Empezamos semana, hemos celebrado los 87, las cosas cojean y hay prisas, hemos cerrado el caso Becciu antes de Navidad, para que la cosa pase lo antes posible y hoy tenemos de nuevo la pluma del Tucho funcionando. Los medios tienden a simplificar las cosas, los titulares más, y hoy, en todo el mundo, la noticia es que la iglesia católica ha autorizado las bendiciones, el común de los mortales entiende el matrimonio, de todo lo que se mueve, mirando al Polo Norte o a la Patagonia
«Sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio». Ahora no, todo es un sí, pero, un no, pero ya veremos. Cuando la pluma del Tucho se suelta entramos en el mundo de la fluidez, del que sí, pero que no, del digo, pero no digo, donde toda claridad desaparece y toda oscuridad encuentra acomodo. Todo esto suena al texto de Filipenses: «Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la predicción, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra». El mismo apóstol nos da la respuesta: «En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. El transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio». Lo dice estupendamente en su blog nuestro ‘cura de pueblo’ Jorge en Se burlan de nosotros. Una vez más nos demuestra que reina mucho más el sentido común en nuestros curas que en encumbrados dicasterios.
El Papa Francisco gusta más a los ajenos que a los católicos. Las iglesias se están vaciando cada vez más rápidamente, y la Iglesia adquiere cada vez más la apariencia de una institución a la deriva. Llevamos una cadena salida de la pluma del eminente Tucho que no deja d sorprendernos y que parece preparada para llenar titulares, sin un contenido real detrás. Hemos tenido el documento de los trans, el de la comunión a las madres solteras, ¿quién se la quitó alguna vez? y ahora el ‘marimonio’, sin que se note mucho. El Papa Francisco ha sabido evitar temas que suscitan controversias, como los relativos a la bioética, sobre los que se ha expresado muy raramente y siempre de forma estrictamente tradicional en medio de casi once años de un pontificado contradictorio.
El documento, el último emanado de la pluma del Tucho, es una larga y farragosa introducción, que nada dice y todo enreda, para terminar en lo que le interesa, lo que podemos definir como «bendiciones dentro del armario». Las personas en uniones «irregulares», como las uniones del mismo sexo, no pueden recibir nada parecido a bendiciones litúrgicas, o bendiciones de sus uniones. Pueden recibir una bendición espontánea, limitada a «la invocación de una bendición que desciende de Dios sobre aquellos que se reconocen a sí mismos como indigentes y necesitados de su ayuda, no reclaman una legitimación de su propio estatus, sino que ruegan que todo eso es verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y sus relaciones sean enriquecidas, sanadas y elevadas por la presencia del Espíritu Santo. Estas formas de bendición expresan una súplica que Dios puede conceder aquellas ayudas que vienen de los impulsos de su Espíritu, lo que la teología clásica llama «gracia real» , para que las relaciones humanas maduren y crezcan en fidelidad al Evangelio, para que puedan ser liberados de sus imperfecciones y fragilidades, y que puedan expresarse en la dimensión cada vez mayor del amor divino». Pues ya nos explicaran qué es esto, además de una tomadura de pelo a los unos y a los otros.
El documento se llama Fiducia Supplicans y explica que: «Las bendiciones pueden considerarse entre los sacramentales más difundidos. y en constante evolución. De hecho, nos llevan a captar la presencia de Dios en todos los acontecimientos de la vida y nos recuerdan que, incluso en el uso de las cosas creadas, el hombre está invitado a buscar a Dios, a amarlo y a servirle fielmente. Por ello, las bendiciones se dirigen a las personas, objetos de culto y devoción, imágenes sagradas, lugares de vida, trabajo y sufrimiento, frutos de la tierra. y del trabajo humano, y de todas las realidades creadas que se refieren al Creador, que con su belleza lo alaban y bendicen».
«Pero el sentido popular de las bendiciones también incluye el valor de la bendición descendente. Si «no conviene a una diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial activar constante y oficialmente procedimientos o ritos, la prudencia y la sabiduría pastoral pueden sugerir que, evitando formas graves de escándalo o confusión entre los fieles, el ministro ordenado se una a la oración de aquellas personas que, incluso en una unión que no se puede comparar en modo alguno con el matrimonio, desean confiarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, ser guiados a una mayor comprensión de su designio de amor y de verdad». «Nadie puede ser impedido de dar gracias y cada uno, incluso si vive en situaciones no ordenadas por el plan del Creador, posee elementos positivos por los cuales alabar al Señor».
