En un llamado conjunto, obispos, la Conferencia de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús emprenden las primeras acciones en favor de la paz como medio para contrarrestar la violencia y como forma de respuesta después del asesinato de los jesuitas en la Tarahumara, Chihuahua.
Con el título “Tejer en Cristo nuevas relaciones: de la fragmentación a la unidad”, la carta firmada por el presidente de la CEM y arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López; el secretario de la CEM, Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca; Juana Ángeles Zárate Celedón, religiosa de la Congregación de la Santa Cruz y presidenta de la Conferencia de Superiores Mayores Religiosos de México (CIRM) y el padre Luis Gerardo Moro Madrid, prepósito provincial de la Compañía de Jesús en México, convoca a una Jornada Nacional de Oración por la Paz a través de cuatro acciones concretas que buscan involucrar a todos los creyentes y a quienes anhelan la paz en el país ante la descontrolada violencia que priva en el país y al subir el tono de las confrontaciones, especialmente desde la presidencia de la República.
Se convoca a la celebración de la misa iniciando el domingo 10 de julio, XV del tiempo ordinario litúrgico, en el que se pedirá “por los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país y ofrecer la intención de la eucaristía por su vida para que su dolor nos acompañe en este camino por la paz”, alentando a colocar las fotografías de los ministros y agentes de evangelización asesinados o agredidos.
La segunda acción es la oración comunitaria o la celebración de la misa en lugares significativos “en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido o sufrido una muerte violenta, sean homicidios dolosos, feminicidios, activistas sociales o cualquier otra persona en situación de exclusión o vulnerabilidad, ahí existe una herida que sanar y ahí está la fuerza que hoy necesita el país para construir la paz” con el fin de reivindicar la memoria de quienes han muerto bajo circunstancias violentas y, sobre todo, recuperar la memoria sobre la muerte y resurrección de Cristo para transformar el miedo y recuperar la paz.
La tercera acción a desarrollarse es una gran día de oración el domingo 31 de julio, festividad del fundador de la Compañía de Jesús, por todos los victimarios y su conversión y que tendrá por lema el clamor generalizado en México: “No más violencia en nuestro país”.
Por último, el mensaje invita a todas las iglesias particulares, congregaciones religiosas, comunidades y parroquias a “abonar a este camino para la paz”, a través de la creatividad como Horas Santas, mensajes o procesiones por la paz ya que “necesitamos historias de esperanza, imágenes donde veamos a la comunidad orando y pidiendo por la paz. Les pedimos difundir sus acciones en las redes sociales”.
Todas estas acciones quieren abonar a abrir caminos de diálogo, justicia y reconciliación que derive en la paz duradera. Reconoce que el problema a enfrentar es “complejo” y se necesita de la colaboración de todos para “atenderlo desde la raíz y así dejar que el Cristo Resucitado haga surgir una nueva mirada que permita construir los acuerdos que hoy México necesita”.
El mensaje completo puede leerse en el siguiente vínculo: 2022.07 Carta a la Iglesia de México