Los problemas rodean al Papa Francisco, Müller en el sínodo, la ‘loca iglesia sinodal’, el derecho Vaticano, el pino de San Pedro, las oraciones leoninas, ‘nada te turbe’.

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Mediamos mes, estamos en los idus de octubre, día nublado en la ciudad eterna, las madres y padres sinodales siguen con sus cosas y el Papa Francisco con las suyas, vamos a intentar contarlas un día más. Zuppi se encuentra en la capital rusa hasta el miércoles, se ha reunido con el ministro de Asuntos Exteriores y hablará también con el comisario para los derechos del niño. El año pasado ya estuvo en la capital rusa, así como en Kiev, Washington y Pekín.

Encontrar un hilo común y constante que recorra las dos primeras semanas de discusión en el Sínodo, requiere tiempo y esfuerzo. Quienes apoyan el camino sinodal dirán que esta  dificultad es una característica, no un defecto; que la apertura al Espíritu Santo exige también no tener planes preestablecidos; que el constante ir y venir es bueno.  La pregunta sin respuesta es ¿Qué es el Sínodo del Papa Francisco? El viaje a Bélgica trajo una serie de problemas y controversias que el Papa no ha sabido abordar, no profundizó en sus respuestas; no aportó justificaciones teológicas ni argumentos lógicos, sino que se limitó a decir que la Iglesia es mujer y que últimamente hay mujeres que tienen roles de poder en el Vaticano.

La crítica del gobierno belga a la respuesta de la Iglesia a la crisis de abusos y encubrimiento solo tiene como respuesta la ‘tolerancia cero’ que ya nadie se cree. Era previsible que hubiera reacciones a la decisión del Papa de citar al rey Balduino como ejemplo y adoptar una postura dura contra el aborto.  El viaje del Papa Francisco a Bélgica fue la certificación  de que el Papa Francisco, en temas específicos, no cambiará de opinión ni de doctrina.  El Papa Francisco ya había retirado del debate temas controvertidos, como la pastoral LGBT o los ministerios extraordinarios para mujeres y hombres casados, encomendándolos a diez comisiones, que están llamadas a concluir sus trabajos el próximo año. Los informes provisionales de estos grupos también demostraron un enfoque cauteloso, hasta el amigo Tucho no consideraba oportuno hablar del diaconado femenino.

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El Papa Francisco respondió a este clima de contrarreforma anunciando un consistorio y crea cardenales que demuestran un enfoque concreto  y que le son leales.  Nunca ha habido tantos cardenales con derecho a voto en la historia de la Iglesia: 140 a finales de este año y 127 a finales de 2025. El Papa Francisco pretende transformar su papado en una dinastía y  todo se reduce a una sola función, el Papa está en el centro y manda. Los cardenales están en la periferia y representan el Senado del Papa, a veces, pocas,  actúan como asesores.   El Sínodo discute extensamente el papel del obispo en una Iglesia sinodal y muestra una crisis dentro de la Iglesia. La crisis de una Iglesia que quisiera seguir siendo lo que es pero se ve obligada a reflexionar y tratar de ser lo que no es.

El Cardenal Müller participó por primera vez en el sínodo el 14 de octubre. No había podido asistir a las dos primeras semanas de la reuniones  por problemas de hernia y tomó inmediatamente la palabra para dejar claro que el simposio «no era un verdadero sínodo». Criticó el hecho de que también se permitiera votar a sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos junto a los obispos. Müller iba vestido de cardenal, mientras que la mayoría de los obispos y cardenales limitan a llevar un simple traje con una cadena al cuello que parece germinar en una invisible cruz en el sobaco.

Infovaticana nos ofrece un artículo con su firma ¿Qué es una iglesia sinodal en el sentido católico? «Pero, así como cuadrar el círculo contradice los principios de la geometría, también en la eclesiología católica está condenada al fracaso la combinación del concepto protestante de sinodalidad, que se basa en la negación del Orden sacramental y de la constitución episcopal de la Iglesia, con el concepto católico de sínodo y sinodalidad. En su obra «Un ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana» (1845), John Henry Newman demostró, en lo que respecta a la Iglesia de los Padres, que el anglicanismo había fracasado como vía media entre las visiones protestantes y católicas, y que, por lo tanto, no es una opción para el ecumenismo católico». «La sinodalidad en el sentido católico no es, por lo tanto, la construcción de una Iglesia post-católica, sino que se refiere a la cooperación guiada por el Espíritu Santo de todos los laicos, religiosos, sacerdotes y obispos bajo la dirección del Sucesor de Pedro, para que Jesucristo brille en el rostro de su Iglesia como la luz de los pueblos, «proclamando el Evangelio a toda criatura» (Lumen gentium 1)».

