas nazis en la zona de Marzabotto. La Iglesia confirma que su muerte se debió directamente al odio a la fe, lo que permite su beatificación como mártir sin la necesidad de un milagro previo.
El segundo caso es el del siervo de Dios Martino Capelli, religioso dehoniano nacido en 1912 en Nembro, también en Italia. Conocido en el siglo como Nicola Capelli, fue ejecutado el 1 de octubre de 1944 en Pioppe di Salvaro, muy cerca de los escenarios donde cayó Marchioni. Su muerte ha sido igualmente reconocida como martirio “in odium fidei”, confirmando así el carácter de testimonio radical de su entrega sacerdotal durante los meses finales del conflicto.
Reconocimiento de virtudes heroicas de obispos, sacerdotes, religiosas y laicos
Junto a los mártires, el Papa ha autorizado la promulgación de los decretos que reconocen las virtudes heroicas de cuatro siervos de Dios cuya vida destacó por su rectitud evangélica en circunstancias muy diversas. El arzobispo Enrico Bartoletti, nacido en 1916 en Calenzano y fallecido en Roma en 1976, ejerció su misión pastoral en Lucca con firmeza doctrinal y notable sensibilidad pastoral. Su figura se asocia a los años de renovación eclesial posteriores al Concilio Vaticano II, en los que destacó por su prudencia, capacidad de diálogo y solidez espiritual.
Otro decreto declara las virtudes heroicas del sacerdote Gaspare Goggi, religioso de la Congregación de la Divina Providencia, nacido en 1877 en Pozzolo Formigaro y fallecido en 1908 en Alessandria. Su vida relativamente breve estuvo marcada por la entrega pastoral, la austeridad y la caridad hacia los más vulnerables, rasgos que la Iglesia reconoce ahora como vividos de manera heroica.
En el ámbito misionero, se ha reconocido también la vida santa de María del Sagrado Corazón (Maria Glowrey), religiosa australiana nacida en 1887 en Birregurra. Profesora, médica, pionera en el desarrollo de redes sanitarias católicas y religiosa de la Sociedad de Jesús, María y José, entregó su vida al servicio de los enfermos y necesitados en India, donde murió en 1957 dejando una huella profunda en la comunidad local.
Finalmente, el Papa ha reconocido las virtudes heroicas de la laica brasileña María de Lourdes Guarda, nacida en 1926 en Salto y fallecida en São Paulo en 1996. Su vida sencilla, marcada por la fe, el servicio y la caridad cotidiana, representa el testimonio silencioso pero profundo de miles de fieles laicos cuya santidad se expresa en la vida ordinaria vivida con fidelidad al Evangelio.