Con una increíble persistencia, cosa de los inútiles con iniciativa que pueblan los sacros palacios, otra vez, y van… la plaza de San Pedro se llena de sillas imposibles de ocupar. Penosa la imagen, peor, siempre un poco peor, que la semana pasada, muchas sillas y todas vacías, es el resto de un pontificado que agoniza, de un periodo que se cierra y no precisamente con el mejor de los finales. El nerviosismo y el desánimo inundan la terza logia que ve imposible controlar tantos dislates, son tantos que se comen unos a otros, sabemos que el papa pasa y el papado permanece, el Papa Francisco no terminará con el papado, no se hundirá, pero va a quedar muy tocado. El inmenso patrimonio que ha heredado de sus antecesores, santos, casi todos, todos sabios y de una altura humana y espiritual enorme, se va agotando. El último capítulo, por ahora, el de la ‘misión secreta para buscar un camino hacia la paz’, llena las noticias de hoy. En la audiencia general de hoy con el Papa Francisco estuvo presente el Metropolita Antonij de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, y lo saludo al final. El metropolitano se reunió con Gugerotti, prefecto para las Iglesias Orientales.
De temas interesantes en la rueda de prensa nada y algunos lo recuerdan. De las preguntas formuladas surgieron dos temas: uno es el de la salud, al que el Papa Francisco entró sin ser preguntado y el segundo es el la «negociación de paz» con Ucrania. Ambos tienen una cosa en común: son falsos. Se sabe que el Papa Francisco está haciendo todo esto para crear confusión y no decir claramente que tuvo un infarto, lo que llevó a Strapppetti, su enfermero, a iniciar negociaciones con el Papa, que no quería ir al hospital. Así sucedió y en Santa Marta todos vieron la ambulancia estacionada frente a la Domus por más de veinte minutos. Sobre Rupnik, que sigue violando las restricciones canónicas, muchos otros sacerdotes, por asuntos mucho menos graves, han sido reducidos al estado laical, nada de nada. El Papa Francisco y su repetida «tolerancia cero» están quedando con el antifonario al aire. Nadie nos contará jamás cuánto costó trasladar la Fiat 500 del Vaticano a Hungría. Sin duda, hubiera sido «más ecológico» y «más humilde y más pobre» usar un Mercedes, de esos buenos, que hay en Budapest, teatralizar la pobreza siempre sale muy caro.
Entramos en la misión de paz que llena los titulares. El Papa Francisco reitera que está dispuesto a «hacer todo lo que haya que hacer» para encontrar una salida diplomática a la guerra iniciada con la invasión rusa. En el Vaticano se dice, medio en broma, medio en serio, que si fuera por el Papa Francisco y sus intervenciones, esta guerra no terminaba nunca, es especialista en echar leña al fuego, no en apagarlo, y fuego hay mucho. Los «no sabemos» llegados ayer desde Kiev y Moscú se ponen en discusión por el vaticano, que puede hacer, con un lacónico mensaje «Los que deberían haberlo sabido, habían sido informados a tiempo; las dos partes estaban al tanto y ciertamente no lo sabían por los periódicos».
Tosati nos ofrece su opinión: «La Secretaría de Estado lleva meses tratando de encontrar algún hilo de diálogo para remendar en la crisis que la desgarra. Rusia y Ucrania, logra laboriosamente inventar un lugar, que parece casi natural, en Hungría, es decir, en el área cultural y geográfica en cuestión, un interlocutor, ¿y qué hace el papa más Narciso de la historia? Así, por casualidad, se deja colar en una «rueda de prensa» mundial en el avión que en realidad está tratando de negociar, pero, por favor, no se lo digas a nadie, ¿eh?. Pero, ¿no eran los jesuitas famosos por su sutileza?». «El Papa en avión anuncia una misión por la paz. ¿Resultado? todos se enfadan. La misión secreta, revelada frente a decenas de periodistas, no es exactamente obra de un genio diplomático. Hilarión, Peskov, funcionarios cercanos a Zelensky: un coro de irritados desmentidos mientras Francisco partía en avión». A los estudiantes de materias diplomáticas se les enseña desde las primeras lecciones que para hacer fracasar una negociación confidencial, la mejor manera es dejar que la gente sepa que la negociación confidencial existe».
