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¿Cuál es el sentido de la Independencia? Esto dice el obispo de Apatzingán

Mensaje de Mons. Cristóbal Ascencio García en el mes patrio 2021
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¡México quiere vivir! Es el grito que ahora se escucha después de la despenalización del aborto. En su mensaje por el mes patrio, el obispo de Apatzingán, Mons. Cristóbal Ascencio García, reflexiona sobre el sentido de la Independencia y cuál es la condición por la que atraviesa México. Recordando las complicadas circunstancias de la Nueva España, el México independiente del siglo XXI está lastimado por el yugo de las cadenas de la violencia y corrupción.  Según el obispo Ascencio García, nuestra sociedad parece que está en el abandono, trayendo a la memoria la delicada situación de guerra entre grupos del crimen organizado en la diócesis, «tenemos pueblos secuestrados, carreteras federales trozadas, retenes de gente armada, familias que salen a buscar otra patria, llorando y corriendo con los pies mientras arrastran el corazón».

Se dirige particularmente a los católicos de buena voluntad en torno a la cuestión del aborto. Aunque se haya despenalizado por la Suprema Corte de Justicia, el obispo apunta a decir que no es una invitación a practicarlo. «Luchemos por intensificar la educación en familia e infundir los valores humanos y evangélicos. No podemos quedarnos callados, nuestro grito en medio del desencanto y la tristeza debe ser de indignación; nuestro grito debe surgir desde el corazón y desde el lugar donde nos toca estar, gritemos: ¡Queremos vivir, México quiere vivir!»

Enseguida, el mensaje completo de Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán.

«La vida se respeta desde su concepción»

Hermanos de esta muy querida diócesis de Apatzingán,

Hoy 13 de septiembre de 2021, les saluda su obispo Cristóbal Ascencio García. En este mes patrio, donde recordamos que en el año de 1810 se dio el grito de independencia; un grito que olía a libertad, a autonomía, a formar patria, un grito de esperanza; pero ese grito se ha ido apagando a lo largo de los años y considero que debemos gritar desde el lugar donde vivimos, pero hoy con un grito de indignación, ya que los ideales que motivaron la independencia se han venido diluyendo.

Recordemos que la situación social y política por la que atravesaba la Nueva España en el año 1810, fue el caldo de cultivo para que nuestros antepasados se animaran y organizaran, para lograr independizarse de España; para forjar una patria donde se viviera en libertad, en igualdad; donde las leyes favorecieran al hombre mexicano; donde los recursos se aplicaran en la nación.

La independencia nos recuerda que nos quitamos unas cadenas de dominio, cargas de impuestos que salían para España, leyes que se fraguaban en un País distante. Independencia nos indica autonomía, libertad, igualdad, leyes propias. A 200 años de la consumación de la independencia, como obispo y viendo la realidad social y política, me sigo preguntando ¿realmente se logró la independencia? ¿no será que sólo cambiamos de verdugos, de dominadores, de cadenas? A 200 años de haberse logrado la consumación de la independencia, creo que es momento importante para reflexionar ¿Qué hemos hecho de nuestra patria? ¿Siguen vigentes los ideales? ¿Realmente nuestros gobiernos se han preocupado más de sus ciudadanos que aquellos reyes que gobernaban desde España?

Lo expreso así, ya que analizando nuestra sociedad pareciera que hemos estado en el abandono. Lo expreso por la experiencia que tengo en el lugar donde me ha tocado desempeñar el ministerio que Dios a través del Papa me ha confiado en esta “querida Diócesis de Apatzingán”, donde tenemos pueblos secuestrados, carreteras federales trozadas, retenes de gente armada, familias que salen a buscar otra patria, llorando y corriendo con los pies mientras arrastran el corazón.

De allí que me pregunte: ¿A esto le podemos llamar libertad por la que lucharon nuestros héroes? ¿Qué ha sido de aquella igualdad buscada por ellos? ¿Qué ha sido de su constitución? Lo expreso así, ya que me ha llenado de tristeza y dolor, como a la inmensa mayoría de los mexicanos, el darme cuenta que el día 7 de septiembre del año en curso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aprobó la “despenalización del aborto”; yo diría que aprobó o legalizó el asesinato de personas inocentes, las personas más indefensas, nuestros hermanos aún no nacidos.

