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El Papa Francisco vuelve a un Vaticano en crisis continúa, los cardenales se esconden, la jubilación de Georg Gänswein, Austria y sus iglesias techno.

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Empiezan las valoraciones del viaje del Papa Francisco a Asía a la espera de que la rueda de prensa del regreso en el avión pueda ofrecer alguna página inolvidable. La minoría católica de estos países ha recibido al papa con gozo y en general con actos, para los números asiáticos, muy discretos. Incluso la existencia del Papa es una idea muy lejana a la mayoría de ciudadanos de estos poblados rincones. Algunos pensaban que se celebraba la navidad, fiesta universalmente conocida.

El Papa vuelve hoy, casi mañana y se encuentra la casa muy revuelta. Cuando hablamos de la situación del estado Vaticano no podemos olvidar que su importancia está únicamente en que el Papa es su jefe de estado. A nadie interesaría nada de un diminuto estado sin este hecho. El Banco Vaticano no existiría, por pequeño, en ningún país europeo y su importancia radica solamente en que el único accionista es el Papa. Las entidades que, como la Iglesia Católica, viven de donaciones tiene la obligación y la necesidad de ser absolutamente trasparentes. Los donantes merecen respeto y tienen el derechos a saber como se gestionan sus donaciones y su destino. Algo no funciona cuando la Santa Sede y el Vaticano tienen serias dificultades para cerrar el año y cada vez más se hecha mano de lo que sea. Se el turismo cae tendía muchas dificultades para comer. Es muy triste, y esto es un hecho que los católicos se han desentendido del sostenimiento de la Santa Sede. El Vaticano se ha convertido en un parque temático donde la visita a la tumba de Pedro ha desaparecido. Los ingresos viene de las entradas que pagan los turistas por las visitas a distintos sitios de la pequeña ciudad patrimonio de la humanidad. Los mismos obispos y ordenes religiosas no se muestran muy generosos en sus aportaciones esperemos que no sea porque tampoco ellos se fían. Lo que está sucediendo desde hace decenios en el banco vaticano y en general en las extrañas finanzas papales es una vergüenza que nadie se atreve o quiere resolver.

El «Acta Apostolicae Sedis» es el boletín oficial de la Santa Sede. En el aparece publicado un documento de los obispos argentinos y una carta personal de Papa Francisco que interpreta la Amoris laeticia, un hecho sin precedentes que el Secretario de Estado ha dejado muy claro que es una orden directa del pontífice. Ciertamente vivimos momentos históricos.

Los restaurantes romanos muestran con orgullo el sitio que en sus instalaciones ocupan o han ocupado ilustres purpurados. Pues esto también se está terminando y los cardenales no se fían de cenas y comidas en lugares públicos por miedo a ser controlados. Son frecuentes las lamentaciones sobre las dificultades de comunicación física y telefónica en vaticano y alrededores. Estamos entrando en una especie de gran hermano que asemeja a las antiguas sociedades comunistas.

Siguen las consecuencias del último libro de Gianluigi Nuzi, «Pecado Original» y continúan los comentarios a sus puntos más importantes.

Se terminan los cinco años  de Dom Georg Gänswein al frente de la Prefectura de la Casa Pontificia y ya tenemos rumores de que es posible que simplemente no se renueve su encargo y se le encuentre un aparcamiento.

Y tenemos otro caso, este en Catania, de un sacerdote detenido por abusos a menores. Por ahora este, al no ser del cuerpo diplomático, no ha sido inmediatamente transferido en Vaticano.

Las vacías y bellísimas iglesias europeas se llenan de extrañas actividades. Hoy es Austria la que dedica algunas de sus iglesias históricas a la música techno. Parece que tampoco esto atrae a muchos fieles.

Terminamos agradeciendo a los lectores y las muchas opiniones que nos llegan. Nos alegra mucho ver nuestros servicios reflejados, citando o no, en otras páginas de información. Las críticas son especialmente bienvenidas y nos ayudan a aguzar la vista.

Buena lectura.

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