Empezamos semana y a pesar de la cercana Navidad, la intensidad de noticias no cesa. Ayer fue un día intenso, la sentencia, la condena, del cardenal Becciu por el Papa Francisco, porque de eso hablamos, ha dado la vuelta al mundo. A la inmensa mayoría de personas no les interesa otra cosa que el titular: ‘un cardenal condenado por ladrón’ esta es la idea que queda y no es buena para la iglesia que ve pisoteada de nuevo su ya muy pisoteada imagen. Los sentenciadores pensarán que la Navidad pasará y nos hará olvidar todo eso y a otra cosa. El abismo de degrado en el que han entrado las instituciones del Vaticano no parece tener límite, cada día nos sorprende y no para bien.
No es adecuado plantear todo este caso como fruto de un Papa Francisco que busca la limpieza y una curia que se opone. No es tan sencillo infantilizar la interpretación de un caso tan complejo y donde se ha buscado crear la mayor confusión posible, tanto mediática, como judicial. Es evidente que existe en este caso, y en tantos otros, una forma de proceder intolerable, inmoral en muchos casos, y de una falta de profesionalidad suprema, esto no quiere decir que sea un delito. La convicción en el Vaticano es que Becciu, en este caso, no hizo nada que el Papa Francisco no aprobara y que todo lo que estamos viviendo no es otra cosa que atemorizar a un saco colegio muy disminuido para evitar todo tipo de oposición en un final de pontificado cada vez más débil. Hay más condenas, los titulares se los lleva Becciu, su secretario, el otro eclesiástico, es declarado inocente, y al resto, todos laicos, les trae sin cuidado. El Vaticano no verá un céntimo de tan sonoras condenas y esto provocará, ya lo está sucediendo, que todo profesional con un mínimo de prestigio, huya de este mundo como del agua hirviendo, ganas de líos para nada.
La sentencia contra Becciu y su «señora» Cecilia Marogna, así como todos los demás personajes involucrados, fue clara: culpable de los delitos que se les atribuyen. Por primera vez en la historia, un cardenal fue condenado en un juicio: 5 años y medio de prisión. Empezamos a tener reacciones de los implicados, Becciu estará en una entrevista en la televisión en uno de los programas más vistos. La Marogna niega todas las acusaciones, incluyendo la de ser la «mantenida» del cardenal: «Y aunque lo fuera, no es un crimen. La Marogna señala que hasta el fallo no recibió ninguna comunicación oficial solicitando la devolución de los fondos. Aunque el tribunal vaticano en su sentencia ordenó la confiscación de 589 mil euros sólo para intentar destruir a Becciu. Y sobre las compras dice que “tal vez fueron bienes destinados a terceros para relaciones importantes».
Para la defensa no surgieron conclusiones penales, sino sólo operaciones «normales» para quienes conocen el mundo de las finanzas. El cardenal siempre ha afirmado que fue «engañado» y que toda la operación diplomática de la Marogna fue autorizada y aprobada por el Papa, amparada por el secreto pontificio. El hermano de Becciu ya no se calla y habla de una decisión tomada previamente a la que el tribunal se ha ajustado. Nos dice que el cardenal Angelo Becciu “está consternado. No esperaba una sentencia tan dura. Estaba asombrado e incrédulo». «Nos sorprende que se haya organizado una sentencia tan dura justo antes de Navidad. Es un bonito regalo de Navidad«. «Algunos comentaristas la habían definido como una pena preventiva, por lo que el tribunal tuvo que confirmar o desautorizar una decisión ya tomada pero sigo creyendo en la honestidad de los jueces. Tenemos un segundo grado de juicio, esperamos que allí finalmente se proclame la inocencia». Sobre la materia juzgada: “Es una gran estupidez, una frase que tiene efecto en los medios. Sólo continuó la práctica vigente desde hacía décadas en la Secretaría de Estado, siguió las instrucciones del entonces secretario de Estado, el cardenal Bertone, y de los expertos administrativos». “Al final, incluso la fiscalía tuvo que decir que no circulaban euros entre los hermanos. Nos convertimos en un objetivo sólo porque había un símbolo detrás de nosotros. Un cardenal”. “Ninguno de nosotros está a salvo. No basta ser gente honesta para ser considerado como tal.»
