El homicidio de los dos jesuitas de la misión de san Francisco Javier en Cerocahui, Chihuahua, llegó hasta la audiencia general en la que el Papa Francisco este miércoles 22 de enero en la señaló su conmoción por el asesinato que ha causado revuelo mundial. En un párrafo dedicado a la memoria de sus compañeros, el Papa expresó: “Expreso también mi dolor y consternación por el asesinato en México, anteayer, de dos religiosos jesuitas, mis hermanos, y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cercano con el afecto y la oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta los sufrimientos innecesarios”.
Estos crímenes han agitado no sólo las aguas de la vida eclesial, también llegó a la política. En conferencia de prensa, el presidente López Obrador declaró que las fuerzas armadas habrían identificado al autor del crimen y la prioridad es recuperar los cuerpos de los dos sacerdotes y de una tercera víctima, el guía de turistas Pedro Heliodoro Palma Gutiérrez. También se habría dado el secuestro de Paul Osvaldo B. y Armando B, una mujer y un menor de edad. Desde el centro del país se habría ordenado un despliegue de las fuerzas federales y estatales para hallar a los responsables y recuperar los cuerpos desaparecidos.
En el Senado, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, uno de los que aspiran a entrar en la competencia por la sucesión presidencial del 2024, condenó el doble asesinato, además de plantear la revisión de la estrategia de seguridad: “Es momento de reflexionar en el Congreso y de revisar, con toda seriedad, el plan de seguridad en el que los senadores tenemos la obligación constitucional de hacerlo”, a la vez que envió condolencias a la comunidad católica de la que el senador dijo ser parte.
El perfil de los sacerdotes asesinados ha sido publicado en diversos medios. La Compañía de Jesús señaló los siguientes datos en los que destaca una actividad apostólica consagrada a la evangelización de las comunidades indígenas del Estado de Chihuahua:
El padre Javier Campos, El Gallo, nació el 13 de febrero de 1943 en la Ciudad de México. Ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1959, a la edad de 16 años para ser ordenado sacerdote, el 8 de junio de 1972, en la Ciudad de México. Un año después empezaría su misión como superior local, vicario pastoral y episcopal en la Sierra Tarahumara en la comunidad de Norogachi. Fue párroco en Guachochi (1974-1983), Chinatú (1987 – 1999) y Cerocahui (1996 – 2016). De 2019 a 2022 fue superior de la misión jesuita, Párroco, vicario de pastoral indígena de la diócesis de Tarahumara, asesor regional de CEB’S (Comunidades Eclesiales de Base).
El padre Joaquín Mora, Morita, nació el 28 de agosto de 1941 en Monterrey, Nuevo León. Ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de julio de 1958, a los 16 años. Fue ordenado sacerdote el 1 de mayo de 1971 en Monterrey. Misionó en la Sierra Tarahumara durante durante 6 meses y en 1976 en Sisoguchi donde fue vicario cooperador.
En la misma Tarahumara realizó su tercera probación (1976 – 1977) y regresaría en 1998-1999. Desde el 2000 fungió como vicario parroquial en Chínipas hasta 2006, posteriormente como vicario cooperador en Cerocahui desde 2007 hasta 2022.
