Eugenia Jiménez / Capital CDMX.- Los obispos cuestionaron al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre qué pretende demostrar en la revocación del mandato y ven con temor que se pretenda perpetuar en el poder.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en su mensaje sobre este proceso no fue contundente, como en el pasado, cuando señaló que es un “pecado social” no participar en elecciones.
En esta ocasión, los obispos invitaron a los fieles a orar “delante de Dios” y así decidir si deben participar o no “en caso de hacerlo en qué sentido deberá emitir su voto”.
El mensaje de la CEM es contrastante porque mientras deja que Dios aconseje a la grey sobre su participación, firmemente brinda su apoyo al Instituto Nacional Electoral (INE).
En momentos en que hay una plena confrontación de los diputados de Morena con el INE que han propuesto juicio político para su consejero presidente Lorenzo Córdova y al consejero Ciro Murayama.
Las manifestaciones de apoyo al INE también se dieron en lo particular.
El obispo Hilario González García de Saltillo llamó a no dejar morir sólo al Instituto y en la medida de lo posible apoyarlo.
Tras señalar que no ha tomado una decisión sobre participar en la revocación del mandato, mencionó que algunos ciudadanos no ven la necesidad de esta consulta.
Los obispos
A su vez, el obispo Salvador Rangel de Chilpancingo, afirmó: “Es una consulta pagada y propiciada por el Gobierno que no es otra cosa que un golpe de estado democrático”. En entrevista con el periódico Reforma, el obispo manifestó su temor: “… de que cuando cumplan los seis años (AMLO) va decir lo mismo haciendo otra consulta. Y el peligro que yo veo es de que se vaya a perpetuar en el poder, aunque él ha dicho que no oficialmente».
Otro jerarca católico crítico, el cardenal Felipe Arizmendi mencionó que llama la atención en este proceso que “quienes más promueven que se participe son quienes están en el poder, empezando por el Jefe Supremo”.
Las dudas
Aseguró que ahí entran las suspicacias y lanzó preguntas:
Los que más promueven esta votación, ¿sólo anhelan una ratificación de lo que están tratando de hacer para lo que llaman una transformación del país? ¿Se quieren demostrar a sí mismos, y al resto de la opinión pública, que el pueblo les apoya mayoritariamente, para seguir por el mismo rumbo, sin cambiar para nada sus estrategias? ¿Están tan seguros de que todo lo que hacen está muy bien hecho, y de que el pueblo quiere que así sigan? ¿Están tan seguros de que la mayoría les va a apoyar? ¿Cuáles son esas mayorías? ¿Las que reciben dádivas y apoyos que el gobierno les da?
Al actual gobierno, ¿sinceramente le interesan los pobres, o sólo estos votos cautivos e interesados?
Porque dijo: “No abusamos de un poder religioso para inclinar la balanza, y esto no por falsa prudencia, ni por temor, sino porque este asunto es de la libre competencia del resto de los mexicanos”.
Falta contundencia
El analista Guillermo Gazanini destacó que la participación de los fieles en la revocación del mandato no es imperativo para la CEM.
Para Gazanini, al mensaje del Episcopado, difundido el 15 de marzo, “le faltó contundencia” porque en procesos electorales han señalado que no votar es un pecado social.
Por eso consideró que hay obispos que no están acorde con el mensaje de la CEM, como el obispo Salvador Rangel, ya que consideran que ese ejercicio es una trampa.
El espaldarazo de la CEM a labor del INE, dijo, es importante porque en estos momentos ese árbitro electoral es cuestionado.
“Está en riesgo la política electoral, se pretende disminuir, desmantelar y desaparecer al instituto”, añadió.
Pese al comunicado emitido por la CEM no todos los obispos lo respaldan.
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