Muy duro el artículo de Joachim Heimerl que vuelve con el estado de confusión y loca herejía en que nos encontramos: “iglesia sinodal queer” «Cuanto más tiempo paso con el Papa Francisco, más me parece un viejo blanco que hace locuras como todos los viejos blancos. Esto suele ser bastante embarazoso. Con un Papa no es diferente que con otros viejos blancos, y la mayoría de las veces te avergüenzas de ellos. Sin embargo, nos hemos acostumbrado a la vergüenza papal y Francisco constantemente está rompiendo su récord personal de vergüenza. Por ejemplo, cuando nombra cardenales sólo a sus favoritos, preferiblemente a aquellos que se adhieren a la llamada “herejía gay” y socavan las enseñanzas de la Iglesia».  «Si Francisco elevara un caballo a cardenal, ya no nos sorprenderíamos tanto como los contemporáneos del emperador romano Calígula (12-41 aC); En algún momento, la locura parece ser “normal” por un tiempo, y eso es probablemente lo más loco».  «No importa qué herejía proclame este Papa: inmediatamente aparecen cardenales, obispos y sacerdotes, declarando todas esas herejías como el «depósito de la fe» de la Iglesia y a su vez apoyando lo contrario de lo que la Iglesia enseña y de lo que ellos mismos han creído y predicado. – La Iglesia loca de este Papa se ha convertido sobre todo en una Iglesia sin fe, que hoy considera justo lo que ayer estaba prohibido».

«Un ejemplo es la «herejía gay», que Francisco coronó con el herético documento de bendición «Fiducia supplicans» (2023) y con el que ridiculizó a la Iglesia. – Desde entonces, son innumerables los tontos en la Iglesia que pretenden que estas cosas son “católicas”, aunque contradigan cien veces la revelación divina. En resumen: Francisco ha puesto patas arriba a la Iglesia y se ha rodeado de un grupo de caballos. Sin embargo, su iglesia «gay» es, en última instancia, sólo una cosa: es «queer», y eso literalmente no significa más que «loca». Lo mismo ocurre con otra locura, aunque ya casi nadie puede tolerarla. Sí, me refiero a la loca idea del Papa de que la Iglesia debería convertirse en una “Iglesia sinodal” y que siempre lo ha sido. – Pero no, Santo Padre. ¡No lo es y nunca lo ha sido! La Iglesia es católica y apostólica, como dice el «Credo», ¡pero ciertamente nunca es «sinodal»!

«El actual “sínodo sobre la sinodalidad” lo deja claro, porque este sínodo no es una locura papal más con un nombre absurdo, sino que es la madre de todas las herejías, un turbo que produce una idea tras otra a velocidad máxima, y ​​una como el otro es lo contrario de lo católico. Los «frutos» que este «sínodo» está produciendo en toda la Iglesia van desde el «desarrollo ulterior» de la «herejía gay» hasta la herejía del ministerio ordenado, que debe estar abierto a las mujeres «diáconos». ¿Pero qué debemos hacer?
Bajo ninguna circunstancia debemos dejarnos llevar por la locura y seguir las ideas locas de un papado loco cada vez más enredado en herejías. Al contrario: todo católico tiene el derecho y el deber de insistir en la fe tradicional de la Iglesia y rechazar todo lo que la contradiga, ya sea un sínodo loco o un viejo blanco que hace locuras.

El Papa Francisco recibió al Patriarca siro-católico de Antioquía, María Ignacio José III Younan. En el encuentro se reiteró la importancia de un alto el fuego inmediato y la necesidad de elegir lo antes posible un nuevo Presidente de la República en el Líbano, para poner fin a la asfixiante crisis económica y social.  El encuentro se desarrolló en el marco del Sínodo sobre la sinodalidad, del que José III Younan es miembro del consejo consultivo preparatorio del Sínodo para las Iglesias orientales.

