Al término de marzo, los mexicanos estaremos sometidos nuevamente a las campañas electorales en un país que vive permanentemente en comicios para elegir candidatos a diversos cargos en el Poder Judicial, elecciones inéditas ya que, en la vida institucional del país, esos jueces, magistrados y ministros eran llamados a ocupar los cargos a través de la meritocracia y la carrera judicial.
Sin duda, las elecciones al Poder Judicial tuvieron por base no una reflexión o diálogo que permitiera su mejor aplicación; más bien son el resultado de una venganza del expresidente López Obrador quien, tras la apabullante victoria electoral de junio de 2024, dejó a su sucesora estas elecciones que ya comienzan se comienzan a vislumbrar costosas, opacas, onerosas y, sobre todo, de las que comenzarán a abrir de nuevo el catálogo de marrullerías y trapacerías electorales para que los candidatos alienados al sistema obtengan el triunfo, en total, se elegirán en diversas boletas electorales 881 cargos judiciales entre los que están nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial, 15 magistrados se salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial 464 magistrados de circuito, 386 jueces de distrito y cinco integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial.
En la semana que concluye, el pasado jueves 13 de marzo, +Vida +Familia en el Estado de Veracruz organizó una mesa de diálogo informativa que despertó gran interés sobre este proceso electoral cuyas campañas están por iniciar el 30 de marzo. Advirtió de las personas, ministros en funciones y aspirantes que, son un peligro que podrían inducir e inclinar la balanza para favorecer a candidatos que ocupen un asiento en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, personas afines al partido en el poder para inclinar la balanza, ya sin ningún control o contrapeso, en favor de los afines a la ideología del régimen que consiguió desmantelar el orden constitucional.
Sin embargo, este diálogo ya advirtió de cómo se podría ir fraguando el fraude con las particularidades que, para muchos electores, ahora son prácticamente desconocidas. Esas son las elecciones de los candidatos a cargos judiciales en los tribunales y juzgados locales. El análisis de +Vida +Familia ha destacado que, en Veracruz, podrían estar marcadas por la opacidad y el fraude.
A principios de año, la gobernadora del Estado presentó una reforma a la Constitución local que es el nodo del asunto: Que, “por única ocasión”, los votos no se cuenten por ciudadanos en casillas, sino por los funcionarios de los órganos desconcentrados. En pocas palabras, lo que era ordinario, el conteo de votos por ciudadanos en casillas electorales ahora desaparece para que otros cuenten y den los resultados oficiales.
Pero aflora otra preocupación, la influencia de legisladores locales que, amañada y tramposamente, han impuesto candidatos judiciales que estaría vulnerando los principios de imparcialidad y de justicia que deben caracterizar el trabajo de los juzgadores.
Para +Vida +Familia, las conclusiones del diálogo son contundentes. Con la evidente vulneración de la transparencia electoral, la falta de respeto a la voluntad popular por un potencial fraude electoral que compromete la legitimidad de estas elecciones, son la punta del iceberg de algo peor: Un sistema judicial asociado a la política de oscuros intereses, esa que puede corroer el estado de derecho para poner la ley para bien de pocos y lesionar a muchos. El gobierno corruptor de la justicia en la que la norma es el privilegio en el Estado que se descompone “porque el pueblo así lo ha decidido”