Ahora que el Cardenal Gerhard Müller ha sido destituido de su cargo en el Vaticano, el objetivo principal del círculo que rodea al Papa Francisco es el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Su último ataque ha sido la publicación de una carta de «corrección» dirigida al Cardenal Sarah y firmada por Francisco. Publicada el domingo, la carta ha sido celebrada como la justa humillación al cardenal y ha estado acompañada de llamamientos a que presente su dimisión.
A principios de otoño el Papa Francisco publicó Magnum Principium, un documento que concede a las conferencias episcopales una mayor libertad en la traducción de los textos sagrados y la liturgia. El Cardenal Sarah respondió con una carta en la que ofrecía una lectura estricta del documento, preservando en todo lo posible el poder de Roma de controlar los errores de traducción (como el deseo de los obispos alemanes de traducir pro multis como «por todos», en lugar del correcto «por muchos»). Ahora, el Papa Francisco ha declarado públicamente que Sarah está equivocado, por lo que claramente Magnum Principium ha reducido el poder de supervisión de Roma.
Esto representa una calculada humillación del Cardenal Sarah, pero no solo. También se humilla al Papa Benedicto XVI, gran defensor de la «reforma de la reforma», un intento de corregir las innovaciones litúrgicas que siguieron al Concilio Vaticano II. Y de San Juan Pablo II, que en 2001 publicó el documento Liturgiam Authenticam, que Francisco intenta destruir con Magnum Principium.
El Cardenal Sarah sufrió una humillación similar hace más de un año, cuando recomendó que obispos y sacerdotes celebraran la misa ad orientem, mirando hacia el este, según la antigua práctica de la Iglesia. Éste fue otro esfuerzo de llevar adelante la «reforma de la reforma». El cardenal declaró que había hablado con el Papa sobre este tema y que éste había dado su aprobación a la propuesta. Si es así, el Vaticano no demostró estar en conocimiento de este hecho en su categórica nota de negación.
Sarah volvió a ser humillado cuando el Papa eliminó a la mayoría de los miembros de la Congregación para el Culto Divino, reemplazándolos con personal hostil al cardenal y a sus puntos de vista sobre la liturgia. Y también está la cuestión de la «Misa Ecuménica», una liturgia designada a unir a católicos y protestantes alrededor del altar. Aunque nunca se anunció oficialmente, un comité que informaba directamente al Papa estuvo trabajando en esta liturgia durante un tiempo. Ciertamente, esta cuestión entra dentro de la jurisdicción de la Congregación para el Culto Divino, pero el Cardenal Sarah no fue oficialmente informado de la existencia de dicho comité. Según fuentes fiables, el secretario del cardenal, Arthur Roche —cuya posición es opuesta a las de Benedicto XVI y Sarah— estaría implicado, como también Piero Marini, la mano derecha de Monseñor Bugnini, autor de las conocidas obras La Chiesa in Iran y Novus Ordo Missae.
A estos nombres hay que añadir el del Subsecretario de la Congregación para el Culto Divino, Corrado Maggioni, y el de un laico, el liturgista extremadamente «progresista» Andrea Grillo. Recientemente, Grillo ha atacado con dureza a Benedicto XVI después de que el Papa emérito escribiera en el prólogo de uno de los libros de Sarah que con el cardenal «la liturgia está en buenas manos». Grillo también atacó a Sarah directamente, tachándole de «incompetente e inadecuado». Si Grillo se comporta de manera tan grosera es porque tiene la seguridad que amigos en altos cargos le protegerán. . .
Bien. Sabemos que al Papa no le preocupa mucho la liturgia, por lo que probablemente toda esta cuestión, en particular, le preocupa poco. Pero su orientación ideológica general no es tradicional y tiende a apoyar a esa parte de Iglesia que se llama a sí misma progresista y cuya intención es volver a los años 70: los obispos de Alemania, Bélgica e Inglaterra.
