¿Cómo está el Papa Francisco? Es la pregunta que recorre los sacros palacios: «el TAC ha descartado la neumonía, pero mostró una inflamación pulmonar que le provocó algunas dificultades respiratorias. Para una mayor eficacia de la terapia, se colocó una vía para la infusión intravenosa de la terapia antibiótica». «El estado del Papa es bueno y estable, no tiene fiebre y su situación respiratoria mejora claramente”. Cara pálida, temblando a veces, la tos del Papa no pasó desapercibida. Así apareció ayer el Papa Francisco en la pantalla de la plaza de San Pedro. Junto a él estaba monseñor Braida, quien desde 2013, sucediendo a monseñor Gloder, es el escritor fantasma del Santo Padre. Por mucho que se quiera maquillar la situación al final nos enteramos, no estaría de más que nos pidieran oraciones por su salud, será que al ser tan buena no es necesario.
Es la primera vez, Dios mediante, que un Papa estará en la Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático y la primera vez que una delegación de la Santa Sede participará activamente en las negociaciones y no será simplemente un «observador» de los trabajos. Hay gran expectación en la Cop28 que se inaugura en Dubai el jueves 30 de noviembre por este debut. Se espera que los jefes de Estado y de Gobierno abran la Conferencia de la ONU, entre ellos la primera ministra Giorgia Meloni y Carlos III, y, ya se sabe, que estarán ausentes los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping.
El Papa Francisco estará en Verona el 18 de mayo de 2024, víspera de Pentecostés y pocos días antes de la fiesta del santo patrón San Zenón. El obispo, Pompili: «Aceptó la invitación de conocer la Iglesia de San Zenón y nuestra ciudad», «que el propio Papa definió como una “encrucijada de pueblos” y, por tanto, un espacio propicio para la discusión y el diálogo». Tres etapas, empezando por la Arena, «donde habrá ocasión de reflexionar sobre temas queridos por él y por nosotros, como la paz y el desarme, la ecología integral, migraciones, trabajo, democracia y derechos, estilos de vida». Luego la visita y almuerzo con los internos en la prisión de Montorio, y finalmente la Santa Misa en el Estadio Bentegodi». Todo, Dios mediante.
Seguimos con artículos sobre el proceso Becciu. Se ha escrito y hablado mucho sobre él desde septiembre de 2020, cuando estalló la «bomba» con la dimisión y la renuncia a los derechos del cardenalato, hasta el verano de 2021, cuando se formalizó la convocatoria en sentencia del cardenal por los delitos de malversación, abuso de cargo y soborno. Muchos temas han salido y muy pocos aclarados, empezando por el ‘beneficio’ de un posible testigo en el juicio contra el cardenal George Pell. El amigo Edgar confirmó la versión de Becciu sobre la luz verde concedida por el Papa al pago de la empresa atribuible a Cecilia Marogna. La declaración de la Ciferri, amiga de monseñor Alberto Perlasca, causo sensación cuando confesó que tanto ella como el gran acusador de Becciu habrían sido «ambos utilizados como los tontos del pueblo» y habrían recibido de otra persona las sugerencias para la redacción del memorial que llevó a Becciu a juicio. Se espera con inquietud la sentencia prevista para mediados de diciembre. No estaría mal que se pudiera ofrecer a los fieles una explicación más convincente de toda esta historia, a fin de cuentas son los que ponen el dinero, al menos lo ponían, son los fieles.
Entrevista de gran interés a Massimo Faggioli es historiador de las religiones, profesor del Departamento de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad Villanova de Filadelfia y autor de varios libros sobre el catolicismo y nos ofrece una reflexión sobre la Iglesia católica, sobre el pontificado de Francisco y sobre los cambios en las relaciones entre religiones resultantes de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza. «No está claro si hubo coordinación con quienes tienen una larga experiencia profesional sobre el significado de estas reuniones y sus consecuencias. Es un aspecto más general del pontificado de Francisco, donde se percibe una marginación de la secretaría de Estado, no sólo respecto del gobierno de la Curia Romana y del Vaticano, sino también respecto de las cuestiones internacionales. Lo ocurrido el 7 de octubre abre una cuestión internacional extremadamente delicada, que en mi opinión cambia las coordenadas de los últimos sesenta años de diálogo y relaciones con Israel como Estado, con el judaísmo y con el Islam. Creo que hay límites y consecuencias para un pontificado que aborda estas cosas a un nivel muy personal».
