Vamos terminando la semana, otra semana preñada de información que tantas veces nos obliga dejar en el tintero cosas interesantes. Mañana gris en Roma, no termina de asentar el tiempo y seguimos con una fresca primavera. Vemos que cada vez son más breves las audiencias del Papa Francisco. La del rey de Jordania, Adbullah II, unos 20 minutos. Los trenes italianos anuncian en su revista del mes de mayo una entrevista ‘exclusiva’ al Papa Francisco.
Empezamos con la audiencia del Papa Francisco a los primados de la ‘comunión anglicana’. «Querido hermano Justin ¡gracias por esta colaboración fraterna en favor del Evangelio! Y no me olvido de Sudán del Sur: fue maravilloso; con tu esposa, que trabaja allí. Muy lindo». «Agradezco en este sentido el trabajo realizado durante los últimos cincuenta años por la Comisión Internacional Anglicano-Católica, que se ha comprometido con dedicación a superar los diversos obstáculos que obstaculizan el camino de la unidad». «Es un regalo para mí sentirme cerca de las comunidades que ustedes representan. Sé que el papel del obispo de Roma todavía representa una cuestión controvertida y divisiva entre los cristianos».
«Como sabéis, la Iglesia católica está comprometida en un camino sinodal. Me complace que tantos delegados hermanos, incluido un obispo de la Comunión Anglicana, hayan participado en la primera sesión de la Asamblea General celebrada el año pasado y espero con interés una mayor participación ecuménica en la sesión de este otoño. Rezo para que uno de los frutos del Sínodo sea una mejor comprensión del papel del Obispo de Roma. El informe resumido al final de la primera sesión pedía un estudio más profundo del vínculo entre sinodalidad y primado en varios niveles (local, regional, universal)».
Y pasamos a la carta a los sacerdotes. El Papa Francisco suele maltratar a sus curas con frecuencia. No se le ven mucho afectos, y es evidente que la falta de afectos es correspondida entre los sufridos sacerdotes, que se mueven entre el desprecio de sus superiores y las inmensas dificultades en su ministerio. Parece que el Papa Francisco se ha dado cuenta de que sin sus curas no hace nada. Sus sinodalidades no llegan a las parroquias y los sacerdotes son los grandes ausentes del sínodo. A toda prisa se intenta hacer un teatrillo invitando a una supuestos representantes del colectivo, elegidos a dedo y que no representan a nadie. Son 400.000 sacerdotes en el mundo y a nadie se le ha preguntado, ni por el sínodo, ni para elegir a su ‘representante’. Se intenta dar la imagen que contamos con ellos, nada más lejos de la realidad, son el estorbo evidente para los planes pontificios y se intenta anularlos, a estas alturas tenerlos a favor es imposible.
El elenco de los participantes lo encuentran en la página del sínodo y el Papa Francisco les manda una carta. La reunión internacional fue convocada para “escuchar las voces” de los párrocos del mundo. En octubre de 2023 se reconoció que la ausencia de contribuciones de los párrocos era una debilidad importante en el proceso sinodal. “Los párrocos conocen desde dentro de la vida del Pueblo de Dios sus alegrías y sus dificultades, sus recursos y sus necesidades”, y por esta razón, “una Iglesia sinodal necesita sus párrocos”. “Sin sacerdotes, nunca podremos aprender a caminar juntos y emprender el camino de la sinodalidad”.
En la carta, el Papa Francisco sigue con sus cosas y sugiere que “aprendan a practicar el arte del discernimiento comunitario, empleando para ello el método de la ‘conversión en el Espíritu’ , que ha resultado tan útil en el camino sinodal”. Nunca concretamos de que espíritu hablamos, si el moribundo del concilio que vaga buscando donde encarnarse, o si el de la venerada pachamama. Se ve que está preocupado porque el creciente número de obispos francisquistas no es muy bien aceptado por los sacerdotes e insiste en “basar todo lo que hagan en un espíritu de participación y fraternidad entre ustedes y con sus obispos”.
El Papa Francisco intenta calmar las aguas con una carta personal a sor Jeannine Gramick, conocida por sus posiciones cercanas a la comunidad LGBTQ+, tras la publicación de Dignitas Infinita, en el que se condena la teoría de género. «La ideología de género es algo diferente a las personas homosexuales o transexuales. La ideología de género iguala a todos sin respetar la historia personal. Entiendo la preocupación por ese párrafo en Dignitas Infinita, pero no se refiere a las personas transgénero sino a la ideología de género, que borra las diferencias. Las personas transgénero deben ser aceptadas e integradas en la sociedad». La hermana Jeannine: «Me sentí muy triste cuando el Dicasterio Vaticano para la Doctrina de la Fe promulgó Dignitas Infinita. Sentí el inmenso dolor entre las personas LGBTQ y sus familiares y amigos. Este documento expone muchas verdades hermosas y esenciales, pero la sección sobre teoría de género, que condena la ‘ideología de género’, está dañando a las personas transgénero que amo». «Con el concepto de ‘ideología de género’ no queremos anular las diferencias sino todo lo contrario».
