Felipe Monroy. Monterrey, Nuevo León.- Durante la Fiesta de Pentecostés «la fiesta del amor, del perdón y de la unidad», el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, hizo un llamado a la Iglesia católica para que «lleve concordia entre todos los hombres y mujeres» especialmente para afrontar los desafíos que aquejan al estado de Nuevo León: crisis hídrica y crisis de seguridad.
«Hoy la Iglesia recuerda cuál es su misión: llevar el perdón y la concordia entre todos los hombres y mujeres del mundo… se requiere un esfuerzo extra de parte de todos, ya que estamos viviendo situaciones que provocan desasosiego y que incrementan la falta de confianza en las instituciones y en las personas», dijo Cabrera y ejemplificó las áreas de oportunidad para resolver conflictos:
El arzobispo insistió en la crisis de falta de agua en la región norte del país: «la crisis de agua que vivimos en nuestro estado nos obliga a todos a asumir cada uno nuestra propia responsabilidad; las autoridades pueden dejar pasar más tiempo y reforzar el trabajo y las negociaciones pertinente para lograr que el agua llegue a todos sin distinción. Pero también es importante que los ciudadanos responsables del cuidado del agua, tratemos de no abusar de ella y utilizarla para lo estrictamente necesario», declaró.
Y añadió: «Es desafortunado que a la par de esta crisis del agua, estamos viviendo una crisis en materia de seguridad y, como lo he mencionado en ocasiones anteriores, esto nos está llevando a un escenario cada vez más difícil de soportar: el incremento de la violencia por la carencia de agua en las actividades más esenciales en el hogar, que se incentiva con la falta de seguridad en nuestro entorno».
Ante este panorama, el arzobispo insistió en el valor de la unidad, la oración y el compromiso social: «Si bien la oración nos ayuda a fortalecer estos vínculos, no olvidemos el deber que tenemos de unirnos para resolverlos. Hay que pedirle a Dios, quien siempre está dispuesto a socorrernos, que también nos comprometamos desde nuestra realidad concreta a valorar lo que tenemos, a cuidarlo y a defenderlo».
Como parte de la responsabilidad social, el arzobispo Cabrera también pidió que la ciudadanía evite la polarización o los radicalismos ideológicos: «Tratemos de evitar los contrastes y las polarizaciones, que cada uno ceda en aquello que tiene que ceder para que el bien de todos esté sobre los bienes particulares», dijo.