Dado el ‘putieferio’, palabra sin sentido peyorativo en italiano, que el Papa Francisco ha montado, el tema de su salud ha pasado a un segundo plano. Algunos artículos sobre este tema piden: «que el Santo Padre Francisco se ponga de acuerdo consigo mismo y con las afirmaciones contradictorias que hace». Hacemos un repaso aun a riesgo de alargarnos. Miércoles 29 de marzo, después de la Catequesis del Papa en la Plaza de San Pedro, rumores de enfermedad grave. Se estudia traslado al Policlínico Gemelli. Miércoles 29 de marzo a primera hora de la tarde: “El Santo Padre se encuentra en el Gemelli desde esta tarde para algunos controles previamente programados”. Miércoles 29 de marzo, tarde: “En los últimos días el Papa Francisco se ha quejado de algunas dificultades respiratorias y esta tarde acudió al Policlínico A. Gemelli para realizarse unos controles médicos. El resultado de los mismos arrojó una infección respiratoria (excluyendo la infección por Covid 19) que requerirá unos pocos días de tratamiento médico hospitalario adecuado». El jueves 30 de marzo: «Su Santidad el Papa Francisco descansó bien durante la noche. El cuadro clínico mejora gradualmente y continúan los tratamientos previstos». jueves 30 de marzo: “En el marco de los controles clínicos programados por el Santo Padre, se detectó una bronquitis infecciosa que requirió la administración de una terapia antibiótica en forma de infusión que produjo los efectos esperados con una marcada mejoría del estado de salud, el Santo Padre podría ser dado de alta en los próximos días».
Viernes 31 de marzo : “El equipo médico que sigue a Su Santidad el Papa Francisco, tras evaluar los resultados de las pruebas realizadas hoy y la evolución clínica favorable, ha confirmado la salida del Santo Padre del Policlínico A. Gemelli mañana.” Sábado 1 de abril: «No tuve miedo. Simplemente me sentía mal, pero no tenía miedo». “Recuerdo a una persona mayor que yo que me dijo: yo no he visto la muerte, pero la he visto venir. Es feo eh”. «Todavía estoy vivo». Jueves 11 de abril: «Todavía estoy vivo». «Me explicó que había llegado inconsciente al hospital». “ Unas horas más y no sé si lo estaba contando”. Domingo 30 de abril: «Lo que tenía era una enfermedad fuerte al final de la audiencia del miércoles, no tenía ganas de almorzar, me acosté un poco, no me desmayé, pero sí hubo fiebre alta, una fiebre alta, y a las tres de la tarde el médico inmediatamente me llevó al hospital: neumonía aguda y fuerte, en la parte baja de los pulmones, gracias a Dios puedo decir, a tal punto que el organismo, el cuerpo, respondió bien al tratamiento. Gracias a Dios. Esto es lo que tengo».
Loris Zanatta publica un ensayo breve y contundente sobre el Papa Francisco, es catedrático de Historia de América Latina en Bolonia. El título: “El Papa, el peronismo y la fábrica de pobres”: ¿Existe un vínculo entre la Iglesia y la pobreza en Argentina? Busca las raíces culturales de la decadencia económica argentina y las encuentra en la historia religiosa. ¿Por qué el catolicismo siempre busca un chivo expiatorio? “El problema para Bergoglio y para la cultura económica del catolicismo argentino es la prosperidad. Mientras la pobreza preserva la pureza moral y la religiosidad del ‘pueblo’, la prosperidad lo corrompe, lo seculariza”. América Latina tiene “muchos católicos y muchos pobres”. ¿Es posible el desarrollo de un país que le rinde culto a lo que el autor llama la “santa pobreza”? Las políticas comunes en Argentina como “la autarquía y el pauperismo, el paternalismo y el asistencialismo, el familismo y el clientelismo” no son simples baches en el camino». Bergoglio, que siempre invoca la “cultura” del “pueblo” para celebrar sus virtudes. Imbuido de espíritu evangélico, el “pueblo mítico” conserva una moral cristiana “sencilla” y “genuina”. Es solidario, comunitario, altruista. Es un “pueblo puro”. La pobreza y la desigualdad, la corrupción y la ilegalidad son imputables a una “élite corrupta” sometida a “ideologías foráneas”. Los cimientos de la industria argentina de la pobreza son más profundos de lo que a menudo se piensa.
«…el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores».
Buena lectura.