¿Qué hemos hecho de nuestra querida Patria? ¿Hacia donde se encamina una sociedad que permite el asesinato de las personas inocentes y más indefensas? ¿Hacia dónde va una nación donde campea libremente la impunidad? Me dirijo a ustedes hermanos de esta diócesis, pero también a todos los católicos y a hombres y mujeres de buena voluntad que me estén escuchando, les digo: El que se haya despenalizado el aborto, no es una invitación a practicarlo. Luchemos por intensificar la educación en familia e infundir los valores humanos y evangélicos. No podemos quedarnos callados, nuestro grito en medio del desencanto y la tristeza debe ser de indignación; nuestro grito debe surgir desde el corazón y desde el lugar donde nos toca estar, gritemos: ¡Queremos vivir, México quiere vivir!; nuestro grito debe unirse para que pueda ser oído por aquellos que sus ideologías o intereses los han conducido a la sordera.

Hermanos, en este mes patrio que recordamos que un grito unió a un pueblo para luchar por la independencia de su Patria, me sigo preguntando: ¿Cómo lanzar el grito con alegría y no de indignidad, en un País donde no todos sus ciudadanos tienen derecho a nacer? En medio de la tristeza por la “despenalización del aborto”, por ver a mi Diócesis en medio de la inseguridad y violencia, hoy rezando a Dios, me encontré con un himno que a la letra dice: “Cantemos al Señor con indecible gozo, ÉL GUARDE LA ESPERANZA DE NUESTRO CORAZÓN”. Dios nos sigue motivando para que no perdamos la esperanza, hagamos lo que nos toca, desde el lugar donde nos toca estar. Y dirijámonos a Nuestra Madre María de Guadalupe, Nuestra Señora de la Esperanza: ¡Ruega por nosotros!, Santa María de Guadalupe: ¡Salva Nuestra patria y defiende nuestra fe!

Les bendigo a todos, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

+Cristóbal Ascencio García, obispo de Apatzingán.

Comentarios
7 comentarios en “¿Cuál es el sentido de la Independencia? Esto dice el obispo de Apatzingán
  1. …»los ideales que motivaron la independencia se han venido diluyendo»…

    No.

    Los ideales que motivaron la independencia, que son exactamente iguales a los de la Revolucion Francesa, no se han venido «diluyendo».

    Es que no han funcionado nunca.

    Exactamente como en la Revolucion Francesa, la burguesía da un golpe de Estado para gobernar el pais en su propio beneficio egoísta.

    En concreto la chispa que hizo caer al Rey fue la decisión de éste de declarar el Estado en bancarrota, porque era imposible pagar la deuda pública (emitida para financiar las guerras de Luis XIV y sobre todo la de los Siete Años y la de Independencia norteamericana con Luis XV, porque la mitad de todos los ingresos de la Corona iban a pagar esa deuda. La insostenibilidad de la situación forzó al Rey a convocar los Estados Generales y los representantes burgueses son los que le destronan). Porque la burguesía había invertido sus fortunas en esos bonos (que se pagaban al 14% y se habían convertido en perpetuos). Lo cual significa que si el Estado deja de pagar, se arruinan totalmente y sin remisión.

    Pero, la burguesía es una parte muy pequeña de la nación y no tiene ni la fuerza ni la legitimidad para dar golpes de Estado ni para destronar al Rey. Necesitan del «Pueblo» y se arrogan el derecho de representar a la «nacion».

    Para manipular al Pueblo para que mate y se deje matar es necesario engañarle para que lo haga en nombre de la «libertad» (?), la «igualdad»
    (?) y la «fraternidad» (?). Si. Así, como suena.

    Esto trajo el Terror (en pocos meses, cientos de miles de inocentes son asesinados con la guillotina y a cañonazos), una guerra civil, el genocidio católico y 20 años seguidos de ruina económica…

    Pero ?cómo deslegitiman al Rey para gobernar y a los nobles para robarles sus tierras?