Parece, algunos medios lo reseñan, que el Papa Francisco llamó a su cardenal condenado y le recomendó: «no pierdas el buen humor». En un silencio sepulcral, el presidente del Tribunal Vaticano, Giuseppe Pignatone, lee la sentencia en nombre de Su Santidad el Papa Francisco. Muy pocos esperaban que fuera condenado a una pena tan severa, a pesar de que el Promotor de Justicia, Alessandro Diddi, había pedido para él siete años y tres meses de prisión. La curia, cuando se difundió la noticia, quedó literalmente en shock.
Muchas críticas al tribunal del Vaticano «poco fiable» y «peligroso», junto con el sistema judicial de la Santa Sede. Duros artículos: «La condena de Becciu, culpable de nada, provoca amargura y pone en duda la existencia misma de la justicia vaticana». «Una Corte poco confiable. La condena del cardenal Becciu no es la cuestión real y central. El problema es el Tribunal presentado al soberano». » Se trata de una conspiración para excluir a Becciu de un futuro cónclave». «Expreso mi más sentido pésame a todos los miembros de la familia. Hoy el Tribunal Estatal de la Ciudad del Vaticano emitió un veredicto (en mi libre opinión) de mala justicia sobre el cual, con el tiempo y para la historia, quienes creo que se equivocaron tendrán que dar respuestas precisas. ¡Deseo que Francesco dé las respuestas correctas! Mucha gente los espera, sobre todo porque modeló el proceso como si fuera plastilina, como hizo con Rescripta. ¡Francesco, hablando con respeto, no me inspira confianza!». Il Messaggero: «Para las razones será necesario un año.» Así que paciencia para los interesados. Para mí, sin embargo, basta leer la frase para entender de qué se trata: ni justicia ni verdad (recordando el adagio peronista, aplicado por el Papa Bergoglio: «Al amigo, todo; al enemigo, ni justicia».
«El Papa, el jefe del Estado del Vaticano, es un princeps legibus solutus». Esto ya crea las condiciones para la sospecha de injusticia, porque está actuación del jefe supremo del gobierno para el que trabajó Becciu no es justificable». «Para que Becciu pudiera ser juzgado por un tribunal secular, el Papa modificó las leyes, pero no hasta el punto de que él también fuera sometido a las leyes. Modificó las leyes para Becciu, construyó el proceso específico. Estamos en el tribunal especial, no en el juez natural ratione temporis. Huele a quemado». «En un Estado de derecho con plena soberanía de las leyes, el Papa Francisco habría sido acusado y condenado en colaboración con otros, o al menos habría tenido que demostrar que era ajeno a los hechos y, con más dificultad, que era el perjudicado».
El sismógrafo se despide y lo hace con traca final: «La mayor aportación del Papa Francisco: haber dejado claro que es urgente reformar el papado. La primacía del Sucesor de Pedro, su misión y ministerio, no es está en duda. Lo que hay que reformar es el ejercicio del poder del Pontífice, que ya no puede ser absoluto y vitalicio. Esta es la verdadera gran reforma. «La forma, el estilo y los métodos -así como el discurso narrativo- con los que el Papa Bergoglio ejerció el poder su supremo ministerio como Pastor universal, como Obispo de Roma y Sucesor del Apóstol Pedro, han puesto de relieve que un solo hombre al mando en la Iglesia de Cristo – además soberano absoluto durante su vida natural – es hoy una forma de gobierno seriamente inadecuada, deficiente y arriesgada».
«El Papa Francisco está en crisis, ha empeorado seriamente, los excesos y la arbitrariedad han alcanzado límites intolerables que dañan la credibilidad y la autoridad de la Santa Sede». «Ahora debemos preguntarnos ¿cómo se gobierna la Iglesia y por cuánto tiempo?. ¿Cómo ejerce el poder el Pontífice y hasta cuándo?. El Papa Francisco tendrá el mérito, con su manera de ser Papa, de haber hecho sonar la alarma para el futuro de la Iglesia y para el próximo Cónclave. El Papa Francisco en estos casi once años de pontificado ha cometido muchos errores, como todos los Papas, pero su forma específica de ser le ha sumido en gravísimos errores como la falta de transparencia, el autoritarismo, opacidad y una relación casual con la verdad. El próximo obispo de Roma debería ser un hombre de ley; un pastor capaz de leer el mundo y toda la humanidad -y su tiempo- con categorías de pensamiento religioso y espiritual; un pensador capaz de cribar realidades y desafíos socioeconómicos, político-geoestratégicos con fe y no al revés.