Otra visita es la de una enlutada vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, el encuentro duró casi una hora. Villarruel es una católica conservadora.  Hay video del encuentro: «Buenos días señora, ¿cómo está?. La respuesta fue una pregunta y el Papa Francisco: «Todavía estoy vivo».

Los problemas no terminan para el amigo del Papa Francisco, Juan Evo Morales Ayma, ex Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, con quien se ha reunido varias veces, ya sabemos que los del grupo de Puebla tienen entrada en el Vaticano con facilidad. Hace años ya había  recibido una orden de detención por «terrorismo, genocidio y delitos contra la salud», ahora se ha dictado una orden de detención contra Morales, acusado de trata de personas, contrabando y violación de una adolescente de 15 años. En 2015, Evo Morales entregó al Papa Francisco un «crucifijo» diseñado por el jesuita Luis Espinal en el que Cristo está clavado sobre la «hoz y el martillo».  Evo Morales se ha reunido seis veces con su amigo el Papa Francisco.

Nos vamos a otros temas vaticanos que no desaparecen y vuelve Luis Badilla en un artículo «El sustituto Peña Parra y su injerencia en un juicio por abuso infantil. Hipótesis devastadora: ¿otro caso Rupnik?  » La dimensión devastadora de este asunto, al menos en su estado actual y con la poca información disponible, recuerda inmediatamente otro caso similar: el de la excomunión impuesta al ex jesuita Marko Rupnik y luego cancelada a los pocos días «. «El enfrentamiento entre el sustituto de la Secretaría de Estado, mons. Edgar Peña Parra, polémico prelado venezolano, y Mons. John Joseph Kennedy, jefe de la sección disciplinaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) por la expulsión del estado clerical de Ariel Alberto Pràncipi, ex sacerdote argentino acusado de pederastia, acabó mal para el arzobispo venezolano. Peña Parra, con métodos y procedimientos cuestionables, hizo realizar un «nuevo» juicio en la Secretaría de Estado para anular las sentencias contra Ariel Alberto Pràncipi y restituirlo al estado clerical. De hecho, entonces, la sentencia llegó a favor del sacerdote expulsado. Según un comunicado difundido por una diócesis argentina, el arzobispo John Joseph Kennedy, jefe de la sección disciplinaria del DDF, declaró nula una orden de septiembre de la Secretaría de Estado, que pretendía cancelar la laicización de Ariel Alberto Príncipi, un Ex sacerdote diocesano condenado por abuso sexual de menores. La decisión del DDF de esta semana anula directamente una orden del 23 de septiembre firmada por el adjunto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Edgar Peña Parra, quien se desempeña como jefe del gabinete curial del Papa”.

Se trataba de barrer dos sentencias de dos procesos regulares, legales y legítimos. La historia la tenemos completa en un extenso artículo de  The Pillar .  Según un nuevo artículo de  El Pilar , el asunto del ex sacerdote Ariel Alberto Pràncipi es tan grave que plantea graves dudas sobre la integridad de la ley en el Vaticano. ¿Ha cambiado algo en el Vaticano? se pregunta el sitio, que también amplía las dudas sobre el papel del Papa Francisco y su forma de ejercer el poder. Si el Papa se saltara todo el proceso canónico para tramitar las denuncias de abusos sexuales a menores para reinstaurar a un sacerdote culpable como un favor a sus amigos, sería un escándalo de proporciones catastróficas para Francisco.  La dimensión devastadora de este asunto, al menos en su estado actual y con la poca información disponible, hace pensar inmediatamente en otro caso similar: el de la excomunión impuesta al ex jesuita Marko Rupnik y luego cancelada a los pocos días.

El árbol navideño del Vaticano procederá este año de Val di Ledro. «El propio Santo Padre pide respeto por el medio ambiente, entonces ¿por qué esta operación?». Ya tenemos polémica: «En Val di Ledro hay abetos que cuentan la historia de los bosques de Trentino. Ahora, el hombre ha decidido que algunos de estos abetos centenarios, de más de treinta metros de altura, sean talados para acabar en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y otros, también para embellecer las plazas de Roma. La operación cuesta unos 60 mil euros ¿y para qué? ¿Para volver a la imagen, para que las páginas de los periódicos ‘digan’ que ellos fueron los que suministraron los abetos para el Santo Padre y para la ciudad eterna?”.