Se aclara que, «precisamente para evitar cualquier forma de confusión o escándalo, cuando la oración de bendición, aunque expresada fuera de los ritos previstos por los libros litúrgicos, es solicitada una pareja en situación irregular, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos de unión civil ni siquiera en relación con ellos. Ni siquiera con ropas, gestos o palabras propias de una boda. Lo mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo.» Estos documentos son particularmente perniciosos porque envían el mensaje: «cada uno hace lo que quiere» y siguen socavando «la norma», la ley, el ritual. Los sacerdotes se encuentran cada vez más desorientados en una Iglesia que ni siquiera tiene el coraje de afirmar la Verdad. Este es el estilo del Papa Francisco, que en los últimos años ha causado cada vez más confusión. «Roma loquitur. Confusio augetur”.
Entrevista a Becciu en la televisión italiana: “Ser condenado no es agradable. Estaba consternado y sentí el peso de mí mismo, de mi familia pero también de la Iglesia, un cardenal condenado». En el programa «Cinco minutos» de Bruno Vespa, transmitido por Rai 1. A la pregunta si el Papa Francisco cree en su inocencia, el cardenal respondió que así lo cree y lo espera. «En cualquier caso, ciertamente trabajaré duro para demostrar mi inocencia. En las instancias judiciales y por todos los medios quiero gritarle al mundo que soy inocente, que no cometí en absoluto estos crímenes de los que se me acusa».
Becciu explica: «Usted lo llama especulativo, pero esto seguía la tradición de la Santa Sede. Ya desde 1929 la Santa Sede, después de los Pactos de Letrán, comenzó a invertir en edificios, Londres, París, Roma, es una tradición que ha tenido la Santa Sede». «No tuve tiempo de seguir paso a paso los temas económico-financieros. Había una oficina, la oficina administrativa, que se ocupaba de asuntos administrativos y también de inversiones. Entonces aquí decimos: preparen una nota, es decir, un expediente. El jefe de la oficina, que es realmente el responsable de la administración, en ese momento era monseñor Perlasca, él me presentó los distintos expedientes. Entre ellos se encuentra el expediente sobre la oportunidad de invertir en un edificio». En la operación del edificio londinense hubo, según él, «cuatro momentos: inversión, luego salida del fondo, porque era una inversión de tiempo, compra del inmueble y luego gestión del inmueble y venta del inmueble. Sólo estuve presente en el momento de la inversión. Ya no estuve allí para las otras operaciones». Sobre la Marogna: «No lo sabía en absoluto y si lo hubiera sabido no lo habría permitido. Este dinero debía destinarse únicamente a la operación de liberación de la monja». «Acordamos con el Papa financiar esta operación. Entonces se suponía que ese dinero se usaría solo para esto. Si algo salió mal, quien tenga que averiguarlo, debe averiguarlo».
Seguimos con muchos artículos sobre el proceso Becciu: «Para el Papa Francisco el mejor regalo de cumpleaños fue la sentencia de condena al cardenal Becciu. Hace tres años lo había declarado culpable basándose en las acusaciones de una publicación, quitándole los cargos que tenía y las prerrogativas cardenales, por lo que habría sido verdaderamente grave para el Papa Francisco si el largo y atormentado proceso que siguió hubiera terminado con una absolución». «Becciu fue condenado por delitos sobre los cuales, en opinión de casi todos los observadores presentes en las largas sesiones del proceso, el proceso arrojó muchas dudas decisivas. El propio Papa Francisco intervino cuatro veces durante el juicio para cambiar las reglas y hacerlas más utilizables en perjuicio del acusado. Todo el mundo sabe que en un Estado de derecho cambios de este tipo no son admisibles en procesos ya en curso, pero en el Vaticano el papa rey siempre tiene razón y el Estado de derecho es evidentemente un bien desconocido».
