León XIV passt die Kommission des Vatikanstaates an und legalisiert die Ernennung von Raffaella Petrini

León XIV passt die Kommission des Vatikanstaates an und legalisiert die Ernennung von Raffaella Petrini

León XIV ha promulgado su segunda Carta Apostólica en forma de Motu Proprio, mediante la cual modifica la composición de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano. La reforma, que es solo protocolar, introduce dos novedades centrales: en primer lugar, la posibilidad de que este organismo no esté integrado únicamente por cardenales, lo que permitirá al Papa incorporar a la Comisión a otros miembros —laicos, religiosos o expertos— y favorecer así un liderazgo más diversificado; en segundo lugar, la fijación de límites temporales claros para los nombramientos, estableciendo un mandato de cinco años que contribuye a una gestión más ordenada y evaluable.

La entrada en vigor de esta modificación legaliza el nombramiento de la religiosa Raffaella Petrini, quien asumió el cargo en marzo de 2025 bajo el mandato de Francisco, como presidente de la Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano.

El documento, firmado el 19 de noviembre en San Pedro y publicado el día 21 del mismo mes, subraya la necesidad de consolidar un modelo de gobierno más corresponsable ante los desafíos crecientes de la administración del Estado Vaticano. Siguiendo los pasos de Francisco, el Motu Proprio se inscribe en la línea marcada por Praedicate Evangelium, la Constitución Apostólica que reorganizó la Curia bajo el principio de una comunión operativa entre sus diversos organismos.

Un paso en sintonía con la agenda sinodal

La reforma se sitúa bajo la dinámica sinodal que guía la actual etapa de la Iglesia. No se trata solo de ajustar aspectos jurídicos del Estado Vaticano, sino de aplicar en su propia estructura el principio de corresponsabilidad que se pide a las diócesis de todo el mundo.

En una reciente entrevista sobre la fase de implementación del Sínodo, la subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, Nathalie Becquart, explicó que la verdadera sinodalidad implica invertir en prácticas concretas, no simplemente hablar de ellas. Su visión ayuda a entender el sentido del Motu Proprio: abrir el espacio de la toma de decisiones, ensanchar los equipos de trabajo y crear estructuras que reflejen una misión compartida.

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Según Becquart, el camino sinodal no tiene un único modelo. Lo esencial —afirma— es que cada Iglesia local, según su contexto, adopte mecanismos que le permitan caminar, discernir y decidir con el conjunto del Pueblo de Dios. Esto se traduce en propuestas prácticas: introducir el diálogo espiritual en los consejos parroquiales, organizar asambleas sinodales, establecer conferencias pastorales diocesanas, ampliar la participación de laicos (especialmente jóvenes y mujeres) en funciones de liderazgo y formar a seminaristas y sacerdotes para ejercer una autoridad verdaderamente sinodal.

¿Una señal de estilo de gobierno del nuevo Papa?

El cambio no representa una ruptura con etapas anteriores ni un giro de estilo del nuevo Papa. Se trata de una continuidad directa con el proceso reformador ya en marcha.

La entrada en vigor del documento es inmediata desde su publicación en L’Osservatore Romano, y será incorporado al comentario oficial de los Acta Apostolicae Sedis.