Cuando se habla de emigración muy pocas veces se hace referencia al desastre que viven los países de origen. El presidente Ruto, en Kenia, hace acuerdos con gobiernos de países ricos y ancianos para exportar trabajadores jóvenes. Recordamos a Benedicto XVI: «Antes incluso del derecho a emigrar, hay que reafirmar el derecho a no emigrar, es decir, a poder permanecer en la propia tierra».  El derecho a vivir con seguridad y dignidad en el lugar donde uno nace es un derecho que se da por sentado y que no fue contemplado por las Naciones Unidas en la formulación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, a nadie se le ocurrió que era necesario reclamarlo. Kenia es un país en riesgo de quiebra, a principios de verano Ruto había anunciado la imposición de nuevos impuestos incluso a productos alimenticios como el pan y el azúcar, pero las protestas de los jóvenes de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) contra la corrupción continuaron a pesar de decenas de las víctimas asesinadas por policías que tenían órdenes de disparar a la altura de los ojos. La idea del Presidente Ruto es poder trasladar a cientos de miles de jóvenes al extranjero para superar el desempleo, que en el grupo de edad juvenil es del 35%. Hace treinta años la socióloga camerunesa Axelle Kabou , autora del libro “¿Y si África rechazara el desarrollo?” acusa a los dirigentes africanos: «Somos una generación objetivamente privada de futuro. Nunca hubiera pensado que un líder planearía un futuro para los jóvenes africanos en un país extranjero».
El 13 de octubre de 1884, el Papa León XIII acababa de concluir la Misa. Mientras conversaba con algunos cardenales sobre algunos asuntos urgentes para la Iglesia, estando aún cerca del altar, tuvo una visión mística. Quienes estaban cerca de él lo vieron palidecer: “He visto demonios y oído sus susurros, sus blasfemias, sus denigraciones. Escuché la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que podría destruir la Iglesia y llevar al mundo entero al infierno si se le diera suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios para tener 100 años para influir en el mundo como nunca antes había podido hacerlo». El Papa se encerró en su estudio para escribir una oración y pidió que esta oración se recite al final de la Misa como parte de las llamadas “oraciones leoninas”.   “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestra defensa contra las malvadas trampas del diablo. Para que Dios lo ordene, te imploramos suplicantes: y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, fortalecido por los dones de Dios, persigue al Infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos, que vagan por la tierra para la perdición de las almas.» Pío XI pidió que se siguiera rezando la oración, pero con la intención de la conversión de Rusia. La oración fue eliminada tras la reforma litúrgica tras el Concilio Vaticano II en la Instrucción  Inter Oecumenici de 1964: «Las oraciones leoninas deben suprimirse «.   San Juan Pablo II, en el  Regina Coeli  del 24 de abril de 1994:  «Aunque hoy esta oración ya no se recita al final de la celebración eucarística, invito a todos a no olvidarla, a rezarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo».

Hoy celebramos a Santa Teresa de Jesús, la de Ávila, la ‘teresona’, doctora de la iglesia, mística por excelencia y gloria de las letras españolas. Le tocaron tiempos recios, los nuestros no lo son menos y no vienen mal alguno de sus consejos: «Si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor». «La vida es una mala noche en una mala posada». «La verdad padece, pero no perece». «Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía». Y su consejo más conocido: «Que nada te turbe, que nada te espante, todo se pasa, solo Dios basta».

«…por dentro estáis llenos de rapiña y maldad».

Buena lectura.

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Comentarios
2 comentarios en “Los problemas rodean al Papa Francisco, Müller en el sínodo, la ‘loca iglesia sinodal’, el derecho Vaticano, el pino de San Pedro, las oraciones leoninas, ‘nada te turbe’.
  1. «una Iglesia que quisiera seguir siendo lo que es pero se ve obligada a reflexionar y tratar de ser lo que no es.»

    ¿Qué es eso? La Iglesia no puede estar obligada a ser lo que no es. Si se ve obligada a reflexionar, es para ser lo que es y debe ser, no para ser lo que no es.

