Cada tiempo crea sus dogmas y desprecia los de otras etapas. Los santos son los que en cada momento de la historia han sabido estar en contra de las modas porque estaban enamorados de la moda eterna de Dios. A San Agustín le tocaron los maniqueos con muchos obispos vendidos y fieles desconcertados: «Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan». «Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error». «La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano». San Francisco de Asís, hoy tan manipulado, lucho contra las falsedades de su tiempo: «La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos». «Cuando se te llene la boca proclamando la paz, procura tener aún más lleno el corazón». «Santifícate a ti mismo y santificarás a la sociedad».
Doctor Angélico, nuestro Santo Tomás, es el referente de cualquier pensamiento sensato: «Teme al hombre de un solo libro». «Es evidente que existe la verdad. Porque el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe. Si, pues, no existe la verdad, es verdad que la verdad no existe». «Los seres dotados de inteligencia desean existir siempre y un deseo natural no puede existir en vano». En tiempos mucho más cercanos San Juan Bosco se enfrenta a los modernistas de su tiempo: «Respeto a todos, miedo a ninguno». «El pasado debe ser maestro del futuro». «Un buen consejo lo aceptaría aunque viniera del diablo».
Cuando vemos de dónde venimos es mucho más doloroso el ver a dónde estamos llegando. La decadencia sin límites en la que estamos cayendo y que nos destruye. Estamos llamados a lo sublime y nos empeñamos en seguir perdiendo el tiempo con tonterías. Todo el tinglado que están intentando montar para desmontar el mensaje redentor de Jesucristo no tiene fundamento alguno y caerá como un castillo de naipes. Hemos celebrado la jornada de los pobres con misa en San Pedro después del ‘ponga un pobre en su mesa’ de Asís.
El menú servido para la ocasión era sumamente pesado con un plato central que ha provocado hilaridad en los comentarios. Los strozzapreti con salsa de carne no se llaman así por casualidad, todo lo que nos quieren hacer comer ‘destroza sacerdotes’, los dejan sin oficio y con poco beneficio. En las monarquías todo, o mucho, depende del monarca y se mira con lupa todo lo que le rodea. Llegados al punto en el que estamos, con un Papa Francisco cercano a los 85 y con una salud aparentemente fuerte, pero tocada desde el pasado y con episodios muy recientes, es normal que cualquier cosa hace saltar las alarmas. Las apariciones en público del Papa Francisco son más medidas y distanciadas y las imágenes mucho más controladas. Ayer era evidente la creciente dificultad para caminar y el cansancio. Nuestra foto de hoy es de la Misa en San Pedro de ayer.
El Papa Francisco sigue con sus cosas y en al ángelus recordó: «Depende de nosotros superar el cierre, la rigidez interior, que es la tentación de hoy, de los ‘restauracionistas’ que quieren una Iglesia todo ordenada, totalmente rígida: esto no es del Espíritu Santo. Y hay que superarlo y hacer germinar la esperanza en esta rigidez». Alguna vez esperemos que nos explique en que consiste esto de las rigideces, porque las únicas visibles son las suyas, lanza maldiciones a diestro y siniestro, anatematiza como nunca en tiempos recientes, con un pensamiento fluido que cambia continuamente y que es muy complicado entender. Lo que desea no es nada claro, lo que desea destruir lo es cada vez más.
El informe francés sobre abusos no ha gustado a todos y alguno lo dice. El Papa Francisco lo elevó a dogma de fe y por lo tanto se condena a muerte a todo el que se atreve a dudar mínimamente de sus datos. Los obispos franceses han despedido a Karine Dalle, su portavoz, después de una entrevista en La Croix en que había resaltado que las 330 mil víctimas detectadas por la comisión de investigación (CIASE) son el resultado de una estimación pero no tanto de un número preciso, y que la mayoría de estos abusos afectan a laicos que trabajaban en estructuras católicas y no tanto sacerdotes. Eso fue suficiente para provocar un alboroto que puso en dificultades a Karine Dalle, una veterana de comunicaciones muy respetada en Francia y en el extranjero que ha estado en el cargo solamente dos meses y medio; antes en la archidiócesis de París. Todo apunta a que la razón es que su posición era demasiado a favor de la Iglesia. Dalle había contextualizado los datos recordando que la monstruosa cifra de 330.000 víctimas en 70 años era una estimación exagerada. Por si fuera poco, Dalle defendió el sacramento de la confesión, ante las peticiones de que la Iglesia lo aboliera. El secretario general de los obispos, monseñor Hugues de Woillemont, queso cerrar el tema diciendo que se terminó el período de prueba.
La crisis está pasando factura y hoy tenemos algunos ejemplos de que las dificultades pueden estar empezando. Las ofertas directas de los fieles están disminuyendo y se reducirán los fondos en un 8 por mil, incluso si se mantiene el número de declarantes, al reducirse las cantidades declaradas. Un sacerdote recibe unos mil euros al mes durante 12 meses y un obispo gana 1.400 en Italia. En Bolonia, según «Sovvenire»: «En los últimos 30 años las ofertas se redujeron a más de la mitad: en 1992 eran 512.000 euros en 2019 eran 177.000 euros, con un ligero aumento en 2020 (+ 12%) 200.000 euros. Aterroriza la tendencia decreciente de aportaciones a través de la declaración de la renta con una reducción «entre un 20 y un 30% para el 2024». Para Zuppi, la situación «es desarmadora: es una gran fotografía que nos pone frente a la realidad», «tendremos que buscar soluciones para la atención de los sacerdotes ancianos y esto también aumentará las necesidades ligadas al 8 por mil», «no hay una sola explicación: los escándalos, por ejemplo, llevan al descontento. Pero también está la secularización y la idea de que la Iglesia es rica».
