La signification de la médaille de Saint Michel qui a accompagné Charlie Kirk jusqu'à sa mort

A dos meses de su asesinato

La signification de la médaille de Saint Michel qui a accompagné Charlie Kirk jusqu'à sa mort

El diario estadounidense Montgomery Advertiser relató que la devoción de Charlie Kirk a San Miguel Arcángel nació de un gesto sencillo pero cargado de sentido. Su esposa, Erika Frantzve Kirk, católica practicante, le regaló una medalla de San Miguel poco después de comenzar su relación. En un principio, él se resistió. No soy de usar joyas, le respondió. Pero con el tiempo, cuando empezó a sentir el peso del mundo sobre sus hombros, comenzó a usarlo y nunca volvió a quitárselo, según explicó Andrew Kolvet, portavoz de Turning Point USA, a Fox News.

Llevaba en el pecho la imagen del arcángel que, según la oración compuesta por el papa León XIII en 1898, libra la batalla eterna entre el bien y el mal:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio… Y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.

Cuando Kirk fue asesinado, los socorristas que intentaron salvarle la vida tuvieron que arrancarle la medalla del pecho, contó el portavoz. Su esposa, Erika, llevó el colgante manchado de sangre durante el multitudinario homenaje celebrado el 21 de septiembre en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, ante unas 100.000 personas presentes y más de 20 millones de espectadores en transmisiones televisivas y en línea.

Aquí estoy, Señor. Envíame

Durante su emotivo testimonio de media hora, Erika Kirk explicó que su marido sabía que su vida estaba en peligro, pero afrontó esa realidad con una entrega radical a la voluntad de Dios. Recordó que solía citar el pasaje de Isaías: Aquí estoy, Señor, envíame.

Le decía: ‘Charlie, por favor, habla conmigo antes de decir eso. Cuando dices Señor, úsame, Dios toma en serio esas palabras’, contó entre lágrimas. Y Dios aceptó esa entrega total de mi esposo y luego lo llamó a su lado.

El acto reunió a numerosas autoridades políticas, incluido el expresidente Donald Trump y el vicepresidente J.D. Vance, quienes destacaron la fe que animó la vida del joven líder. Vance reconoció: Siempre me sentí un poco incómodo al hablar públicamente de mi fe… pero en las últimas dos semanas he hablado más de Jesucristo que en toda mi vida pública.

El perdón como respuesta al odio

El momento más intenso del homenaje llegó cuando Erika habló del joven acusado de asesinar a su esposo. Su voz temblaba, pero su mensaje fue inequívoco: perdón.

Charlie dedicó su vida a ayudar a jóvenes que se sentían perdidos, sin propósito, sin fe. Quería salvar a chicos como el que le quitó la vida, afirmó. Y añadió: A ese joven, lo perdono. Lo perdono porque es lo que hizo Cristo, y es lo que haría Charlie. La respuesta al odio no es más odio. La respuesta, lo sabemos por el Evangelio, es el amor.

Sus palabras provocaron una larga ovación en el estadio. Muchos de los presentes, según la crónica de Montgomery Advertiser, se unieron en oración mientras ella sostenía el crucifijo de San Miguel entre las manos.

Un legado de fe y misión

Erika Kirk aseguró que el trabajo de su esposo continuará a través del equipo de Turning Point USA, organización dedicada a la promoción del pensamiento cristiano y del debate público. Cuando se detiene el diálogo, esto es lo que ocurre. Cuando perdemos la capacidad y la voluntad de comunicarnos, aparece la violencia, advirtió.

Charlie murió demasiado pronto, pero estaba preparado para morir. No dejó nada pendiente, no pospuso nada importante. Tenía trabajo incompleto, pero no asuntos sin resolver.

Con la medalla de San Miguel como testigo, su esposa resumió el sentido de su vida: una fe que no se avergüenza, un corazón dispuesto a servir y una certeza de que el bien vence al mal.