Procesos, acompañamiento, implementación: ¡sinodalidad para siempre!

The Blind Leading the Blind by Pieter van den Heyden, 1561 [Cleveland Museum of Art, Cleveland, Ohio]
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Por el P. Gerald E. Murray

El interminable proceso que es el Sínodo sobre la Sinodalidad ha tomado un giro nuevo e inesperado. La actual “fase de implementación” del camino sinodal de tres años, tras la conclusión de la Asamblea Sinodal del pasado otoño en Roma, se ha convertido ahora en la fase preparatoria para algo que nunca se ha visto en la Iglesia Católica: una “Asamblea Eclesial”.

En una carta del 15 de marzo dirigida a los obispos del mundo, la Secretaría General del Sínodo anunció que ahora “comenzará un proceso de acompañamiento y evaluación de la fase de implementación” de las conclusiones del Documento Final de la Asamblea Sinodal por parte de las diócesis del mundo. “Este proceso culminará con la celebración de una asamblea eclesial en el Vaticano en octubre de 2028. Por ahora, por tanto, no se convocará un nuevo Sínodo; en su lugar, el enfoque estará en consolidar el camino recorrido hasta ahora.”

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Así que el camino sinodal lleva ahora, irónicamente, a la cancelación de la próxima asamblea sinodal, la cual será reemplazada por un nuevo y mejorado tipo de asamblea que se erigirá en juez de todo el proceso sinodal: “la celebración de la asamblea eclesial en octubre de 2028 se estructurará de modo que ofrezca tiempos adecuados y sostenibles para la implementación de las indicaciones del Sínodo, además de proporcionar algunos momentos significativos de evaluación.”

Parece, sorprendentemente, que una asamblea sinodal no es un momento “adecuado y sostenible” para evaluar el trabajo de implementación del camino sinodal.

Naturalmente surge la pregunta: ¿Qué es una asamblea eclesial? El cardenal Mario Grech, secretario general de la Secretaría General del Sínodo, fue entrevistado sobre esta cuestión por Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación. Grech advirtió que, “al tratarse de la primera vez que habrá una asamblea eclesial a nivel de toda la Iglesia, hay muchas cosas que aún deben definirse”.

Sin embargo, es perfectamente claro en un punto: será diferente de la asamblea sinodal. “La Asamblea es eclesial, lo cual pretende subrayar su naturaleza y función distintas respecto de la Asamblea sinodal que acabamos de celebrar, la cual es y sigue siendo sustancialmente una Asamblea de Obispos.” [Énfasis añadido.]

En la medida en que esta afirmación tenga algún significado discernible, Grech parece estar sugiriendo que, incluso con la inclusión de no obispos, los obispos fueron, como era de esperarse, mayoría en la asamblea del Sínodo de los Obispos. Aparentemente, eso no es suficientemente sinodal.

Por tanto, la Asamblea Eclesial no será “sustancialmente” una asamblea de obispos. Será sustancialmente una asamblea de no obispos, lo cual significa que la mayoría de los participantes serán laicos. La Asamblea Eclesial reflejará más o menos la demografía de la Ecclesia (Iglesia), en la que el clero, y con mayor razón los obispos, constituye solo una pequeña fracción del número de católicos bautizados.

Aquí vemos la trayectoria de la revolución —no tan lenta— que lleva el nombre de sinodalidad: el llamado del Concilio Vaticano II a la creación de un Sínodo de los Obispos para asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia Universal, principalmente mediante asambleas periódicas en Roma para discutir temas determinados, se ha convertido, en el pontificado del Papa Francisco, en un foro en el que un grupo selecto de laicos, diáconos, sacerdotes, religiosos y religiosas se une como participantes iguales —en voto pero no en número— con los obispos en la asamblea sinodal.

Ahora, ese modo de proceder ha sido juzgado como inadecuado para llevar a cabo el trabajo de la sinodalidad. Una nueva reunión llamada Asamblea Eclesial, en la que los obispos no serán mayoría, tendrá ahora la última palabra sobre lo que significa la sinodalidad y lo que el resto de la Iglesia debe adoptar para ser sinodal.

Quedan sin responder por parte del cardenal Grech, en la entrevista, estas preocupaciones serias:

  • ¿Por qué no se planteó ni discutió en la asamblea sinodal del otoño pasado la idea de una asamblea eclesial que reemplace a la próxima asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos?

  • ¿Por qué no se consultó a los obispos del mundo —en un ejercicio de escucha sinodal— sobre la conveniencia de convocar una Asamblea Eclesial?

  • ¿Por qué el mismo sínodo es incapaz de evaluar la implementación de sus propias indicaciones?

  • ¿Cómo será la composición de la Asamblea Eclesial?

  • ¿Cuántas personas serán invitadas a participar en la asamblea?

  • ¿Cuáles serán los porcentajes de clero, laicos y religiosos seleccionados, y quién hará esa selección?

  • ¿Por qué la asamblea no estará compuesta sustancialmente por obispos?

  • ¿Qué tiene que ver todo esto con la Constitución Divina de la Iglesia que nos fue dada por Cristo, en la cual los obispos están puestos sobre el rebaño, y no el rebaño sobre los obispos?

La Asamblea Eclesial será aclamada por unos pocos como una esperada muestra de progreso, desclericalizando la Iglesia y permitiendo que la voz profética del laicado, supuestamente silenciado hasta ahora, sea escuchada y obedecida.

Será aclamada como un Vaticano III.

Si esta asamblea se celebra según la forma descrita por el cardenal Grech, será un momento destructivo para la Iglesia. Solo la jerarquía ha recibido de Cristo la misión de “enseñar, gobernar y santificar” al rebaño en su nombre y con su autoridad. Los obispos, bajo y con el Papa, son los únicos pastores por designio expreso de Nuestro Señor. Su autoridad no está sujeta al voto mayoritario de ninguna asamblea de laicos.

Los obispos de la Iglesia deben oponerse a esta innovación manifiestamente anticatólica, que convertiría a la Iglesia en algo semejante a un cuerpo protestante.

Acerca del autor

El Rvdo. Gerald E. Murray, J.C.D., es canonista y párroco de la Iglesia de San José en la ciudad de Nueva York. Su nuevo libro (coescrito con Diane Montagna), Calming the Storm: Navigating the Crises Facing the Catholic Church and Society, ya está disponible.

Comentarios
1 comentarios en “Procesos, acompañamiento, implementación: ¡sinodalidad para siempre!
  1. Que suerte las diócesis que tienen curas tan claros y valientes! No pasa eso en Argentina. Estamos siendo mal-guiados por un episcopado mudo, ciego y sordo, pues solo tienen oído para los sindicalistas y villeros …

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