  2. El Papa Francisco respondió a este clima de contrarreforma anunciando un consistorio y crea cardenales que demuestran un enfoque concreto  y que le son leales.  Nunca ha habido tantos cardenales con derecho a voto en la historia de la Iglesia: 140 a finales de este año y 127 a finales de 2025. El Papa Francisco pretende transformar su papado en una dinastía y  todo se reduce a una sola función, el Papa está en el centro y manda. Los cardenales están en la periferia y representan el Senado del Papa, a veces, pocas,  actúan como asesores.

    Bien mirado, con Francisco se ha llegado a la absoluta cima total de la monarquía absolutamente absoluta, con más poder aún que César Augusto, Emperador del Imperio Romano, porque al menos tenía que compartir el poder con el Senado romano.

    Incluso tiene más poder que el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que debía ser electo por los siete miembros natos del Colegio Electoral Imperial, que en 1356 estaba integrado por los siete príncipes electores:

    1. Arzobispo de Maguncia
    2. Arzobispo de Tréveris
    3. Arzobispo de Colonia
    4. Rey de Bohemia
    5. Conde Palatino del Rin
    6. Duque de Sajonia
    7. Margrave de Brandeburgo

    Creo que nunca se había visto una farsa y trampantojo de tal tamaño como lo que estamos viviendo hoy en día con el Sínodo de la sinodalidad.

    El poder papal, que es equivalente al poder del Emperador césaro-augustano romano, es de gobierno supremo y pleno, es decir, con poder legislativo, ejecutivo, judicial, administrativo y litúrgico, es un poder episcopal pleno sobre toda la Iglesia y fieles, ordinario de derecho divino e inmediato y directo sobre toda la Iglesia y fieles.

    Entonces la sinodalidad nunca puede obviar este poder supremo, total, completo y absolutamente absoluto del Papa. Ni el Sínodo ni el Concilio están por encima de un Papa según dice el derecho.

    Además, tampoco se encuentra por encima del poder pleno y supremo de Cristo Pontífice sobre las tres Iglesias triunfante, purgante y peregrina.

    Y evidentemente nunca jamás están por encima de la Sagrada Tradición, la Sagradas Escrituras, los Sacramentos, el Credo, el Magisterio de la Iglesia, el sensus fidei cum Ecclesia, los principios generales del derecho y la justicia, la razón, la filosofía y la historia…

    Todos estos son unos grandes límites.

    También se observa que el Sínodo de la sinodalidad ha sido totalmente convocado, organizado y regulado por el Papa: es un constructo eclesial exclusivo del Pontífice, según la filosofía moderna.

    Por lo tanto, toda esta parentela y familia de padres y madres sinodales está siempre y en todo momento subordinada al Papa como autoridad, pero por encima del Papa está ligada a la verdad de Fé, moral, liturgia y eclesiología y a Cristo Pontífice de las tres Iglesias: es una ficción irreal y absurda que puedan hablar libremente de todo lo que quieran.

    No, no se puede hablar de doctrinas ni acciones pastorales que no tengan tradición católica o contradigan la Fé, moral y costumbres de la Iglesia. Si hablan de ellas solamente es para condenarlas y advertir al pueblo de Dios para que no se confunda, escandalice o pierda la salvación de sus almas.

    Un sínodo, por muy autorizado que esté por el Papa, no es más que una reunión de unos pocos obispos respecto de los 5.000 que hay en la Iglesia, y por su misma estructura, es lo más óptimo para las jurisdicciones más pequeñas, diocesanas o provinciales, en especial, para la cuestión de nombrar y proponer obispos, reformar las fronteras de las diócesis y parroquias, asignar sacerdotes y diáconos, tratar los temas de los seminarios, la administración de los sacramentos, fiestas y celebraciones, cuestiones económicas, patrimoniales, financieras, misión y proselitismo, promover santos y beatos…

    En mi opinión, considero que todo esto del sínodo de la sinodalidad es una verdadera absurdidad y una aberración, debería de ser ya concluido, ¡paradlo!, y si aprueban cualquier cosa que va contra la Fé, la moral, la liturgia, la eclesiología y la disciplina tradicional, las decisiones no serán ni lícitas ni válidas, por fallar en la base misma de la doctrina católica, por mucho que lo apruebe el Papa, porque primero se obedece a Cristo-Pontífice, el único que tiene pleno y absoluto poder supremo y prevalente sobre los tres miembros de la Iglesia Católica: la Iglesia triunfante del cielo, la Iglesia purgante o expectante, y la Iglesia viadora o peregrina en la tierra.

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