Algunas de estas figuras están pidiendo la cabeza del Cardenal Sarah. Pero es poco probable que la consigan. Fue Francisco quién nombró a Sarah Prefecto de la Congregación para el Culto Divino en noviembre de 2014. Si quiere reemplazarlo, debe esperar por lo menos dos años más, cuando el mandato de cinco años de Sarah llegue a su fin. Por lo tanto, los autoproclamados reformistas que quieren inventar el «círculo mágico» para la liturgia deben soportar pacientemente la presencia y actividad del cardenal que, aunque esté solo, no tiene miedo de enfrentarse a nadie.
Obviamente, los defensores del progresismo en el Vaticano tienen otro motivo para atacar al Cardenal Sarah. En diciembre, el Papa Francisco cumplirá ochenta y un años. Los cardenales ya están pensando en un futuro cónclave. Uno de los hombres considerados más papables es el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, que parece estar distanciándose de algunos de los aspectos más cuestionables del reinado del Papa Francisco. Y el otro es el Cardenal Robert Sarah, conocido por su santidad de vida y falta de interés en cualquier forma de poder o coacción, incluso dentro de la Iglesia. Además, África es el continente donde la Iglesia está creciendo de manera más evidente y en el que la fe se vive hasta el martirio. Nada podría ser más adecuado que el próximo Papa viniera de ese continente. Por lo que llegamos a la gran ironía de la campaña cuyo fin es desacreditar a este tranquilo y sufrido hombre de Iglesia. El Cardenal Sarah está siendo atacado porque, precisamente, se considera que él tiene todo lo necesario para ser Papa.
(Traducción de Helena Faccia Serrano para InfoVaticana)
Se trata también de más confusión. El Papa sacó su Motu Proprio sin consultar al encargado del dicasterio que tiene la competencia de liturgia. Esto serñia como si el Presidente del Gobierno publicara un decreto que tiene que ver con el Ministerio de Defensa, por ejemplo, sin haber consultado con el Ministro del ramo. ¿Qué pasaría? El Ministro renunciaria a su cargo, obviamente? Ya antes, Francisco cabió toda la plana del dicasterio quitando a todos los colocados allí por Benedicto XVI. ¿Acaso ese es modo de gobernar? La culpa de la situación la tiene el mismo papa por su estilo de gobernar y ningunear a un alto cargo. Además, es obvio qu. e FRancisco no tiene interés en la liturgia. En Evangelii Gaudium no hay ninguna mención de la liturgia, como si la evangelización no tuviera nada que ver con que los evangelizados participen en la litrugia, «centro y cumbre de toda la actividad de la Iglesia», según Vaticano II.
Con todo respeto me parece que lo que llaman guerra contra el Cardenal debe ser vista no como una cuestión personal contra alguien determinado sino que se trata de un cuyo objetivo es modificar la autoridad de quién o quiénes puedan establecer la autenticidad de los textos litúrgicos y en consecuencia el contenido sustancial del Misal Romano que ahora podría dejar de serlo para dar lugar a Misales Auténticos Conferenciales, es una especie de babelización de la liturgia y que podrá generar textos diferentes aún en lugares en los cuales se hable el mismo idioma, cuántas conferencias locales hablan español o inglés, muchas. Si todas pueden tener textos litúrgicos auténticos en sus traducciones con terminología diferente y aún contradictoria la Iglesia en materia de Liturgia va a dejar de ser Una, Santa, Católica y Apostólica. El grado de desorden que se puede conseguir va a ser imponente. Pidamos al Señor de los Ejércitos que intervenga pronto…..
La guerra contra Sarah es una guerra contra los católicos, que nos dan por todas partes, en especial desde la nueva Roma protestantizante.
A por la misa ecuménica marginando a Sarah. http://comovaradealmendro.es/2017/10/catolicos-protestantes-recibiran-la-comunion-juntos-fra-cristoforo/