„Eine Demokratie ohne Transparenz wird zu autoritärer Demagogie“, Bischof Ramón Castro Castro

„Eine Demokratie ohne Transparenz wird zu autoritärer Demagogie“, Bischof Ramón Castro Castro

En el capítulo 20 de la serie de catequesis Venga a nosotros tu Reino, el obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro Castro, predicó con especial fuerza sobre la urgencia de ser buscadores de la verdad en un país herido por la mentira y la manipulación.

Yo soy el camino, la verdad y la vida, recordó el obispo citando a Jesús (Jn 14,6). Seguirlo, afirmó, es la única vía para acercarnos al Reino de Dios, un Reino de verdad y de vida que libera de errores, engaños y manipulaciones. En un mundo que niega la existencia misma de la verdad y donde las noticias falsas se difunden con velocidad vertiginosa rapidez, Cristo nos convoca a ser valientes testigos.

Castro fue tajante: cuando la verdad no se busca ni se aprecia, la sociedad termina aceptando verdades a medias o mentiras disfrazadas de datos objetivos. En México, dijo, hemos padecido cómo la manipulación informativa divide familias, polariza comunidades y destruye la confianza esencial para la convivencia. Este alejamiento de la verdad nos aparta del bien y nos aleja de Dios, sentenció.

El octavo mandamiento (No darás falso testimonio ni mentirás) cobró especial relieve en su predicación. La mentira, subrayó, daña la sinceridad y corroe la confianza en todos los niveles: personal, familiar, social y político. Una democracia sin verdad ni transparencia, advirtió, se convierte rápidamente en demagogia autoritaria, sea evidente o disimulada. México, agregó, ha experimentado cómo la opacidad corroe el tejido social y abre la puerta a la corrupción y al abuso de poder.

Frente al pluralismo ideológico actual, el obispo llamó a construir puentes mediante el diálogo racional abierto a la fe, evitando la cerrazón que descalifica, excluye y censura. Necesitamos coincidir en valores elementales, universales y trascendentes sobre la dignidad humana, insistió.

El Reino de los Cielos, explicó, no es solo la vida eterna después de la muerte, sino que comienza aquí y ahora como fuente de sentido para nuestra existencia terrena. Sería error despreocuparse de la realidad presente pensando que basta con ganar el cielo, pero también lo sería pretender transformar la sociedad sin construir el Reino de Dios. La pregunta del joven rico (¿Qué he de hacer de bueno para obtener la vida eterna?) recibió la respuesta eterna: cumplir los mandamientos.

Castro se detuvo especialmente en el quinto mandamiento: No matarás. Este mandato, afirmó, obliga a defender la vida desde el vientre materno hasta su fin natural. En el contexto mexicano significa levantar la voz profética contra los feminicidios, la violencia del crimen organizado, el aborto, las desapariciones, fosas clandestinas, el narcotráfico que devora a nuestros jóvenes y el odio que destroza comunidades. Es una denuncia urgente para nuestro tiempo, exclamó.

El obispo concluyó con una súplica ardiente: que Jesucristo reine en nuestros corazones, familias, parroquias, escuelas, lugares de trabajo, medios de comunicación, instituciones públicas y empresas. Que reine en la sociedad mexicana entera, transformándola desde dentro con la fuerza de la verdad y de la vida que solo Él puede dar.

Venga a nosotros tu Reino, repitió con emoción el obispo de Cuernavaca invitando a todos los mexicanos a convertirse en auténticos buscadores y testigos de la Verdad que es Cristo.

La catequesis completa puede verse en:

https://www.youtube.com/watch?v=v2do1LpM-00

 

 

 

 

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