ADN Celam. «Todo México está a la escucha de América Latina y el Caribe que habla, que ama, sonríe y quiere caminar hacia adelante,» fueron las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal mexicana, Monseñor Rogelio Cabrera a los asambleístas durante su primera jornada de trabajos presenciales y virtuales.
Desde su condición de anfitrión se expresó en nombre del pueblo de Dios que peregrina en México. Una intervención marcada por el agradecimiento y la certeza de las bendiciones que traerá este camino apenas iniciado por la Iglesia en el continente.
Destacando la posibilidad de acoger la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, bajo el amparo de Nuestra Señora de Guadalupe, agradeció la presencia de asambleístas presenciales y virtuales que en la misma medida considera huéspedes a los que acoge como ángeles y emisarios de buenas noticias para México.
En este sentido aseguró que la primera Asamblea Eclesial permitirá hacer memoria del acontecimiento de Aparecida, memoria que no puede estar anclada en el pasado, sino que está llamada a ser dinámica, creativa y dispuesta para asumir las realidades del futuro.
Aparecida en la memoria, el corazón y la acción
Evocando el mensaje del Papa Benedicto XVI en 2007 durante la V Conferencia, retomó un interrogante que sigue vigente y debe acompañar el desarrollo de esta Asamblea Eclesial: ¿Cómo conocer realmente a Cristo para seguirlo y vivir para encontrar vida en él y comunicar esta vida a los demás, a la sociedad y al mundo?
Si bien considera que esta pregunta ha estado presente más de 14 años y la Iglesia latinoamericana ha respondido a ella de modo muy claro y preciso, durante los nueve años del pontificado del Papa Francisco; es preciso recordar que todas sus palabras, gestos de ternura, y su presencia misma ha sido continua memoria de Aparecida y una respuesta a este cuestionamiento.
Al respecto el también arzobispo de Monterrey afirmó que la presencia de cada asambleísta es un signo de la unión que México tiene con el Papa Francisco, y que surge desde el corazón porque la Asamblea busca ser una expresión de comunión teológica, afectiva y pastoral, porque el deseo que deben compartir quienes acuden a la Asamblea es que «el Papa cuente con nuestro cariño, escucha y nuestro deseo de caminar con él; esta Asamblea estaría incompleta sin su presencia»
Bajo el amparo de la Madre
Finalmente el prelado agradeció a los obispos del mundo que siguen el desarrollo de la Asamblea Eclesial, particularmente a los que se encuentran presentes en México y que han expresado con generosidad su cariño hacia la Virgen María y a Cristo Redentor; pues está convencido de que si aman a Cristo y quieren a Santa María de Guadalupe, ese mismo sentimiento de amor alcanzará a todos los mexicanos.
«Siéntanse a gusto los que pisan nuestra tierra y los que la pisan desde redes, gracias por ser tan buenos con México, por darnos esa oportunidad de hospedarlos». Concluyó