Editorial Centro Católico Multimedial. Un nuevo llamado a la paz

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Editorial CCM / Esta semana, a través de un comunicado, la Conferencia del Episcopado mexicano llama a una nueva Jornada Nacional de Oración por la paz este domingo 3 de noviembre como un eco a lo sucedido hace ya más de quince días en Chiapas, el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez

El llamado de los obispos intensifica la oración por la paz e involucrar a los creyentes y hombres de buena voluntad en una gran peregrinación en San Cristóbal de Las Casas para afirmar que México tiene una vocación distinta a la de la violencia. Con esto, el llamado es certero, vivir en la certidumbre del bien, convivir en un estado de derecho y, sobre todo, enfatizar el diálogo como recurso de la resolución de los conflictos y dirimir las controversias.

No se pueden alcanzar procesos de pacificación cuando una de las partes no tiene disposición. Hoy, tal parece que la política llega a un momento de tensión extrema y la soluciones no parecen ser las suficientes puesto que se ha tomado como recurso efectivo el de la polarización y el conflicto; a la par, esto desparrama en la sociedad. Cada vez más son comunes situaciones de conflicto, de agresiones e intolerancia donde parece que el que más puede es el mejor en la comunidad.

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Por eso, los obispos de México, en este nuevo llamado, quieren elevar la voz de todos los silenciados y urgen a los responsables atender las causas estructurales de la violencia en el país. Llama la atención que los obispos de México exhorten a las responsables de la seguridad y del gobierno del país a “garantizar la seguridad de los agentes de pastoral”, es decir, de hombres y mujeres quienes, como el padre Marcelo, dedican su vida a defender la paz y denunciar las violencias.

Al respecto, desde hace más de 15 años, el Centro Católico Multimedial (CCM) ha venido recopilando todos estos casos de sacerdotes, agentes de pastoral y laicos que han sido asesinados. En un inicio desde el CCM se advertía que las agresiones del pasado estaban incubando algo muy peligroso y que, de no denunciarse por los obispos y ser atendidos por las autoridades responsables, irían escalando. A través de sus reportes y un extenso trabajo de investigación, el CCM afirmó lo que hoy los obispos denuncian: los riesgos y peligros que los agentes de pastoral enfrentan en su trabajo y misión.

En esta Jornada por la paz del 3 de noviembre, ese clamor vuelve a cimbrar a la opinión pública, pero la pregunta es obligada: ¿Hasta cuándo llegará la anhelada paz? ¿Podremos soportar otro asesinato que duela particularmente a toda la Iglesia? Hoy, sin duda, hay sacerdotes y hasta obispos que están en la mira del crimen y ya no son suficientes las supuestas garantías de que “se está fortaleciendo la seguridad”, que “todo está bajo control”, “que son circunstancias locales” o “que las fiscalías están avanzando en las investigaciones”. “Botones de pánico” ni “medidas de seguridad” impidieron el asesinato de Marcelo Pérez …  Es imperativo que el Estado haga lo que debe hacer: Garantizar la seguridad y el derecho, no consentir a los criminales ni favorecer la anarquía.

 Este es un nuevo llamado a la paz para impedir otro crimen como el del padre Marcelo, como el de los jesuitas de la Tarahumara o de todos los sacerdotes que han sido asesinados en diversos estados del país; sin embargo, de no remediarse las cosas, es cuestión de tiempo… Nadie quiere ni busca otro crimen. No los amantes de la paz y del bien, pero sí quienes se empeñan en destruir a México.

 

 

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