Léon XIV en Turquie, la commission théologique, les comptes maquillés du Vatican, défaire le Pape François, dénoncer le Pape ?, violations des droits de l'homme, chasteté dans un monde inchaste, l'activisme pastoral.

El Papa León XIV emprende su primer viaje apostólico internacional a dos tierras de profundo significado bíblico e histórico: Turquía y el Líbano. Este viaje tiene una profunda dimensión ecuménica, vinculada al diálogo interreligioso y a la promoción de la justicia y la paz en el mundo.  Turquía es un país con una población predominantemente musulmana pero con una herencia cristiana milenaria. Allí participará en varias celebraciones ecuménicas, incluyendo la conmemoración del 1700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico de Nicea, que en el año 325 proclamó la profesión de fe en Jesucristo, Hijo de Dios.  El Papa calificó el aniversario como «un momento de auténtica unidad en la fe» con los cristianos ortodoxos. El mayor desafío reside en la prioridad declarada por el Papa León  desde el inicio de su pontificado: Desaparecer para que Cristo permanezca, la transmisión de la fe, el retorno a los fundamentos y al kerigma , el anuncio cristiano fundamental. 

León XIV recibió en audiencia a los miembros de la Comisión Teológica Internacional , reunidos para su sesión plenaria anual. La reunión tuvo lugar la víspera de la partida del Papa para su primer viaje apostólico a Turquía y Líbano, que también lo llevará a Iznik, la antigua Nicea, con motivo del 1700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico del año 325. La Comisión Teológica Internacional fue fundada el 11 de abril de 1969 por San Pablo VI , siguiendo las propuestas de la Primera Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, para ofrecer una contribución cualificada al estudio de las cuestiones doctrinales más relevantes para beneficio de la Santa Sede, y en particular del Dicasterio (anteriormente Congregación) para la Doctrina de la Fe. Su misión es clara: ayudar al Magisterio a discernir, comprender y evaluar los avances del pensamiento teológico , las nuevas cuestiones emergentes y las novedades que impregnan la historia de la Iglesia y la humanidad. Los estatutos definitivos de la Comisión fueron promulgados por San Juan Pablo II mediante el motu proprio Tredecim anni iam el 6 de agosto de 1982.

La Comisión está formada por un máximo de 30 teólogos de todo el mundo, que representan diferentes escuelas y perspectivas, elegidos por su experiencia científica, fidelidad al Magisterio y capacidad de dialogar con las Iglesias locales y las culturas contemporáneas. Los miembros son nombrados por un período de cinco años por el Santo Padre a propuesta del Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, después de consultar a las Conferencias Episcopales. Actualmente: El Presidente es el Cardenal Víctor Manuel Fernández , Prefecto del Dicasterio; el Secretario General es el Reverendo Mons. Piero Coda , teólogo y profesor de Teología Sistémica en el Instituto Universitario Sophia de Loppiano. La Comisión se reúne en asamblea plenaria al menos una vez al año , mientras que parte de su trabajo se lleva a cabo en subcomisiones temáticas.

En abril de 2025, la Comisión publicó el texto Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. 1700 Aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea (325-2025) , una amplia obra de teología dogmática que traza la relevancia del Credo Niceno en la vida de la Iglesia y en el camino ecuménico hoy. León XIV encomendó a la Comisión tres directrices fundamentales para la teología contemporánea: la catolicidad de la fe; la presencia de teólogos de diversas culturas permite una comprensión más clara de los problemas y las esperanzas de la humanidad actual. La Iglesia, reiteró el Papa, debe enriquecerse con las experiencias de las iglesias locales. El diálogo interdisciplinario y transdisciplinar. Refiriéndose a la Veritatis gaudium , el Papa enfatizó la necesidad de que la teología dialogue con todas las ramas del conocimiento, porque la verdad revelada no aísla la razón, sino que la enriquece. La sabiduría de los grandes maestros espirituales. El Papa señaló a Agustín, Buenaventura, Tomás de Aquino, Teresa de Lisieux y Newman como modelos: para ellos, la teología y la oración eran inseparables. Solo así, explicó, la teología puede evitar ser reducida a un «comentario de fórmulas» y convertirse en una experiencia viva de la Revelación.