Última nota de Luis Badilla de El Sismógrafo, creación suya, que durante más de diez años, ha sido un punto de referencia en el mundo diplomático, curial y periodístico, consultado también a nivel internacional. Una mirada al real y a las noticias recogidas en la web provenientes de diócesis, medios de comunicación, cardenales, obispos era posible tener un marco referencial de lo que se cocía en ese momento. La parada en el Sismografo fue dictada por varios motivos: enfermedad, edad del director, falta de fondos. Sin embargo, también surge la sospecha de que, entre bastidores, también hubo presiones curiales para silenciarlo. Porque en cierto momento el Sismografo se había vuelto decididamente incómodo, una especie de contrapunto, dado que señalaba meticulosamente los fallos del pontificado con noticias verificadas y comentarios pertinentes.
Ataque a la parroquia latina de Gaza: dos mujeres asesinadas, varios heridos, equipo dañado. El Papa Francisco, en el Ángelus: «Que la proximidad de la Navidad fortalezca el compromiso de abrir caminos de paz. Sigo recibiendo noticias muy serias y dolorosas desde Gaza. Los civiles desarmados son objeto de bombardeos y tiroteos. Y esto sucedió incluso dentro del complejo parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, enfermos, discapacitados, monjas. Una madre y su hija, la señora Nahida Khalil Anton y su hija Samar Kamal Anton, fueron asesinadas y otras personas resultaron heridas por francotiradores mientras iban al baño. La casa de las Hermanas de la Madre Teresa resultó dañada y su generador fue alcanzado. Alguien dice: “Es terrorismo, es guerra”. Sí, es guerra, es terrorismo. Por eso la Escritura afirma que «Dios hace cesar las guerras… rompe arcos y lanzas» (cf. Sal 46,9). Roguemos al Señor por la paz». Fuentes cercanas al Padre Romanelli, el párroco, nos dicen que es una «situación dramática, y el modo con que los cristianos la viven allí es ejemplar, conmovedor».
La atención médica en el Vaticano para el cardenal estadounidense Raymond Burke también estaría en riesgo. De momento, el cardenal Burke continuaría ejerciendo como miembro del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y del Dicasterio de los Santos. Por este trabajo recibe una asignación de cardenal, un salario de unos 5.000 euros hasta su muerte. Según la prensa británica, Burke se vería privado de la asistencia sanitaria y tendría que proporcionarse él mismo cualquier tratamiento y terapia médica.
El 8 de diciembre, Strickland, ha publicado un artículo-carta para sus hermanos sacerdotes: “Creo que ha llegado el momento de convertirnos en sacerdotes profundamente eucarísticos y marianos, y de dejar de lado todos los argumentos, confusiones y tentaciones que nos llevan a modelar la Esposa de Cristo según la voluntad del mundo y no según la Voluntad de Dios”. «Espero que mi corazón hable a sus corazones para acercarnos cada vez más, juntos, a Su Corazón, el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. Ahí es donde encontramos la Verdad. Arrodillémonos y oremos, pidiéndole al Señor que nos guíe hacia una renovación de Su Esposa a través de Sus sacerdotes».
En otros tiempos muy decadentes se compraba el cardenalato incluso por las razones más tribales. Nuestro duque de Lerma, después de ser todo, paso a ser degradado con la diplomática fórmula empleada por Felipe III de concederle «un permiso para retirarse a Valladolid o Lerma». En previsión de las represalias ya había logrado del Papa el capelo cardenalicio que le protegía de cualquier proceso judicial. Desde su retiro en Valladolid, donde murió en 1625, el hombre más rico de España observó impotente cómo los mismos que habían conspirado para su caída, se disputaban su sillón mientras los madrileños se desahogaban recitando los versos envenenados del conde de Villamediana: «El mayor ladrón del mundo, por no morir ahorcado, se vistió de colorado… y aquel que atemorizaba, /temblando está de temor;/ que, como se ve acusar,/ y el caso es tan sin segundo,/ teme que le han de ahorcar,/ y en eso vendrá a parar/ el mayor ladrón del mundo».
«Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer».
Buena lectura.
pero es que el Papa Francisco (sin ordinal) no quiere ser pastor universal catolico, ni parece tener interes en ser sucesor del Apostol Pedro, Cuando Salio al balcon, tras salir Papa, se presento como «Obispo de Roma», por eso no se puso el ordinal ttas el nombre, ya que no queria ser Papa, no sucesor de Pedro. Eso si quiere que todos seamos verdes, cambiemos y seamos amigos y bienhechores