Otro ejemplo, y no menor ni pequeño, es lo que está sucediendo en la Casa Sollievo della Sofferenza, el hospital de Padre Pío que sufre la crisis más profunda desde su fundación. Hasta el momento faltan unos 100 millones de euros, pero este es solo uno de los problemas. El hospital está construido en 1956, con mucho límites, llegando a plantearse un proyecto de nuevo hospital elaborado hace unos diez años. El Vaticano, propietario del hospital, no parece dispuesto a ceder, pero se debe actuar de inmediato, para evitar dramáticas consecuencias. El presupuesto de hospital son unos 300 millones anuales de los que más de dos tercios provienen del gobierno italiano.
La derecha soberana estadounidense encabezada por Steve Bannon, se manifestará mañana frente a la Conferencia Episcopal Estadounidense. La reunión es importante porque allí se vota sobre un documento sobre la Comunión en medio de la polémica por la ‘autorización’ del Papa Francisco al abortero católico Biden. Formálmente la protesta se autodenomina «mitin de oración» planeado por Church Militant para «proporcionar un lugar y una voz para cientos de miles de víctimas del abuso de los obispos: físico, financiero, espiritual, litúrgico».
«Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
Buena lectura.
Está claro que el papa siente la presión de los «restauracionistas»; nota que el «restauracionismo» es la única vía posible para la Iglesia, la única alternativa a la desaparición, y por eso le ha declarado la guerra.
Y, mientras tanto, muchos hacemos todo lo posible para que los clérigos tengan cada vez menos dinero, tal y como quiere el papa -«pobres entre los pobres»-…
La rigidez interior, a la que refiere papapancho, ¿es la de su nervio ciático o a algún diagnóstico de aterosclerosis?
«Recobra la vista, tu fe te ha curado»
«El Papa Francisco sigue con sus cosas y en al ángelus recordó… Alguna vez esperemos que nos explique en que consiste esto de las rigideces, porque las únicas visibles son las suyas, lanza maldiciones a diestro y siniestro, anatematiza como nunca en tiempos recientes, con un pensamiento fluido que cambia continuamente y que es muy complicado entender. Lo que desea no es nada claro, lo que desea destruir lo es cada vez más.»
Bergoglio «es» heresiarca y cismático en relación a su Cabeza Mística Jesucristo, como lo demuestra la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en Amoris laetitia y el rescripto de 5 de junio del 2017 que lo eleva a magisterio auténtico.
No hay duda, por lo que está separado de la plena comunión con la Iglesia.
Pero los cardenales y los obispos los únicos superiores jerarcas de la Iglesia, están empeñados en convalidar tanto la legitimidad de origen (elección en el cónclave) como la legitimidad de ejercicio de Bergoglio: son cobardes, son pecadores, son delincuentes por omitir su deber de defender la verdadera fe católica.
Por eso ya he recibido reducir al máximo posible, incluso anularla y dar dinero solo en mano al necesitado y al cura fiel sufriente. Ninguna aportación a esta no-Iglesia, que es incapaz de detener el pecado interior, que no quiere detener el escándalo y confusión contra la verdad de fe, que miente y engaña. Fin a 9 años de falsedades.
Y también he decidido no obedecer ninguna orden que carezca de algún tipo de fundamento en la Sagrada escritura en la Sagrada Tradición y el magisterio vivo de la Iglesia.
Es más, mi derecho de objeción de conciencia me obliga a aplicar la resistencia, la legítima defensa y la oposición contra toda orden contraria a la verdad. Basta ya.
Ejerzo la objeción de conciencia que me obliga a no dar ningún sustento a quienes no dan sustento a la verdad, a quienes sostienen la mentira de que la unidad está por encima de la verdad. No me obligan.
Si se han desentendido de la verdad, yo me desentiendo de ellos: no son pastores, son asalariados, no aman a Jesús y su Esposa, son fariseos. No tienen autoridad.
Los graves problemas que tiene la Iglesia junto con todos los buenos laicos, religiosos y consagrados, incluidos los pocos obispos y cardenales, se resumen en que está en cortocircuito general y global la libre circulación de la gracia divina por el Cuerpo Místico de la Iglesia.
Dios no da ninguna unción espiritual a quienes están en contra de su palabra, sea por cobardía, sea por convicción.
La suprema herejía y cisma de Bergolio en Amoris Laetitia causa que todos los aceptantes y omitentes en el oficio de defender la verdad, carecen de cualquier tipo de unción espiritual, Dios no da la gracia a quienes no defienden la fe, pues la defensa martirial de la fe es su deber y su obligación, y su derecho: negar, dudar u omitir la defensa de la fe es ser a su vez heresiarca y cismático, y Dios no da gracia a los heresiarcas y cismáticos.
Pasamos una grave crisis como muchísimas crisis pasó la Iglesia en su historia, pasamos una profunda división como muchas otras veces, pero tanto da, sólo el resto fiel pasará la actual crisis.
No obstante hasta que Bergoglio o rectifique o sea depuesto no habrá ninguna solución para la actual prueba de dolor que sufre la Iglesia, es más, solo se agravará.
La actual convalidación que hacen los cardenales y obispos de todos los vicios de la legitimación de origen y ejercicio de Bergoglio, no van a impedir la decadencia y crisis de la Iglesia. No se engañen.
Pero es igual, la Iglesia ya pasó en su historia muchos decenios en crisis, al final siempre hay una solución tarde mucho o poco.
Bergoglio, o rectifica o es depuesto. No hay más. Mientras, crisis y más crisis…