EXCLUSIF : Brambilla rejette la démission du Cardinal Damasceno en tant que Commissaire des Hérauts

EXCLUSIF : Brambilla rejette la démission du Cardinal Damasceno en tant que Commissaire des Hérauts

El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada pide al cardenal esperar algunos meses antes de dejar el cargo, pese a que el mandato de Comisario Pontificio depende directamente del Santo Padre. El documento, fechado el 21 de noviembre, llega un día después de que Specola e Infovaticana publicaran en exclusiva la renuncia del comisario.

Un movimiento inesperado del Dicasterio

El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica envió el 21 de noviembre una carta al cardenal Raymundo Damasceno Assis comunicándole que su renuncia como Comisario Pontificio de los Heraldos del Evangelio no sería aceptada por el momento. La respuesta llega apenas tres días después de la renuncia presentada el 18 de noviembre y apenas un día después de que Specola e Infovaticana adelantaran públicamente la noticia, una filtración que, según fuentes internas, no habría sido bien recibida por la Prefecta, sor Simona Brambilla. El documento oficial —que Infovaticana reproduce— pide al cardenal que espere algunos meses antes de que su renuncia pueda ser aceptada y no menciona consulta alguna al Santo Padre, cuya intervención es indispensable en un encargo ad nutum Sanctae Sedis como el de Comisario Pontificio.

Un encargo que depende del Papa

Diversas fuentes consultadas por Infovaticana señalan que la respuesta del Dicasterio ha generado sorpresa incluso dentro de la propia institución, pues la naturaleza del encargo exige que la renuncia sea presentada y aceptada directamente por el Santo Padre. En este caso, no consta oficialmente que sor Brambilla haya tenido audiencia con el Papa en el breve intervalo entre la renuncia del 18 y la respuesta del 21, lo que alimenta interrogantes sobre el procedimiento seguido y sobre si la Prefecta ha actuado por iniciativa propia, sin la aprobación del Pontífice. Para muchos observadores romanos, el modo en que se ha gestionado este asunto sugiere una falta de coordinación con la Secretaría del Papa y una tendencia a mantener el control interno del caso sin someterlo a revisión superior.

¿Una reacción precipitada tras la exclusiva?

Fuentes internas aseguran que la revelación pública de la renuncia descolocó al Dicasterio, y que la celeridad con la que se emitió la carta podría indicar una respuesta precipitada. La Prefecta, sor Brambilla, habría decidido contestar de inmediato sin esperar a completar los trámites habituales ni consultar directamente al Santo Padre, en un intento de contener la situación y mantener la iniciativa sobre el comisariado. Este proceder plantea dudas sobre la intención del Dicasterio de seguir gestionando el caso según los métodos heredados del pontificado anterior, caracterizados por una amplia discrecionalidad y escasa transparencia jurídica.

¿Por qué pedir algunos meses? Posibles explicaciones

La petición de algunos meses antes de aceptar la renuncia del cardenal Damasceno abre dos hipótesis principales. La primera es que el Dicasterio no disponga aún de un sucesor adecuado para retomar con firmeza el proceso de comisariado; varios de los nombres considerados más experimentados en intervenciones similares se encuentran ocupados en otras tareas delicadas y no estarían disponibles de inmediato. La segunda hipótesis es que se pretenda prolongar el estado de punto muerto en que se encuentra el comisariado de los Heraldos, manteniendo la institución bajo una presión sostenida mediante la prohibición de ordenar, admitir nuevos miembros o desarrollar con normalidad su vida interna, en lo que varios canonistas interpretan como una estrategia de asfixia prolongada sin necesidad de emitir decretos formales.

El Dicasterio bajo presión tras las recientes revelaciones

Las recientes publicaciones sobre el comisariado, incluyendo el dossier El Comisariado de los Heraldos…, han expuesto públicamente las prácticas del Dicasterio en los últimos años: intervenciones prolongadas sin motivación jurídica clara, decisiones discrecionales y procedimientos que numerosos expertos califican de contrarios al Derecho de la Iglesia. En este contexto, la rapidez de la respuesta a la renuncia del cardenal Damasceno —sin audiencia con el Papa— refuerza la percepción de que el Dicasterio intenta seguir actuando con autonomía y según criterios marcados durante el pontificado anterior.

Una posible contradicción si el Papa también recibió la renuncia

Queda además un punto no aclarado: si el cardenal Damasceno presentó también su renuncia directamente al Santo Padre, como sería esperable en un encargo de esta naturaleza, podría darse la situación inédita de que el Papa aceptase la renuncia mientras el Dicasterio la rehúsa, configurando un conflicto interno que evidenciaría la falta de coordinación y el desorden procedimental. Fuentes canónicas consultadas por Infovaticana consideran que este escenario, aunque hipotético, sería reflejo del caos administrativo que envuelve este caso.

Un asunto que exige la intervención del Papa

Todo indica que la situación del comisariado de los Heraldos ha entrado en un punto crítico. Las irregularidades acumuladas, la falta de transparencia y la reciente confusión generada por la gestión de la renuncia hacen que crezca en Roma la expectativa de una intervención directa del Papa León XIV. Solo una decisión clara del Santo Padre podría restablecer la seguridad jurídica, poner fin al escándalo que se está generando y delimitar responsabilidades por los abusos documentados durante los años del comisariado. Mientras tanto, la institución permanece en un limbo que parece responder más a dinámicas internas del Dicasterio que a criterios de justicia o de Derecho.