El Papa Francisco se encontrará hablando de la caída de la natalidad en el Auditorio della Conciliazione en las jornadas organizadas por Gigi De Palo, presidenta de la Fundación para la Natalidad. En ediciones pasadas, el Papa Francisco participó junto con Draghi y junto con Meloni. Esta vez aún no se sabe si el Primer Ministro participará: «Por el momento sólo estaremos yo y el Santo Padre en el escenario» dado que hay elecciones inminentes.
Pizzaballa, patriarca de Jerusalén, presente en Roma con motivo de una lectio magistralis en la Universidad Pontificia Lateranense. Describió la «crisis creciente de los organismos multilaterales, como la ONU, cada vez más impotente y, para muchos, rehén de las grandes potencias». «La comunidad internacional – afirmó – es cada vez más débil, al igual que los demás organismos internacionales». Los cristianos divididos como siempre en todo, incapaces de una palabra común, o inseguros y desorientados. Los musulmanes se sienten atacados y considerados cómplices de las masacres cometidas del 7 de octubre… En resumen, después de años de diálogo interreligioso, nos encontramos sin entendernos unos a otros.»
«Estamos hablando, pero es muy difícil identificar caminos y perspectivas mientras haya un conflicto en curso, mientras esta situación no cese». Lo que se necesita ante todo es «la «La liberación de los rehenes por un lado y la de al menos algunos prisioneros palestinos por el otro y luego ya veremos». “Lo que está sucediendo en Tierra Santa es una tragedia sin precedentes”. «Además de la gravedad del contexto militar y político, que se está deteriorando cada vez más, también se está deteriorando el contexto religioso y social». “La línea divisoria entre comunidades, los pocos pero importantes contextos de convivencia interreligiosa y civil se están desintegrando gradualmente, con una actitud de desconfianza que crece cada día más. Un panorama desolador». «Mantener la comunión entre los católicos palestinos e israelíes, en este contexto desgarrado y polarizado, es extremadamente difícil».
Y terminamos con un largo artículo de Larry Chapp, en What We Need Now . Su primera parte se centra en que nadie puede dar lo que no tiene. «Los acalorados debates que actualmente se libran en la Iglesia son simplemente la clara manifestación de una confusión teológica y espiritual más profunda en la propia Iglesia. Y esa confusión es el resultado de una falta casi total de profundidad, tal vez incluso de curiosidad, a nivel creativo, intelectual, artístico, filosófico, teológico y literario, entre los católicos de todas las tendencias». «La Iglesia contemporánea se obsesiona con las cosas que posee, como las estructuras burocráticas y aquellos que cometen pecados de naturaleza sexual, con las primeras ahora reconfiguradas para ser más complacientes a través de la alquimia de la sinodalidad». La Iglesia verdaderamente posee como propio es el Señor crucificado y resucitado y la práctica moral del testimonio de los mártires que siguen «al Cordero inmolado». Esta es nuestra revolución. En verdad, es nuestra única revolución. Es la revolución de un mundo consternado por el Dios crucificado. Sólo en la resurrección de Cristo crucificado podrá el mundo trascender la dictadura de la muerte.
Una segunda parte nos habla de «la modernidad como transgresión y anulación de la posesión». Las extrañas características de la incredulidad en el mundo moderno. «Nuestra incredulidad es diferente del ateísmo y el agnosticismo que a menudo se encuentran en un contexto premoderno. Las generaciones anteriores han visto ateos que escupen fuego como Nietzsche, que todavía se tomaba la fe lo suficientemente en serio como para cuestionarla». El ateísmo actual no es evidente y, de facto , es mucho más que un ateísmo de práctica, arraigado en la creencia de que incluso si existe una especie de «ultimabilidad», es en gran medida incognoscible e indemostrable y, por lo tanto, es mejor dejarlo a un lado». Se permite que la “espiritualidad” exista, pero como si fuera una especie de emociones gnósticas para sentirse bien, o más bien una especie de “panacea” para la tranquilidad interior y un mejor sexo tántrico.
La tercera parte nos habla de «la incredulidad de los creyentes y la forma de la santidad moderna». «Si la fe existe en las almas de la mayoría de los católicos comunes y corrientes (y creo que así es), sigue siendo cierto que las raíces de dicha fe son superficiales en muchos creyentes, lo que ha llevado a ese teatro moderno que es la incredulidad de los creyentes. Joseph Ratzinger advirtió este fenómeno ya en 1958, cuando señaló que la mayoría de los que hoy nos sentamos en los bancos de la iglesia somos en realidad paganos mal disfrazados, disfrazados de cristianos creyentes». «Muchos católicos experimentan hoy una relación profundamente ambigua con la llamada «Iglesia institucional».
«Parece que el Papa Francisco está librando las batallas de una era del catolicismo lejana y obsoleta. ¿Dónde está esa Iglesia «rígida» y «farisaica» de la que tantas veces habla el Papa? ¿Dónde está esta Iglesia supuestamente hipercrítica de fanáticos que señalan con el dedo y obsesionados con la moralidad sexual? ¿Dónde está esta Iglesia supuestamente hiperescrupulosa de “supervisores de la moralidad” que impiden que la gente acceda a la Comunión?». «La verdadera revolución sólo puede reanudarse – como siempre ha ocurrido – a partir del surgimiento de la creatividad de los santos».
«…el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún…»
Buena lectura.
