El mes de julio es un mes oficialmente muerto en la curia romana. Se suspenden las audiencias públicas del Papa Francisco, la plaza ya está casi desmontada, el calor hace que toda la actividad caiga en un letargo que en ningún caso tenemos que interpretar como ausencia de vida. En otros tiempos, los círculos de poder se movían a los castelli romani, en torno a la villa pontificia, hoy las cosas siguen en Roma. El aire acondicionado hace posible soportar con dignidad los insoportables calores romanos.
El ángelus dominical se trasladaba a la villa de Castel Gandolfo, ahora sigue en Roma, poca, muy poca asistencia: “Seguimos orando por la paz en Ucrania y en todo el mundo. Hago un llamamiento a los líderes de las naciones y organizaciones internacionales para que reaccionen ante la tendencia a acentuar el conflicto y la oposición. El mundo necesita paz: no una paz basada en el equilibrio de armamentos, en el miedo mutuo, no, esto no está bien. Esto significa hacer que la historia retroceda setenta años”. La basílica de San Pedro ha acogido esta mañana una Misa en rito congoleño, con doble presidencia, como el día de San Pedro, en reparación del viaje que el Papa Francisco ni pudo realizar a Kinshasa, en la República Democrática del Congo. Mucho cura y monja y el inmóvil Papa Francisco ‘copresidiendo’ con pluvial verde.
Tosatti nos ofrece un artículo sobre «Los Estados Unidos de la Francmasonería» de David L. Gray. «Ya el 20 de septiembre de 2011, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, con el entonces presidente Timothy Dolan, arzobispo de la arquidiócesis de Nueva York, analizó la decisión del Departamento de Justicia del presidente Barack Obama de retirarse y no proteger más la Ley de Defensa del Matrimonio». «La administración de Obama ha tratado de atacar la constitucionalidad misma de la ley, lo que «llevaría a un conflicto nacional entre la iglesia y el estado de enormes proporciones y en detrimento de ambas instituciones».
Benedicto XVI se dirigió a los obispos católicos de los Estados Unidos durante el Roma Ad Limina, diciendo: “Aquí repasamos una vez más la necesidad de un laicado católico comprometido, articulado y bien formado, dotado de un fuerte sentido crítico hacia la cultura dominante y con la valentía de oponerse a un laicismo reduccionista que deslegitima la participación de la Iglesia en el debate público sobre cuestiones que están determinando el futuro de la sociedad americana. En este sentido, me gustaría recordar con aprecio sus esfuerzos por mantener contacto con los católicos involucrados en la vida política y ayudarlos a comprender su responsabilidad personal de ofrecer un testimonio público de su fe, especialmente en lo que se refiere a las grandes cuestiones morales de nuestro tiempo: el respeto a la vida como don de Dios, la protección de la dignidad humana y la promoción de los auténticos derechos humanos”.
El documento más útil y profético que la Iglesia Católica ha promulgado jamás a este respecto es el «Custodi Di Quella Fede», de León XIII, que resumió los frutos y triunfos del Programa Masónico a través de la Kulturkampf . Desde su organización en 1717 como religión fraterna, la Masonería siempre se ha dignado no mencionar nunca el nombre sagrado de Dios, sino referirse a Él solo como el Creador, o más precisamente como el Gran Arquitecto del Universo. Cualquiera en el siglo XVIII que estuviera familiarizado con este principio central de la masonería habría podido leer la Declaración de Independencia por lo que era; es decir, una pieza de literatura masónica, llena de los principios de la Francmasonería; a saber, el derecho a buscar la vida, la libertad y la felicidad fuera de la religión del estado, que, dijeron, solo se ha demostrado que divide a los hombres, en lugar de unirlos».
León XIII señalaba algunos de los éxitos del Programa Masónico, vemos que no hemos cambiado mucho: «La sustitución del cristianismo por el naturalismo». «La sustitución del culto a la fe por el culto a la razón». «La sustitución de la moral católica por una moral independiente». «La sustitución del progreso espiritual por el progreso material». «La incautación de bienes, dinero y bienes dilapidados de la Iglesia». «La sustitución de máximas y leyes santas del Evangelio por un código de la revolución». «La inclusión de doctrinas ateas y de un realismo cobarde en las escuelas, las ciencias y las artes cristianas». «La reducción del número de sacerdotes al obligar a un número innecesario de clérigos a servir en el ejército». «La sustitución del Sacramento del Matrimonio y la Misa exequial por las bodas civiles y los funerales». «Un esfuerzo general para laicizar todo; reemplazando así el papel de la Iglesia en la sociedad». «El intento de silenciar y desacreditar a la prensa católica». » Cerrar monasterios y conventos pero multiplicar las logias masónicas y los antros sectarios». «Dar derechos de asociación a todo tipo de organizaciones pero negar los mismos derechos legales a las sociedades religiosas». «Proclamar la libertad de religión pero ejerciendo la intolerancia hacia el catolicismo». «Prometer protección, dignidad e independencia al Papa, pero ejerciendo sobre él un desprecio cotidiano». «Indemnización por manifestaciones públicas contra el Papa, pero negando los mismos derechos a las manifestaciones católicas». «El fomento de «cismas, apostasías y revueltas contra los legítimos superiores en la Iglesia»».
La distancia entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa parece haberse ampliado después de la guerra en Ucrania. Las palabras del cardenal Koch llamando herejía a la posición del patriarca Kirill: “Es una herejía que el patriarca se atreva a legitimar la brutal y absurda guerra en Ucrania con razones pseudorreligiosas”.
Vemos muchos artículos sobre el proceso Becciu y las consecuencias de la venta, a perdidas, del inmueble de Londres. Las noticias son críticas con la opacidad del Vaticano y los sorprendentes y misteriosos fondos de la Secretaría de Estado. El comunicado de prensa oficial del Vaticano, muy conciso y aparentemente técnicamente perfecto, en realidad no explica nada y contradice lo publicado y documentado por el tribunal del Vaticano . Es increíble que solo ofrece un número, 187 millones, el resto son deducciones. Una vez más, vemos como en el Vaticano son mucho más hábiles en componer cuentos que en hacer sus cuentas.
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Buena lectura.
Specola el ceremonial de los obispos establece en el CAPÍTULO III.
MISA PRESIDIDA POR EL OBISPO SIN QUE CELEBRE LA
EUCARISTÍA
No es medio presidir del Papa