Hay que reconocer el fracaso, perseguir al mundo no es la solución, ni en la teología, ni en el papado, ni en nada. ¿Qué ha cambiado respecto al pasado? Joaquín Navarro-Valls , que desempeñó su tarea de forma sublime, tenía la capacidad de comunicarse con autoridad. Esto se debió a que Navarro-Valls provenía de un ambiente muy válido en el que se había formado pero también a la confianza incondicional que Juan Pablo II había depositado en él.  En el momento actual los problemas son muchos, el Papa Francisco instituyó la Secretaría para la Comunicación el 27 de junio de 2015 y el 23 de junio de 2018  transformó estas oficinas en un Dicasterio, el que más le cuesta a la Santa Sede.

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La comunicación del Papa es fallida y fragmentada y  el Papa Francisco ha demostrado que no confía en quienes ha puesto en el Dicasterio para la Comunicación. Matteo Bruni ha tenido conocimiento frecuentemente de libros, cartas, vídeos, mensajes, llamadas, etc. realizados por el Papa a través de los medios, y no de los suyos.  Cuando el Portavoz hablaba, a menudo era el propio Pontífice quien lo negaba, está claro que por mucho que queramos criticar a estos personajes, no es sólo culpa de ellos. ¿A qué juego está jugando el Papa Francisco ? Esto conduce a serios problemas. Como en muchas diócesis, la tragedia es que a menudo los obispos y los cardenales, e incluso el Papa, se basan en estrategias de comunicación formuladas por chicos que crecieron, en el mejor de los casos, en scouts o en oratorios y que no tienen idea de lo que es la Iglesia, el mundo y el gran burdel de la comunicación. La única razón por la que son elegidos es porque son propensos a la voluntad del gobernante de turno y porque están bien recomendados. Los resultados son evidentes en cada comunicado de prensa que sale de la curia y en los innumerables artículos periodísticos que se publican. 

En estos días, los informativos televisivos se ven llenos de  personas que nunca han estado en el Vaticano pero disfrutan hablando de ello, son esos ‘expertos’,  que se hacen llamar periodistas.  Si el debate se deja en manos de los «chismorreos de salón» y de las fantasías de quienes escriben libros sobre los papas sin conocer siquiera los Diez Mandamientos, es fácil convertir todo en un escándalo sin sentido. La salud del Papa es un asunto muy serio y  hoy está, más o menos, enteramente en manos de un hombre que el Papa Francisco ha elegido como su «Asistente Sanitario Personal» , una persona que no tiene una licenciatura en medicina y cirugía sino en Ciencias de la Enfermería.  El Papa, de hecho, confía únicamente en Strappetti;  Roberto Bernabei, geriatra,  nombrado  por el propio Papa Francisco  como su médico personal en 2021 está ahora desaparecido. El Papa Francisco,  en este el ámbito médico,  también tiene sus fobias y cree en conspiraciones y, por si fuera poco, tiene ochenta y ocho años y es testarudo.  Quienes rondan su habitación en estas horas, comentan que él también se ha dado cuenta de que si la situación ha degenerado de esta manera es por su culpa y porque no quiso ser hospitalizado antes.

Nos dicen que el estado de salud del Papa Francisco muestra una «ligera mejoría«: lo anunció el Vaticano en su habitual boletín. «Se encuentra afebril y sus parámetros hemodinámicos continúan estables. Esta mañana recibió la Eucaristía y posteriormente se dedicó a sus actividades laborales «.  En cuanto a su corazón, » resiste bien » la terapia que está siguiendo para curar su neumonía bilateral. Todavía no se sabe si el Papa tendrá ganas de dirigir el Ángelus el próximo domingo y, en caso afirmativo, de qué manera, el domingo pasado nos limitamos a la publicación del texto.  La estancia hospitalaria no será corta y las semanas que el Papa Francisco tendrá que pasar en el Gemelli podrían ser más de dos o incluso tres. La neumonía bilateral requiere una terapia larga y compleja y el reposo protegido de riesgos es una medicina necesaria.

Rumores hay para todos los gustos y entre las hipótesis difundidas en las redes sociales, en los chats y en varios sitios web, al Papa Francisco se le ha administrado la extremaunción al menos cuatro veces en los últimos cinco días. Incluso en la noche del 19 de febrero, se decía que el cuerpo estaba a punto de ser llevado a Santa Marta y se difundió la noticia de que todas las enfermeras habían sido enviadas lejos para dejar sólo monjas al lado de la cama que recitaban el  rosario.  Ya en 2021, al regresar de la operación de colon, el mismo Papa Francisco había hablado de algunos prelados que “lo querían muerto”. «Sé que incluso hubo reuniones”. Actualmente hay una confusión  dentro de la Santa Sede entre los que piensan que estamos ante un estado irreversible que lo llevará a dimitir y otros que hablan como máximo de la necesidad de una reducción de compromisos en caso de regreso a Santa Marta.

En estos días aparecen ilustres eclesiásticos adornándose con sus conocimientos sobre el estado de salud del Papa Francisco. Entre los cardenales, hasta ahora, ha reinado el silencio, hoy habla el hermano Ravasi: «Todo es posible pero no sé nada».  Le preguntaron si existía la posibilidad de que el Papa Francisco dimitiera si sus condiciones de salud estuvieran tan comprometidas que ya no pudiera continuar. “No percibo este clima. Yo diría que es más bien un fenómeno ligado a internet y a la comunicación de masas , caracterizado por una tendencia casi bipolar. Hay una fuerte presencia que reacciona contra este pontificado: pensemos, por ejemplo, en Estados Unidos, donde existen estas reacciones, sobre todo en la infoesfera. Además, la tensión dentro de la Iglesia ha sido un fenómeno presente desde sus orígenes”.