Obispos de la frontera México-Estados Unidos: “Compartimos los sueños de los migrantes”

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A través de una declaración conjunta, los obispos de Texas y de los estados fronterizos del norte de México realizan un manifiesto conjunto exhortando a los gobiernos de ambos a países a invertir esfuerzos por los migrantes y atender eficazmente esta crisis humanitaria.

“Compartimos los sueños y sufrimientos de los migrantes. Sabemos de las situaciones que los obligan a emigrar y del dolor que esto conlleva. Conocemos las múltiples violaciones a sus derechos fundamentales, la pobreza, las injusticias, la violencia, los peligros y los abusos que padecen, tanto en sus lugares de origen, como en los de tránsito y destino”, dicen los obispos a la vez que manifiestan su angustia por la red de grupos del crimen organizado que quedan en la impunidad amparados por la corrupción de autoridades.

En nombre de la Iglesia católica abogan por el respeto a los derechos humanos “no fomentamos la migración ilegal o indocumentada, sino que abogamos por vías legales para la migración”, afirman, en tanto que reiteran la exigencia de “acciones necesarias para proteger y defender los derechos humanos fundamentales de todas las personas, independientemente de su condición migratoria”.

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Al hacer un repaso de la legislación migratoria de ambos países, los prelados reiteran las lagunas como son los vacíos de las estadísticas cuando no reflejan ni el “número de víctimas de trata ni de tráfico ilícito de migrantes, migrantes desaparecidos ni de personas” debido a la falta de políticas, leyes y prácticas que humanicen la migración permaneciendo en la clandestinidad. “Todo esto hace que muchos migrantes sean altamente vulnerables frente a las organizaciones criminales, que los someten a diferentes formas de extorsión y de secuestro, entre otros delitos”.

Así, al enfatizar la convicción de la Iglesia afirmando que migrar es un derecho de cada persona, los prelados recalcan la importancia de protección de las familias evitando cualquier forma de separación y de discriminación.

La respuesta a esta crisis requiere, de parte de la Iglesia, una pastoral preparada que, a pesar de que muchas veces se ve desbordada, será fortalecida especialmente con programas de voluntariado y favoreciendo, entre la sociedad, una cultura positiva en torno a la inmigración y donde las parroquias cobran una centralidad como lugares donde “el huésped se encuentra a gusto, acoge a todos y no discrimina a nadie, porque nadie le es ajeno”, según palabras de Juan Pablo II.

De esta forma, los obispos, en su parte conclusiva, exhortan a los gobiernos de México y Estados Unidos a incrementar y simplificar la concesión de visados, abrir corredores humanitarios, asistencia consular, libertad de movimiento y la posibilidad de trabajar, protección a los menores de edad y preparar a las comunidades locales para los procesos integrativos, entre otras acciones.

El mensaje completo puede leerse aquí.

«Unidos construyendo el futuro con los migrantes», mensaje de los obispos de la frontera de Texas y México

 

 

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