Pisa la serpiente

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serpiente Siempre me ha llamado mucho la atención la escena de Jesús en el Huerto de los Olivos. En ella, podemos contemplar al Señor realmente sufriente, en actitud agónica, tentado por el diablo y en total oración ante su Padre. El diablo, habitual en él, quiere hacerle creer que está solo, que no podrá llevar a cabo la obra de la Redención. Después de varios minutos, la película de Mel Gibson nos muestra la escena con un impresionante pisotón de Jesús a la serpiente. Aquí quiero detenerme: hemos de pisar la serpiente. Todos sabemos cuáles son nuestros puntos flacos, nuestras mayores debilidades, nuestras mayores dificultades. Y el diablo que, como bien dijo Francisco el otro día, “no puede ver la santidad de una persona, sin actuar”, intenta atacarnos por ese mismo lado. Pese a que ya acabó la Cuaresma, siempre estamos en tiempo de conversión, en tiempo de acercarnos más a Dios. ¿Y qué mejor momento que el mes de la Virgen para, como ella, pisar la serpiente? No nos olvidemos que pese a nuestras caídas, Dios nos levanta. Estamos en Pascua. Recordemos: el Señor Resucitó. La muerte no tiene la última palabra. Ánimo en el combate, amigo. No estás solo. Y, si aún así, pierdes batallas, descuida, que junto a Jesús y María “ganarás la guerra”. Confía, ten ánimo. Y reza a San Miguel para que el diablo no te líe y puedas decirle: “he nacido para cosas más grandes”, “¿Quién como Dios?”.

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