Alfredo Arnold* / Arquimedios. El Semanario de Guadalajara.- Mihail Gorbachov fue una de las figuras más atrayentes para el mundo en los últimos años del siglo XX. Terminó con la Guerra Fría, se acercó a los países occidentales y elogiaba la democracia. Fue testigo de la caída del muro de Berlín en 1989, llevó a cabo una intensa campaña contra el alcoholismo en Rusia, fue el primer líder soviético que visitó a un papa (Juan Pablo II) y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1990.
Emprendió reformas radicales, el Glásnot y la Perestroika, con las cuales buscaba la apertura de la URSS al mundo y al interior de su país, pues quería llevar a Rusia y en general al bloque soviético a un estatus parecido a de Europa Occidental. Finalmente disolvió la otrora poderosa Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas que había fundado Lenin en 1922.
La URSS alcanzó un gran desarrollo después de la Segunda Guerra Mundial, pero en sentido diferente a Estados Unidos y las potencias occidentales. Mientras que de este lado del mapa político se había privilegiado la economía de mercado alcanzando un bienestar social sin precedente, en la URSS se mantenía un régimen herméticamente cerrado, privilegiando la carrera armamentista y el avance nuclear y espacial. El resultado de la existencia de dos súper bloques mundiales tan contrapuestos dio origen a la Guerra Fría, la cual puso al mundo al borde de una tercera guerra mundial.
Poco a poco se fue desmoronando la URSS y así lo advirtió su líder Gorbachov. Algunas naciones que no pertenecían a la Unión Soviética, pero que estaban bajo su influencia, sufrieron cambios dramáticos. En Polonia, Lech Walesa fundó el sindicato Solidaridad que terminó con la dictadura comunista; en Rumania, el dominio de Ceausescu fue liquidado mediante una insurrección popular; Alemania del Este se abría paso a la libertad derribando el muro. En Cuba, enclave americano de los soviéticos, no cayó el gobierno dictatorial de Fidel Castro, pero la isla sufría escasez y una grave crisis de suministros.
“Hemos acabado con la Guerra Fría, se ha detenido la carrera armamentista y la demente militarización del país, que había deformado nuestra economía, nuestra conciencia social y nuestra moral. Nos abrimos al mundo y nos ha respondido con confianza, solidaridad y respeto”, expresó el líder que en aquel tiempo tenía 60 años de edad.
El estado más grande del planeta, con más de 22 millones de kilómetros cuadrados se disolvía ante la mirada sorprendida pero entusiasmada del mundo occidental. El bloque comunista aceptaba su fracaso.
SE DISOLVIÓ LA URSS
Cuando la URSS se disolvió se componía de 15 repúblicas: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán y Rusia. Cada una se convirtió en país independiente. Crimea se disputaba entre Rusia y Ucrania, pero en 2014 fue invadida por Rusia, sin que se registrara una situación de guerra como ocurre hoy en Ucrania. Ahí se encuentra la flota rusa del Mar Negro.
El entusiasmo por el desmembramiento de la URSS pronto se fue apagando con la aparición de conflictos étnicos, guerras civiles, genocidios y terrorismo en fronteras que aún no se resuelven. También hay que decir que el propósito de integrar a las nuevas repúblicas a Europa, no se cumplió. Occidente se mantuvo distante y Rusia comenzó a influir cada vez más en ellas. A más de 30 años de la separación, las ex repúblicas soviéticas sienten nostalgia por la vieja grandeza de la URSS.
Después de Gorbachov, en Rusia siguieron ocho años de presidencia de Boris Yeltsin y después de él llegó Vladimir Putin, quien lleva de facto 23 años en el poder.
Hoy, la invasión a Ucrania y la de 2014 a Crimea, ponen en duda si fue una decisión acertada la disolución de la URSS. Pero también hay que considerar que Estados Unidos, Alemania, Francia e Inglaterra nada hicieron para apoyar el desarrollo de las naciones ex URSS.
Gorbachov tiene 91 años y sigue participando en política. Sigue pensando que la democracia es el camino para la libertad. Pero su tiempo ya pasó.
*El autor es LAE, diplomado en Filosofía y periodista de vasta experiencia. Es académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
https://www.arquimediosgdl.org.mx/edicionimpresa/se-equivoco-gorbachov/
Pienso que los países occidentales no tenían ninguna responsabilidad ( por lo menos absoluta) de ayudar a Europa del este, eran ellos mismos que debían poner todos los factores para acercarse, sino, occidente sería acusado se intromisión ( por que cuando no es juan es juana). Un ejemplo son los países bálticos, que si prosperaron, Georgia lo intentó, pero Rusia se lo impidió, sin contar los países que estab en Asia, que ya no eran competencia de Europa ( siendo muchos de estos de mayoría musulmana, con todo lo que ello implica).