Caballero Ledo, Prefecto de la Secretaría de Economía, habla de «dinámica favorable», pero no esconde la necesidad de prudencia, el realismo y la continuidad para consolidar este significativo progreso. «No se trata solo de mantener un presupuesto equilibrado sino de fortalecer la capacidad de la Santa Sede para optimizar cada contribución recibida», haciendo así su servicio a la misión de la Iglesia universal «más sólido y sostenible». La Secretaría de Economía publica el Presupuesto Consolidado del año pasado: un posible y esperado punto de inflexión financiera que requerirá futuras confirmaciones que siempre quedan en el aire, siempre que hablamos de estos datos lo hacemos sabiendo que son confesión propia, más politicos de que financieros.  Afirma que «la mejora registrada en 2024, con la reducción del déficit operativo estructural de 83,5 a 44,4 millones de euros, es resultado del aumento de los ingresos, que ascendieron a casi 79 millones de euros en comparación con el año anterior. Este incremento se atribuye al aumento de las donaciones, a los resultados positivos de las operaciones hospitalarias y a los avances en la gestión inmobiliaria y comercial. A pesar de la significativa mejora lograda, persiste un déficit operativo de 44,4 millones de euros». 

«La tendencia de las donaciones en 2024 es una señal alentadora. Tras años de desaceleración, el crecimiento de las contribuciones ofrece esperanza para una renovada participación de los fieles y las Iglesias locales en la misión de la Santa Sede. Este es un avance positivo que sugiere un clima de mayor confianza, reconociendo al mismo tiempo que estas dinámicas pueden cambiar con el tiempo y siempre requieren prudencia y realismo en su interpretación».  Y aquí empieza a desvelar el secreto de la aparente mejora:  «Es importante recordar que parte de estos resultados proviene de operaciones extraordinarias relacionadas con la reasignación de la cartera de acuerdo con la nueva política de inversión y las recomendaciones del Comité de Inversiones. Este fue un paso necesario para que la gestión fuera más consistente con los criterios establecidos, pero las plusvalías generadas durante esta fase no pueden replicarse con la misma intensidad en años posteriores y reflejan la volatilidad natural de la actividad financiera». Pues acabáramos, superávit sí, pero…

Para comprender los datos es necesario compararlo con los estados financieros de 2022 y 2023, analizados en su contexto más significativo: el que excluye las entidades hospitalarias , que constituyen un sector económico autónomo y no representan la gestión ordinaria de la Curia. Contrariamente a lo informado de forma oficial el panorama que surge de los documentos oficiales es mucho más complejo y no justifica ni de lejos el triunfalismo. Las cifras muestran una mejora progresiva del beneficio operativo , desde un déficit de -52,4 millones en 2022, a -46,5 millones en 2023 y, finalmente, a -33,5 millones en 2024. Una reducción significativa, sin duda, pero que no cambia la naturaleza del problema: el déficit sigue siendo estructural y continúa cada año.

En 2024 las cosas han mejorado por factores externos e irrepetibles. Por un lado, el aumento de las donaciones, que se incrementó significativamente en comparación con 2023 (de 217,6 millones a 237,6 millones ), pero que se mantuvo caracterizado por una fuerte volatilidad y, sobre todo, por una alta incidencia de fondos destinados a fines específicos. Por otro lado, el verdadero motor de la mejora fue el auge financiero, con ingresos que aumentaron de 45,8 millones de euros en 2023 a 71,1 millones de euros en 2024, gracias en parte a la venta de inversiones históricas, vamos, que hemos vendido, y seguimos vendiendo,  las joyas de la abuela para comer y cada vez quedan menos. El propio presupuesto de 2024 reconoce explícitamente que se trata de efectos puntuales, con pocas probabilidades de repetirse en los próximos años.