Algunos medios comentan una extraña coincidencia. ya se sabe qué: «Pensar mal del prójimo es pecado, pero a veces se acierta». Tenemos motu firmado por el Papa Francisco del pasado 4 de diciembre. Pocos días después del veredicto que condenó a monseñor Angelo Becciu a cinco años y seis meses, Bergoglio decidió promover al rango de las más altas jerarquías vaticanas a quien llevó a monseñor a juicio y decidió su condena, es decir, Alessandro Diddi y Giuseppe Pignatone: «El presidente del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano y el Promotor de Justicia están clasificados retributivamente en la categoría directiva C1, según lo previsto por el Reglamento del personal directivo laico de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano de 22 de octubre de 2012″. Presenta la ventaja de la posible acumulación de ingresos y pensiones en el Vaticano. Además del salario, que en Italia no debería estar lejos de los 60.000 euros al año libres de impuestos, los dos tendrán también derecho a la ciudadanía vaticana, con todas las garantías que ello implica, y a una serie de beneficios».
El Papa Francisco se apresura a consolidar su legado. Al menos, parece tener cada vez más prisa por dejar un legado. «En cambio, el Papa Francisco dirigió un pontificado personalista. Todas sus decisiones hacen referencia a su experiencia de sí mismo, su forma de ser y su punto de vista. Con el Papa Francisco, la Iglesia y sus enseñanzas parecen quedar en un segundo plano. Todo remite, inevitablemente, a él». «El Papa Francisco vincula las reformas a sus decisiones personales, que luego justifica diciendo que tenía un mandato y que respeta la voluntad de quienes le confiaron él con el mandato». Tiene un modus procederandi, pero no una visión estratégica. Las reformas se producen mediante prueba y error, con avances y retrocesos y una gran confusión por parte de quienes tienen que aplicar la reforma o incluso entenderla.
«Afortunadamente, gracias a mi trabajo creativo en el campo de la indumentaria litúrgica eclesiástica y al hecho de que, como sabéis, también soy organista, veo brillar muchas luces, no sólo en Italia sino en todo el mundo, vinculadas a la tradición litúrgica. Esto me hace pensar que no debemos esperar no solo un nuevo renacimiento o un cambio de dirección, sino la reanudación y la continuación de un camino siguiendo la gran tradición de la Iglesia. Lo que muchos sacerdotes no han entendido en los últimos años es que el arte, las tradiciones y la historia unen a las personas, no las alejan. Por el contrario, algunas novedades son la confusión que aturde, deja perplejos y, desgraciadamente, aleja a la gente de la Iglesia».
El Vaticano ha ordenado a monseñor José Luis Azcona Hermoso, obispo emérito de Marajó en Brasil , abandonar la prelatura que dirigió durante veintinueve años, los fieles reaccionan con una carta: «Sólo si se levanta la prohibición, el pueblo marajoara podrá superar este trauma y ofrecer al nuevo obispo un sentimiento de acogida y adhesión colectiva». “A través de una llamada telefónica irrespetuosa, con la prohibición de no quedarse en la tierra que tanto ama”. Los fieles se preguntan «¿qué delito grave cometió el obispo emérito para recibir tal castigo?».
Chesterton habla de su conversión como de «un viaje desde la confusión a la lucidez», justo el contrario que algunos parece que se empeñan en seguir y pretenden que sigamos. El ‘Camino la Verdad y la Vida’ nos es dado en la Navidad, y lo nuestro es acogerlo y amarlo, otros han decidido ir por otros caminos dejando la lucidez y entregándose a la confusión.
“para convertir los corazones de los padres hacía los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Buena lectura.
«El propio Papa Francisco intervino cuatro veces durante el juicio para cambiar las reglas y hacerlas más utilizables en perjuicio del acusado.»
Hummm a qué me recuerda esto??? Ah, sí, a Chema, el profesor de Gaztelueta.
Ahí veo un patrón.
«El Papa Francisco vincula las reformas a sus decisiones personales, que luego justifica diciendo que tenía un mandato y que respeta la voluntad de quienes le confiaron él con el mandato».
¿Mandato? ¿De quién? El único mandato para un Papa es de Jesucristo.
«que tenía un mandato y que respeta la voluntad de quienes le confiaron él con el mandato»» ¿Mandato de quién? Un Papa no tiene mandato de nadie, fuera de Jesucristo.
Bergoglio es un enfermo mental tomado por el Maligno