Hoy de celebra en Italia el lunes del Angel como festivo. El primero de abril, además de ser la pascua este año, se celebra el día del pez, que corresponde a nuestra tradición de bromas del día de los Inocentes. A pesar de tantas fiestas y componentes humorísticos la vuelta al trabajo está haciendo aterrizar a muchos periodistas que renombre que empiezan a ser conscientes del lío que se ha montado estos días con la famosa entrevista que no existe. Scalfari ha dejado muy claro que será viejo y que puede tener sus limitaciones pero que no es tonto y lo que ha oido lo ha oido y punto. Este continúa a ser el tema central de las noticias de hoy. Tenemos algunos ecos de las palabras del Papa Francisco en la cárcel de Regina Coeli diciendo a los apresados que es un pecador como ellos. Los deseos del Papa Francisco de extirpar la corrupción y las palabras en contra de la tragedia de Siria. Interesante artículo que nos habla de la revolución de lo políticamente correcto. La Iglesia Católica está entrando en la misma dinámica de otras muchas instituciones de corte político en donde se modera el discurso ideológico dependiendo de las encuestas. Da la sensación de que muchos discursos del Papa actual se mueven en este sentido de una forma más que evidente. La revolución consistiría en estar más con la moda del momento que con la verdad. Si esto es peligroso en el ámbito político es mortal en el seno de una confesión religiosa que se fundamenta en un credo, en el conjunto de verdades que hay que creer. Si estas verdades desaparecen no tiene sentido confesar una fe que puede cambiar a cada momento.
Sobre el tema del «infierno no existe» y sin entrar en la discusión de fondo los que está claro que el Vaticano y sus instituciones están quedando fuera de juego. No se entiende para que sirve todo el carísimo entramado comunicativo, según los últimos datos con más de 600 personas y unas pérdidas de más de 50 millones de euros, si no son capaces de dar una mínima respuesta armoniosa a una entrevista que no existe. Tenemos la sensación que que cada día el nivel es más bajo y que los único que se ve es que se creen el centro del mundo y que los demás tienen que creer sus absurdas explicaciones. Después de historias como las de Vigano y Scalfari será muy complicado que un profesional serio quiera entrar en ese avispero. Tenemos la sensación de que el Vaticano es un mundo muerto y asistimos a su descomposición pública y delante de los ojos atónitos de quienes piensan que vivimos un eterno día de los peces, es decir, una eterna inocentada.
El demonio anda muy suelto y ahora que no existe el infierno y vive como un inmigrante o como un moroso desalojado de su vivienda su presencia es más fuerte. Se incrementan los cursos para exorcistas que no dan a basto. La posesión diabólica aumenta y no tenemos muchos especialistas. No son temas muy pascuales pero es lo que hay.
Buena lectura.
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