Comentando algunos datos concretos vemos que el aumento de los gastos de mantenimiento de propiedades, que pasaron de 13,2 millones de euros en 2023 a 24,2 millones de euros en 2024: un aumento de 11 millones de euros en un solo año, sin justificaciones adecuadas ni un aumento paralelo de la rentabilidad de las propiedades, que, sin embargo, representa casi la mitad de los ingresos independientes. La misión apostólica también muestra claros signos de inestabilidad programática: en 2022, una parte significativa del presupuesto se destinó a la comunicación del mensaje (23%), las nunciaturas (20%) y las Iglesias en dificultad (20%); en 2023, la prioridad se desplaza a las Iglesias necesitadas (39%), mientras que en 2024 se mantiene un enfoque similar, pero sin un criterio perceptible de continuidad plurianual. Esta variabilidad plantea interrogantes sobre la planificación estratégica, que responde más a las emergencias ineludibles que a un proyecto estructurado.

La Santa Sede  aún no ha resuelto ninguno de los problemas subyacentes en su gestión financiera. Los ingresos independientes aumentan, pero siguen siendo insuficientes (217,8 millones de euros en 2024), las donaciones son esenciales, pero inestables, y las finanzas desempeñan un papel cada vez más decisivo, exponiendo el presupuesto a fluctuaciones externas.  Sin reformas estructurales en materia de personal, bienes inmuebles, modelo de ingresos y planificación de misiones, el sistema sigue siendo frágil y dependiente de variables ajenas a la voluntad de la Santa Sede.  El lenguaje empleado por Vatican News —»dirección positiva», «consolidación», «recuperación significativa»— refleja la estrategia de comunicación de la Secretaría de Economía más que un análisis independiente de los datos.

El Papa León XIV ha hecho lo que muchos párrocos romanos llevaban más de un año esperando: reparar un error estructural que había paralizado la diócesis , uniendo las cinco Prefecturas del Sector Central bajo una única unidad pastoral.  El Papa Francisco había creado un caos más sin sentido ni pastoral ni administrativo  con su Motu Proprio de 2024.  La disposición de Francisco desmembró el Sector Central, distribuyendo las Prefecturas entre los cuatro sectores cardinales. Todo se presentó como un gesto «sinodal», resultado de «numerosas intervenciones» y «peticiones ya formuladas».  Las parroquias, supuestamente implicadas, no sabían nada al respecto. El número de sacerdotes entrevistados fue cero. La gran mayoría de los sacerdotes romanos se enteraron de todo después del hecho y se quedaron sin palabras. León XIV ha decidido finalmente poner fin a este período de confusión. Con el Motu Proprio Immota Manet , de apenas unas líneas el Papa ha restablecido lo que todos siempre han sabido: las cinco Prefecturas del Sector Central constituyen una unidad orgánica natural, pastoral e histórica. Pues los curas de Roma está muy agradecidos por deshacer la absurda decisión de su antecesor y esperan que su obispo vuelva a dedicar una verdadera atención a su diócesis y a sus sacerdotes. 

De todos los problemas que podría haber esperado con su elección como papa, León XIV ciertamente nunca imaginó que tendría que enfrentar acciones legales, especialmente por una vieja historia de cuando era obispo de Chiclayo.  Los protagonistas, a su pesar, eran tres hermanas menores y un sacerdote muy popular, el padre Eleuterio «Lute» Vásquez González, quien tenía la costumbre de llevarse a las niñas de casa y luego abusar de ellas. Una historia que en 2022, cuando las tres hermanas acudieron a contarle, debió parecerle trivial a Prevost, una simple acusación más de abuso sexual, banal y ordinaria, que merecía poca atención. Solo que ahora la mayor de las tres hermanas, Ana María Quispe Díaz, de 28 años, ha declarado su intención de iniciar acciones legales ante las autoridades canónicas competentes contra todos los funcionarios eclesiásticos que participaron o fueron responsables de dicha negligencia, incluido Robert Prevost, quien, según las víctimas, es responsable de no realizar adecuadamente la investigación necesaria sobre el sacerdote acusado. El espinoso asunto se hizo mundialmente conocido la noche del 8 de mayo de 2025, inmediatamente después de la elección del Papa León XIV. El 5 de abril de 2022, las tres hermanas Quispe denunciaron al entonces obispo de Chiclayo, Robert Francis Prevost, que habían sido abusadas en su infancia por dos sacerdotes de la diócesis: «Lute» Gonzáles y Ricardo Yesquén. Las hermanas Quispe también apelaron ante las autoridades civiles, quienes desestimaron la denuncia por prescripción.

