Unas noticias se comen a las otras con un gran rapidez. El viaje a Colombia no ha desatado pasiones en los medios italianos y se ha hablado mas de anécdotas que del contenido de las intervenciones papales. Con ya estamos habituados, la rueda de prensa en el avión de regreso a Roma con las opiniones del Papa Francisco más sobre lo humano que sobre lo divino centran hoy las noticias. No llegamos a entender esta pasión pontificia por opinar y querer justificar los más variados argumentos sobre todo lo que se pone a tiro. Hoy sabemos que los hombres somos estúpidos y cabezotas por no querer ver el cambio climático. Que el Papa Francisco está preocupado por la falta de hielo en el polo. Parece que ahora se pasa de la acogida sin límite a la inmigración a decir que hay un límite y no se puede acoger a todos sin más. Se analizan estos cambios de criterio en las opiniones de Papa Francisco y se analizan en contraste con la doctrina contenida en documento oficiales de la Iglesia. Parece que esa vez le gusta Trump y su defensa de la vida y se olvidan los muros. Son muchos que se preguntan qué sentido tiene que el Papa entre en todas estas cosas, en casi todos los casos muy opinables, y parece que deja al lado lo que es el núcleo de su misión como Dulce Cristo en la tierra. El tono y los argumentos son más propios de una conversación callejera en la periferia que de ámbitos más serios. El cambio aparente de criterios hace que de la sensación de que no se tiene criterio y que se habla con gran ligereza y compadreo adaptándose a lo políticamente correcto en cada momento y dando la sensación de ser esa caña que mueve el viento. Esperemos que antes o después se aterrice y podamos ver con claridad esa roca de la fe sobre la que se asienta la iglesia.
Seguimos con los pros y contras de las cosas Chinas. La importancia de la China y su gran potencial hacen que sea ya, y será más, un interlocutor imprescindible en los próximos tiempos. Las relaciones entre la iglesia y china son de una gran trascendencia y no solo para China.
Continúa la polémica por el posible nombramiento de Juan XXIII como patrón del ejército italiano. El llamado papa bueno , el que condenó todo tipo de guerra, se puede convertir en el protector de la guerra. Vivimos sin duda tiempos de contradicciones.
Buena lectura.
Quello che (anche) papa Francesco si dimentica di dire sui migranti
La bordata ad alta quota di Francesco stavolta è per il «pro life Trump»
L’apocalittico Francesco: “Sui cambiamenti climatici l’uomo è testardo e non vuole vedere”
Papa: bene l’Italia su migranti «Non basta aprire il cuore, serve la virtù della prudenza»
QUELLO CHE SULL’EMIGRAZIONE DICE BERGOGLIO E QUELLO CHE INSEGNA LA CHIESA
Giovanni XXIII patrono dell’Esercito: ma cosa resta del Papa buono?
Deja de blasfemar Echenique. El masónico sedevacantismo NO prevalecerá en nuestra amada y Santa Iglesia.-
Afortunadamente se va moderando sobre los inmigrantes ¿ tal vez porque se le van acercando hasta Santa Marta y huelen demasiado a oveja ?
Eso se llama, sin perdón, porque ya estamos hartos, muy hartos, ser un metete. Se mete en todo lo humano, metiendo casi siempre la pata porque ni está preparado ni goza de la asistencia divina para eso, y no se mete en lo divino. Bueno, yo casi, o sin casi, prefiero que siga así, pues cada vez que se mete en lo divino también mete la pata, como hemos visto con la Amoris. ¡ Será porque ha perdido la legitimidad de ejercicio y puede que también la de origen por elección nula ?