    Declarandoles «extranjeros» (Francos, no galos) y «invasores ocupantes» y, por tanto, se tienen que marchar.

    Esto es exactamente lo que copian y hacen los criollos «patriotas», blancos.

    Y del mismo modo que los patriotas burgueses «galos» roban a la Iglesia todas sus propiedades (para pagar la deuda nacional a sí mismos) y ser como nobles («francos») -terratenientes- (sacar todas las propiedades a la venta al mismo tiempo para bajar los precios y permitir pagar a dos años de la compra. Como es venta pública, nadie puede luego alegar nada en contra)

    Porque evidentemente los ilustrados van a saber explotar mejor que los no ilustrados (los católicos, que no piensan porque «creen» en cosas y porque son «intolerantes») la «riqueza nacional», lo cual constituye justo titulo para robar y matar «filosofando».

    Por eso nada funciona según lo planeado, excepto enriquecerse con propiedades ajenas.

    Porque lo que llamamos «progreso», «ilustración»…es el resultado de una estructura económica muy determinada: La industrial.

    Y estos procesos «revolucionarios» lo que hacen es ir justamente en sentido contrario a la Historia económica: estructura económica agrícola (que no permite añadir valor al producto y que mantiene al que no tiene tierras en la miseria total, aunque digna)

    Es decir, los patriotas mexicanos hacen exactamente lo contrario a lo que hacen los patriotas norteamericanos.

    Por eso México es hoy pobre y los Estados Unidos de Norteamérica (o Japón, Corea… porque es igual ) son ricos.

    El grito de Dolores fue:

    «En nombre de la Virgen de Guadalupe y del Rey de España contra los «peninsulares». Viva México»

    Sí, muchos hicieron su agosto en nombre de la Patria irredenta por «extranjeros invasores». Hasta hoy.

    Y como vemos, seguimos sin aprender.

    Lo curioso del caso es que 200 años después todavía seguimos preguntarnos:

    ?cómo es que con tanta ilustración esto no funciona (no hay libertades ni progreso económico )?

    Pues sí. !qué cosas!

  2. «donde las leyes favorecieran al hombre mexicano; donde los recursos se aplicaran en la nación»

    Las Trece Colonias norteamericanas se independizan de Inglaterra porque eran colonias comerciales.

    Esto es, ellas producen la materia prima que venden a la metrópoli al precio que ésta demanda, se transforman en las fábricas inglesas, donde se añade valor que luego se cobra, y se venden en las 13 colonias al precio que la metrópoli exija, porque para ello son colonias. Son colonias para ser explotadas.

    La chispa de la Revolución fue la pretensión de que las colonias pagasen un impuesto, que no habían votado en el Parlamento, porque ninguna tenia representación, para financiar los problemas de Inglaterra (una de tantas guerras europeas). Porque en el derecho público anglosajón no hay impuesto sin representación («no taxation without representation»). Y evidentemente ellos dicen: «o jugamos todos o se parte la baraja».

    Y naturalmente la masonería aprovecha la ocasión para fabricar un Estado ex novo basado en la doctrina masonica. Por eso llaman a EEUU «Libertia» o Tierra de la Libertad. Gobernada en secreto por las logias en beneficio no del Pueblo, sino de la élite que las maneja.

    Pero esta no es la situación de los Virreinatos.

    No solo porque son parte de España como cualquier otro reino -no son colonias comerciales-, es que España no es un pais industrial que necesite de un mercado cautivo.

    El mercado americano es uno, de Tierra del Fuego a Alaska y eso, junto con la Pax Hispanica, favorece el comercio interior en beneficio de todos.

    Es la destrucción de los virreinatos con la creación de múltiples repúblicas bananeras, enfrentadas entre sí basadas, en la «libertad» y la «razon» masonicas cuando se convierten en colonias comerciales de Inglaterra primero y de Estados Unidos después, porque son fuertes Estados industriales que necesitan de un mercado cautivo donde vender sus mercancías, no porque sean «ilustrados».