El 3 de julio de 2023, justo antes de partir hacia Roma, donde estaba a punto de asumir su cargo como Prefecto de Obispos, Prevost se encargó de enviar a la Santa Sede la sentencia del tribunal civil que desestimaba el caso.  Aproximadamente un mes después, el 10 de agosto de 2023, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe también archivó el caso «por falta de pruebas». Sin embargo, Ana María Quispe discrepa, denunciando que la Iglesia no realizó una investigación seria sobre Lute, quien nunca fue interrogado y continuó su ministerio a pesar de la aparición de nuevas víctimas en su contra. La investigación preliminar enviada a Roma no fue más que un simple papel, acusa Ana María, y el caso se archivó con demasiada precipitación. Lo cierto es que en noviembre de 2023, el administrador apostólico que reemplazó a Prevost al frente de la Diócesis de Chiclayo, Guillermo Cornejo Monzón, reabrió el caso, citando a las víctimas por primera vez al mes siguiente, y las nuevas conclusiones se remitieron de nuevo a Roma.

A mediados de 2024, llega un nuevo giro: el abogado de las tres hermanas, el padre Ricardo Coronado Arrascue, exfraile agustino cercano al Sodalizio di Vita Cristiana, una poderosa asociación laica fundada por Luis Ferdinando Figari (posteriormente suprimida por el papa Francisco a principios de 2025), es inhabilitado para ejercer el derecho canónico por la Conferencia Episcopal Peruana tras una acusación de abuso sexual. El abogado canónico, que pronto será destituido, es un acérrimo enemigo de Prevost y supuestamente vio el caso de las hermanas Quispe como una oportunidad de oro para vengarse, según afirman los partidarios del papa, quienes interpretan todo el asunto de Chiclayo como un complot contra el nuevo pontífice.

El 23 de abril de 2025, apenas 24 horas después de la muerte del papa Francisco, las hermanas Quispe, solas y sin abogado, se reunieron en Chiclayo con el padre Giampiero Gambaro, un fraile capuchino genovés que llevaba años radicado en Latinoamérica, encargado de preparar un nuevo caso contra el padre Lute. Gambaro, quizás no sin vergüenza, les dijo a las víctimas que la investigación eclesiástica, dirigida por el entonces obispo de Chiclayo, Robert Prevost, adolecía de graves deficiencias: «La investigación preliminar fue una farsa. Muy mal hecha. Incluso con errores formales», son las palabras exactas que Ana María Quispe recuerda de aquella conversación, recogida en un comunicado de prensa publicado recientemente. Al despedirse, el padre Gambaro anunció a las hermanas Quispe que el padre Lute sería destituido del estado clerical en pocos meses: la decisión fue presentada como positiva a las tres hermanas, quienes, sin la asistencia de un abogado, no supieron qué responder.

Pocos días después, Prevost se convirtió en Papa, y el escándalo de Chiclayo estalló en la prensa peruana y en cartas de queja de asociaciones de víctimas, como el grupo estadounidense SNAP (Red de Sobrevivientes de Abusos Sacerdotales), para hacerse público a nivel mundial. Figuras reconocidas como la teóloga Rocío Figueroa y el periodista Pedro Salinas salieron inmediatamente en defensa del nuevo pontífice, afirmando que las acusaciones fueron inventadas por los amigos de Figari para desacreditar a Prevost, quien se había distinguido en Perú por su lucha contra los abusos dentro de la Orden. La euforia por la reciente elección de Pedro al trono aún es palpable en la Iglesia, y en general (sobre todo en Italia) la opinión pública se inclina a dar crédito al nuevo papa y a la teoría conspirativa propagada por sus detractores. Sin embargo, Prevost se muestra inquieto y, en su agitación, comete el error de hablar demasiado: en julio de 2025, es entrevistado para un libro autobiográfico, LEÓN XIV – Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI, escrito por su amiga Ann Ellen Allen (también exmiembro de la Sociedad), en el que vuelve de forma ambigua y, desde luego, no concluyente al caso Chiclayo, como Giorgio Meletti ha analizado en una serie de artículos .

