Editorial CCM / Concluyó la visita del número dos de la Sociedad de San Pablo a nivel mundial, el polaco Boguslaw Zeman y el consejero general, el hindú Johnson Vattakunnel a los paulinos de México, la cual levanta expectativas en torno al futuro, empuje y sobrevivencia de una provincia que recientemente incorporó a los paulinos estadunidenses.
Por casi un mes, Zeman y Vattakunnel dialogaron y tuvieron en sus manos el pulso preciso de los paulinos estadunidenses y mexicanos. Un largo recorrido que los llevó a conocer desde las labores apostólicas en Estados Unidos hasta tocar la realidad de México. Para los enviados del gobierno general de Roma las cosas arrojan una evidencia incontrovertible, la Sociedad de San Pablo en México vive una crisis, la cual hay que afrontar con nuevos métodos, audacia en los medios, procurando un reconocimiento sincero de las culpas, los vicios adquiridos y las virtudes necesarias para recuperar un esplendor perdido.
Más que una inspección inquisitorial, Zeman y Vattakunel tienen en sus manos una oportunidad de emprender caminos para restaurar la confianza y provocar la recuperación de la vitalidad, si bien es tarea particular de los paulinos mexicanos. Los enviados volverán a Roma con una carpeta de preocupaciones: La parálisis de los provinciales, su ausencia y notorias negligencias, incompetencia en las formas de cumplir con el carisma, degradación de los apostolados, opacidad en el uso de los recursos y mucho clericalismo entendido con el que se cubre a las cúpulas irresponsables.
Pero el plato principal es la elección de un nuevo provincial. En las próximas semanas, los paulinos de México habrán de ver el humo blanco que les dará el respiro de la renovación o el anquilosamiento sofocador. Para el nuevo provincial, las cosas no serán nada fáciles. Primero, deberá enfrentar a una cúpula que se negará a dejar sus privilegios y poder.
No obstante, lo más delicado será el tema de los abusos y los posibles encubrimientos. Zeman y Vattakunel saben lo que pasó en México y cómo, durante su visita, se anunció la orden de aprehensión de autoridades venezolanas contra un exsacerdote. Para el futuro provincial, no es el inicio de una cacería de brujas, pero se trata de elemental justicia. La Iglesia, lastimada por los abusos, tampoco puede dejar de lado que sus órdenes, comunidades y congregaciones, así como diócesis y arzobispados, sean refugios de pederastas y encubridores. Ese será de las principales tareas en un líder que “apabulle” con el signo de la humildad y la sabiduría en su actuar.
Ahora, es necesario sanar las heridas. Lo que se ha enquistado en la Sociedad de San Pablo es tan profundo que hundir el bisturí será un proceso delicado y muy doloroso. En estos tiempos, la urgencia es recuperar la memoria con un poco de sincera voluntad. Como escribió su fundador, el paulino “debe tener el corazón del divino Maestro para los hombres como se manifiesta en el «Venite ad me omnes». Si la Sociedad de San Pablo en México quiere sobrevivir es esencial volver a las fuentes, es la fidelidad al carisma de Santiago Alberione.
