Al concluir la 117 asamblea de la CEM, en el acostumbrado mensaje del pueblo de Dios, los obispos de México reconocen las situaciones urgentes que agobian a México llamado a fieles, hombres y mujeres de buena voluntad a no tener miedo confiando en la presencia de Cristo quien “dio su vida para salvarnos, y ahora está vivo a nuestro lado cada día, para iluminarnos, fortalecernos y liberarnos”.
“Nos preocupan profundamente nuestras comunidades afectadas por la «cultura de la muerte» que se manifiesta en la violencia, la impunidad, el crimen organizado, la crisis en diversas instituciones, la pobreza y el deterioro ambiental de nuestra Casa común. El asesinato y desaparición de muchos hermanos, como el reciente crimen en contra de nuestro hermano sacerdote Marcelo Pérez han dejado una huella de dolor en nuestro pueblo”, señala el mensaje suscrito por el presidente y secretario de la CEM, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y el auxiliar de México, Héctor Mario Pérez Villarreal.
Asimismo, los obispos advierten con preocupación sobre las iniciativas que se promueven en torno a la despenalización total del aborto; reconocen, igualmente, la necesidad de una pastoral urgente sobre la migración llamando a caminar juntos en la defensa y promoción de la vida, reconocer la fuerza de las mujeres en la sociedad y para tender “puentes con la sociedad civil y autoridades para fortalecer la democracia y los derechos humanos y preservar el Estado de derecho, evitando todo autoritarismo y totalitarismo”.
Los obispos recuerdan los eventos de gracia y fe que se celebrarán en próximos meses, el jubileo de la redención 2033, los 500 años del acontecimiento guadalupano en 2031 e impulsar el diálogo con las nuevas generaciones, transmitiendo los valores cristianos y el valor sagrado de la vida para ser “testigos creíbles de la riqueza del Evangelio, construyendo una Iglesia en salida que dialoga con la cultura contemporánea”.