La controvertida renuncia del Padre Lute llegó puntualmente el 13 de noviembre de 2025 y se lo comunicó por carta a las hermanas Quispe, quienes  respondieron con dureza, afirmando que denunciarían a todos los responsables de la mala gestión del caso de Chiclayo ante las autoridades canónicas competentes. «Conceder el indulto a Eleuterio Vásquez parece particularmente irresponsable, sabiendo que hay testigos que han declarado públicamente a los medios de comunicación que a menudo llevaba a otros niños al mismo lugar donde fuimos abusadas». «Es incomprensible que, en lugar de buscar la verdad y ofrecer reparación a las víctimas, se haya optado por cerrar el caso mediante un indulto papal que exime al abusador de asumir sus responsabilidades y nos deja en una situación vulnerable, sin reparación, con la única oferta de pagar la psicoterapia». Parece que Robert Prevost subestimó a esta joven peruana, quien no tiene intención de silenciarse ante la oferta de unas cuantas sesiones de psicoterapia y tiene ideas muy claras sobre lo que significa hacer justicia en los casos de abuso en la Iglesia.

Seguimos con un día especialmente intenso.  La llamada educación sexual en las escuelas ha sido uno de los objetivos más buscados por los partidos de izquierda. La educación sexual, junto con el divorcio, el aborto y la eutanasia, formaba parte de ese paquete de «logros cívicos» promovido en la década de 1970 por comunistas, socialistas y radicales para socavar la sociedad cristiana desde sus cimientos. Benedicto XVI reiteró que la educación es uno de los llamados «valores innegociables», junto con la vida y la familia, a los que está íntimamente ligada la Iglesia. El derecho de los padres a educar a sus hijos precede al de la sociedad civil y no puede ser expropiado por el Estado, especialmente cuando se intenta sustituir la educación religiosa y moral por la educación sexual, basada en una visión pagana del hombre. La educación sexual siempre es mala cuando pretende ser escolar, es decir, pública, mientras que solo puede ser personal y privada, y por lo tanto debe confiarse naturalmente a las familias; de lo contrario, corre el riesgo de convertirse en una forma de corrupción cultural y moral. 

Buenas noticias, más, desde Estados Unidos.  La administración Trump pedirá a los países que consideren los medicamentos abortivos y las cirugías transgénero como violaciones de los derechos humanos. Muy bien, pero al mismo tiempo, el gobierno ha permitido que las píldoras abortivas se difundan en todo el país. Los funcionarios federales reconocerán la destrucción intencional de bebés inocentes antes de nacer, así como la mutilación quirúrgica y química de niños, como violaciones de los derechos humanos, según el Departamento de Estado. El portavoz Tommy Pigott dijo  que los países que reciben ayuda extranjera deberán incluir la mutilación de niños en sus informes anuales a Estados Unidos. En los últimos años, nuevas ideologías destructivas han dado refugio a las violaciones de derechos humanosEl gobierno de Trump no permitirá que estas violaciones de derechos humanos, como la mutilación infantil, las leyes que atentan contra la libertad de expresión y las prácticas laborales racialmente discriminatorias, queden sin control. Decimos basta. El reconocimiento de que la mutilación infantil es un problema internacional de derechos humanos es la última señal positiva de que el apoyo a la ideología de género podría estar disminuyendo. Cada vez hay más evidencia que demuestra que los fármacos y las cirugías transgénero son perjudiciales . Además, los biólogos han confirmado que no es posible cambiar de sexo. La clasificación que hace la administración Trump de los abortos, incluidos los medicamentos abortivos, como una violación de los derechos humanos, también es una señal positiva de que el presidente y su equipo se oponen al asesinato de bebés no nacidos. El aborto es una violación de los derechos humanos y la principal causa de muerte en todo el mundo, acabando con la vida de más de 200.000 bebés cada día.