    Y, curiosamente, por mucho eslogan vacío de libertad, igualdad y fraternidad, son dictaduras de espadones, cuya máxima preocupación es conservar sus grandes haciendas y a sus siervos capones y «desamortizar» (robar) a la Iglesia sus bienes porque es evidente que ellos sabrán administrar mejor la «riqueza nacional» y traer la ilustración y la prosperidad al «populacho»

    Después de 200 años seguidos de mentiras ya es evidente que es mentira.

    Nótese que el procedimiento de los ilustrados ha sido el contrario al de los sajones:

    De 13 colonias independientes los masones hacen una confederación primero y luego una federación. Federación que podrá invadir México en una guerra ilegal y robarle casi dos tercios de su territorio. Esto es, como recuerdan en su moneda (el dólar español o «de a ocho»): «e pluribus unum».

    Del imperio español lo descuartizan en multitud de Estados y regiones enemigos entre si y que así no podrán luchar con México para rechazar a los sajones invasores y mantener la integridad patria.

    Porque como muy bien decían los antiguos: «divide et impera».

    Y si mantienes a la población interior dividida con eslóganes como «libertad» (?), «igualdad (?) y «fraternidad» (?), mejor.

  3. …»cadenas de dominio, cargas de impuestos que salían para España, leyes que se fraguaban en un País distante»…

    Este hombre miente como un bellaco

    En primer lugar no hubo ninguna «cadena de dominio… O por lo menos no más cadenas ni no más dominio que las que mantienen Chiapas y otros Estados mexicanos sometidos a México.

    «Cargas de impuestos que salían para España»

    Los impuestos en el antiguo regimen iban directamente a la defensa, simplemente porque el Estado no cumplía otro servicio, muy al contrario que hoy, que esperamos que nos arregle la vida.

    Habrá habido colectas especiales de impuestos, sí, pero para la defensa común, que básicamente era contra la herejía protestante (porque disgregan los Estados basados en la unidad religiosa. No es un problema de tolerancia)

    Lo que si hubo, y causó un gran descontento, es una contribución en América para levantar una flota que pudiese luchar contra los piratas y las invasiones inglesas y francesas.

    La realidad es que América fue un agujero negro para España, porque costó hombres y dinero. Gracias a la plata de Potosí en Bolivia y a los yacimientos de México (no de todo México ) se logró mantener la defensa del Imperio en Europa y América.

    Y naturalmente las fortificaciones de defensa en los virreinatos, porque eso y las guarniciones que las usan cuesta dinero. Muchísimo dinero todos los días, meses, años…

    Este individuo olvida también que la Iglesia Católica era mantenida (incluida la construcción de iglesias y catedrales ) por el Rey de España, porque a eso le obligaba el Derecho de Patronazgo otorgado por los Papas.

    Respecto a las «leyes distantes», lo importante no es que sean próximas o distantes.

    Lo importante es que funcionen.

    Y funcionan si dan seguridad pública y justicia entre todas las personas y grupos sociales de la comunidad.
    Esto justamente es lo que hacen las Leyes de Indias, que protegen a los indios de criollos y peninsulares. Porque como la Iglesia enseña, todos son hijos de Dios y hermanos en Cristo.

    Cuando los blancos dan el golpe de Estado y se hacen con el gobierno del Virreinato, lo primero que hacen es abolir las Leyes de Indias y dar «leyes cercanas» que permiten asesinar a los indios para robarles sus tierras. Ídem para robarle a la Iglesia Católica las tierras con las que financia su misión ordenada por Cristo de ir y predicar y quedárselas ellos.

    Habrá que recordar a este señor que «La Verdad os hará libres». Repitiendo sin pensar los dogmas masonicos, no.

    1. Entiendo que ya JAVIER ha dicho mucho y bien. Sólo pregunto a Su Ilustrísima cuánto duraron después de la Independencia instituciones como los «resguardos» o «los ejidos» que eran propiedades comunales para consumo de los más humildes o cuántas obras de ingeniería hidráulica, como el acueducto del P. Tembleque, que también servía a la masa popular, fueron creados por los gobiernos del Méjico ya independiente.

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