En medio de la gran turbulencia electoral, la descomposición social y el estado de cosas tan polarizado, la Iglesia católica a nivel nacional ha propuesto un diálogo nacional para propiciar el resarcimiento del tejido social y la paz.
Pero en la disminuida y lánguida arquidiócesis de México, las cosas parecen ir al ritmo de la complacencia y el timorato silencio que sólo raya en el espectáculo mediático, las gestiones políticas en beneficio de algunos y el blofeo de los obispos auxiliares ante el silencio del disminuido, gris y oportunista arzobispo Aguiar.
En este desafortunado teatro, una circular dirigida a los vicarios territoriales de la arquidiócesis, por cierto no firmada por el arzobispo Aguiar sino por el vicario general, el obispo auxiliar Salvador González Morales, recuerda a los vicarios territoriales que este tiempo “tan delicado y decisivo para nuestro país en preparación para las elecciones federales de 2024”, el moderador y vicario general de la curia aguiarista actuando “por instrucción de nuestro Sr. Arzobispo Cardenal Carlos Aguiar Retes”, envía “un aviso importante, preparado desde la CEM, que deberá ser colocado en un lugar visible de cada una de las parroquias, rectorías y otros espacios de culto de nuestra Arquidiócesis”.
La cédula de recomendaciones está precedida de instrucciones que son lo realmente criticable en esta circular. Ordenando a los vicarios a instruir a vicarios, párrocos, rectores de iglesias y a otros “ministros de culto” también arrastra a demás agentes de pastoral a “abstenerse de cualquier acto que pueda interpretarse como una inducción o coacción del voto de los fieles” y pide que “en cada comunidad parroquial y lugares de culto se promuevan jornadas de oración por la paz, la reconciliación y la unidad de todos los mexicanos, que nuestros lugares de culto sean espacios de diálogo respetuoso, de discernimiento comunitario y de compromiso con el bien común, siempre guiados por los valores del Evangelio”.
Hasta aquí la esencia de la circular. El anexo es un intento de cédula a fijarse en lugares visibles con el nombre del templo y el registro como AR ante la Secretaría de Gobernación con la severa advertencia: “Las autoridades eclesiásticas han instruido a todos los ministros de culto de su territorio, para que se abstengan de realizar cualquier acto tendente a presionar o inducir a cualquier persona para realizar el voto en algún sentido”.
Haciendo mutismo de la sintaxis de tan terrible advertencia, la gravedad del asunto conlleva a una especie de guadaña que cualquiera puede blandir con severidad. Y aunque la ley es igual para todos, hay algunos que son más iguales que la ley… parafraseando al cerdo Napoleón de «Rebelión en la Granja»
Ha trascendido que el vicario de laicos en el mundo de la cura aguiarista, promociona convenientes pasarelas de candidatos en las diferentes zonas territoriales del arzobispado.
Ángel Luis Lorente Gutiérrez es otro de los misteriosos sacerdotes que, con ese donaire extranjero, arribista, encantador y manipulador, se ha incrustado en actividades políticas y empresariales que hacen levantar muchas sospechas entre el presbiterio arquidiocesano; moviéndose a su antojo y sin mayor control que el de su jefe que le protege, Lorente presume de ser un misionero español con algunos años radicado en México. Su actividad en la pandemia también figuró por entregar despensas de productos chatarra a los sacerdotes en estado de necesidad, sólo por amarrar un insano protagonismo con empresarios que resultó muy cuestionado.
Ahora, en esta efervescencia política, Lorente está realizando pasarelas de candidatos con la encomienda a los vicarios territoriales de convocar a sus decanos. Ya lo ha hecho en la II vicaria y el lunes 22, lo hizo en la tercera zona.
Resulta que los candidatos Isaúl Moreno Gómez, candidato a diputado federal al distrito 11, Rocío Barrera Badillo, aspirante a alcaldesa, ambos por la alcaldía Venustiano Carranza y la diputada Cinthya López Castro, aspirante al senado por la Ciudad de México, se plantaron frente a un buen grupo de sacerdotes de la III vicaria en ¡la alcaldía Gustavo A Madero!
Promocionado en el voto por la coalición que representan, en una anexidad a un recinto religioso, la reunión quiso pasar desapercibida; sin embargo, el calor político no impidió que, en redes, no las de los candidatos, circularan algunas fotos. La reunión no fue de complacencias. Algunos presbíteros sí criticaron a los candidatos y en especial al padre Lorente por una evidente y burda forma de manipulación del voto.
Tales fueron las discrepancias y cuestionamientos que hicieron que los candidatos ya no finalizaran la reunión escapándose por la puerta de atrás justo en el momento del receso que aprovecharon para argüir actividades de campaña pendientes. Lorente hizo lo mismo, sin agradecer, puso pies en polvorosa dándose cuenta de que los curas de esa zona no son una fruta fácil del pelar.
El doble discurso, que siempre ha prevalecido en el arzobispado de Aguiar, es el que sigue dañando a toda esta Iglesia particular. Mientras la reciente circular ordena a sus sacerdotes a ser «perros mudos», quienes están en su primer circulo se mueven en una especie de esfera impune de privilegios que los hacen intocables.
Las reuniones que Lorente ha promovido entre candidatos y sacerdotes, lejos de beneficiarlos, los pone en la mira de la autoridad y les puede costar hasta la candidatura. Lorente Gutiérrez entrega en charola de plata la cabeza de cada uno de ellos, pero, peor aún, pone en riesgo que un local o recinto religioso, pueda ser blanco de sanciones por parte de Gobernación cuando hay una franca reunión electoral de promoción de voto por una coalición.
Dejemos en claro un punto. La ley prohíbe todo acto de proselitismo y partidista, eso es lo penado por la ley; sin embargo, la vaga instrucción del arzobispo Aguiar de “abstenerse” a realizar “cualquier acto” que tienda a presionar a la inducción o prohibición del voto en algún sentido, parece no aplicar al vicario de laicos en el mundo quien puede torcer lo que ordena su arzobispo como mejor le venga en gana.
Pero el mismo Lorente estaría en la mira de las autoridades. Su estatus migratorio ¿le permite este activismo político y proselitismo? ¿Por qué el arzobispo Aguiar tolera este «activismo misionero» de un religioso extranjero? ¿Qué tajada se está llevando? No diga que no lo sabía, padre Lorente. Tampoco hay que simular que está haciendo vida la doctrina social La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. En el fondo, no es buscar el discernimiento para promover el voto, es llenarse las bolsas con los potenciales beneficios que tendría si sus amigos candidatos tienen el poder. Una ambición desafortunada y lamentable para tratar al arzobispado de México como un buen botín electoral, poniéndolo al mejor postor, bajo la complaciente mirada del arzobispo Carlos Aguiar.