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Balean a sacerdote, obispado de Chilpancingo-Chilapa pide investigar “la verdad de estos hechos”

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La tarde de este jueves 29 de julio, se difundió una nueva agresión contra un sacerdote católico. De acuerdo con información difundida en redes sociales del Centro Católico Multimedial, el padre Felipe Vélez Jiménez fue agredido a balazos en lo que se estimó ser víctima de las circunstancias en un fuego cruzado.

A bordo de su vehículo, el sacerdote habría recibido un impacto de bala en el rostro. Algunos medios de comunicación reportaron que la víctima recibió atención médica de emergencia debido a la gravedad de las heridas; sin embargo, la diócesis de Chilpancingo-Chilapa afirmó que sus condiciones serían delicadas, pero en situación estable. Según reportó el Centro Católico Multimedial, “fuentes cercanas a este medio reportaron que el padre Felipe, alrededor de las 12:20 de la tarde cuando salía de Chilapa hacia Chilpancingo a bordo de una camioneta, fue atacado por sujetos armados, quienes lo hirieron en el rostro…  fue trasladado a Chilpancingo en estado delicado, pero estable. El padre Vélez es originario de Taxco y es párroco de San Gerardo María Mayela en Iguala”.

Más adelante, la misma diócesis emitió un comunicado en el que exigió justicia y solicitó a las autoridades llegar a la verdad de los hechos. Suscrito por el obispo José de Jesús González Hernández, en cuatro puntos dio información acerca del estado de salud del sacerdote y advirtió que el “pueblo necesita saber que las autoridades e instituciones, responsables de la seguridad e impartición de justicia, están trabajando para protegerlo y cuidarlo”, así como asegurar que la impunidad “ya no es una constante en la impartición de justicia y atención e investigación de los delitos”.

Exigiendo un ambiente de paz, tranquilidad y seguridad en Guerrero, el comunicado recordó la Jornada nacional de oraciones por la paz impulsado por la Conferencia del Episcopado Mexicano e hizo “un llamado a la conversión a nuestros hermanos que con sus crímenes y delitos siembran tanto dolor y muerte. Conviértanse al Señor que nunca deja de amarnos. Dejen de hacer el mal”.

A su vez, la Conferencia del Episcopado Mexicano lamentó la agresión en contra del sacerdote quien “fue trasladado al hospital donde se encuentra sedado y fuera de peligro”, según ese documento. Rechazó los hechos de violencia y no ocultó el anhelo y súplica por “la conversión de los criminales que causan tanto dolor a la sociedad”.

De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, se han reportado las siguientes agresiones perpetradas en contra de ministros católicos que no tuvieron un desenlace fatal:

El 22 de diciembre 2018, el padre Eulogio Espinoza Nájera, vicario de la parroquia de La Resurrección del Señor en la colonia Las Quintas, arquidiócesis de Hermosillo, Sonora, fue herido por arma de fuego.

El 11 de abril de 2019, la arquidiócesis de Puebla reportó que el padre Ambrosio Arellano Espinoza fue «hospitalizado en urgencias» debido a las «quemaduras de segundo grado en manos y pies». Según las indagatorias, el clérigo fue torturado ante un intento de robo.

El 13 de diciembre de 2019, el jesuita Raúl Cervera Milán fue emboscado y atacado a balazos mientras viajaba en su automóvil en Huayacocotla, sierra norte del estado de Veracruz.

El padre Roly Candelario Piña Camacho, de la diócesis de Tlaxcala, fue secuestrado y herido con arma de fuego. Fue abandonado sobre la carretera México-Puebla a la altura del municipio poblano de Santa Rita Tlahuapan. Los hechos se dieron el 8 de enero de 2020.

El 10 de julio de 2020, el padre Osvaldo Aval celebraba misa en la parroquia de Santiago Apóstol del municipio de Ario de Rosales, Michoacán. Un sujeto lo agredió. Según un comunicado del obispo de Tacámbaro, Gerardo Diaz Vázquez, el agresor era una persona impedida de sus facultades mentales.

El padre Mateo Calvillo Paz, de la arquidiócesis de Morelia, fue agredido por un delincuente, el miércoles 29 de junio de 2022, cuando atendió el llamado para visitar a un enfermo en el municipio de Queréndaro, Michoacán. Por golpes propinados en el rostro, los cuales le provocaron una hemorragia, el religioso fue atendido de emergencia en un hospital de Morelia.

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