Muchos problemas contemporáneos, grandes y pequeños, están vinculados a la castidad y a su ausencia.  Es de gran actualidad el reciente libro  «lograr la castidad en un mundo incasto», del padre T.G. Morrow.  La castidad siempre ha sido un desafío para los humanos, pues somos seres corpóreos. Las impresiones sensoriales son poderosas en las criaturas corpóreo-espirituales. E incluso el diablo no se esfuerza más de lo necesario: ¿por qué intentar, al menos al principio, tentar a la gente con pecados puramente espirituales cuando la carne ofrece una entrada fácil ?  La pornografía es ahora omnipresente. Donde antes se buscaba furtivamente en tiendas para adultos y en el fondo de los estantes de revistas, hoy está universalmente disponible en cualquier computadora y teléfono.  Este diciembre se cumple el 50.º aniversario de Persona Humana , la «Declaración sobre ciertas cuestiones relativas a la ética sexual» de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Trata sobre la masturbación, la fornicación y los actos homosexuales. El Papa San Juan Pablo II legó a la Iglesia una visión rica y moderna de la ética sexual católica, tanto en sus escritos prepapales como en su «teología del cuerpo». Estos escritos son fruto de años de compromiso con los jóvenes, tanto en su labor universitaria como como párroco y obispo. El Padre Morrow ha condensado los extractos más significativos de dicha obra. 

Y terminamos con un artículo de hoy se centra en un tema más que interesante. El activismo pastoral se ha  convertido en una de las formas más respetables de escapar de Dios sin abandonar jamás la Iglesia. Nuestras agendas están repletas de reuniones, comisiones, proyectos y debates sinodales; las siglas, las iniciativas y los documentos se multiplican. Todo parece generoso, incluso heroico. Sin embargo, bajo la superficie, puede faltar lo que debería ser obvio : una relación viva con una Presencia, un «Tú» que define nuestra identidad incluso antes que nuestras acciones. Cuando hablamos de una crisis en la vida cristiana, inmediatamente se mencionan las cifras : disminución de vocaciones, menos miembros practicantes, presupuestos ajustados. Rara vez nos atrevemos a decir que la crisis , antes que cuantitativa, es cualitativa : se refiere a la forma en que enfrentamos la realidad, a nosotros mismos y a los demás.

El activismo pastoral se vuelve peligroso cuando reemplaza la presencia con la planificación. Se pueden hacer cosas —reuniones, catequesis, eventos— y, al mismo tiempo, mantener la vida al margen. Trabajamos duro «para la comunidad», pero nuestra verdadera existencia —afectos, luchas, miedos, deseos— permanece en otro lugar, con el riesgo de no entrar nunca en una verdadera relación con Cristo y nuestros hermanos. El activismo es a menudo esta excusa : demostrar que uno «hace» mucho para evitar ver lo que ya no funciona en la propia fe. El mecanismo es sutil. En nombre de Cristo, uno empieza a «querer poner a Cristo en las cosas», casi como un añadido que debemos imponer a la vida: «A veces uno tiene la impresión de que Cristo es el resultado de un esfuerzo, algo por conseguir «.  El resultado es paradójico: nos desgastamos por los demás sin ser un «encuentro» para ellos. Si el entorno eclesial ya no remite al Misterio, se convierte en un lugar donde refugiarse del ajetreo de la vida, un mundo aparte que, si bien habla de misión, en realidad se cierra.  Lo que necesitamos no es un nuevo plan, sino un examen de conciencia radical : ¿de qué manera nuestras acciones se han convertido en una «coartada» en lugar de una respuesta? ¿ En qué casos nuestras actividades son una forma de evitar ser tocados por la realidad? ¿En qué casos nuestra comunidad es un refugio en lugar de un lugar de pertenencia a Otro?

«¡Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros!»

Buena lectura.

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