¿Se trata de la imagen de un Papa particularmente solitario y en retirada? «Creo que Francisco gobierna más solo que sus predecesores. Al menos en sus predecesores existía algo llamado apartamento papal, con un secretario visible e identificable que desempeñaba una función de filtro». «Hay una relación con la Curia Romana que es muy difícil de entender, en el sentido de que hay algunos cardenales con los que el Papa Francisco es muy cercano, pero no está nada claro cuál es el papel de la Curia Romana como tal en su pontificado». «Son aspectos contradictorios: hay una Iglesia que, a instancias del Papa Francisco, tiende a ser más sinodal, pero al mismo tiempo también es más papista».
«La mediación se puede hacer cuando quienes se proponen como mediadores no sólo son aceptados, sino que no son vistos como parte del problema. Y, en cambio, tanto para la cuestión de Ucrania como para la de Israel, la Iglesia católica y la Santa Sede tienen una posición diferente respecto a otros conflictos. Esto se debe a una historia complicada, en la que el catolicismo, el papado y el Vaticano fueron vistos primero como parte del problema del antisionismo y el antisemitismo, y luego de la importancia crítica de la relación entre el catolicismo y la ortodoxia en Ucrania». «Todo es más difícil y más delicado. Por eso creo que sería necesaria una mayor disciplina verbal. Cada palabra, cada gesto debe ser cuidadosamente sopesado y calibrado y debe ser el resultado de una consulta con los expertos de la Santa Sede en este campo, sin dejar nada al buen instinto y a la improvisación, porque esto se presta a riesgos que no ayudan a aceptar las verdaderas intenciones del Papa Francisco y de la Santa Sede».
«En la relación con el judaísmo y el Islam, ya no podemos confiar en guiones del pasado y menos aún podemos improvisar. Se trata de un diálogo con un Israel diferente del Vaticano II o incluso del de principios de los años 1990, con el que la Santa Sede firmó el acuerdo fundamental. Hoy Israel es diferente y la relación entre el judaísmo e Israel es diferente. Al mismo tiempo, también es diferente el Islam con el que el Papa Francisco, desde los primeros años de su pontificado, había pensado entablar un diálogo. Todo esto requiere un esfuerzo de pensamiento y reflexión que ningún individuo puede hacer solo, ni siquiera el Papa.
¿Es el Papa Francisco antioccidental? «No hay duda de que el Papa es crítico con algunos aspectos de Occidente, pero también lo fueron Martin Luther King o la Madre Teresa de Calcuta. En algunos puntos lo aplaudimos, como cuando criticó cierta cultura estadounidense sobre la pena de muerte o el capitalismo. No creo que Francisco sea antioccidental. Creo que es típico de una cultura latinoamericana desconfiar de las intenciones de Occidente y Estados Unidos». «Hoy, sin embargo, esta distancia del Papa hacia Occidente duele más porque está ligada a una división interna y a un estado de confusión en el propio Occidente». ¿Cómo ha cambiado la Iglesia con el Papa Francisco? «Es un catolicismo más global, menos europeo, más multicultural, más diverso, pero también más difícil de mantener unido. Esta, en mi opinión, es la figura fundamental de un pontificado que ha aceptado el desafío de ayudar a la Iglesia a ser más global y más multicultural. Esto significa algunos cambios de régimen y de idioma».
El domingo 3 de diciembre de 2023, a las 11 horas, el Cardenal Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, tomará posesión de la Diaconía de los Santos Urbano y Lorenzo a Prima Porta.
Los alemanes del camino sinodal, el suyo, no están nada contentos con la carta del Papa Francisco a la facción «Somos Papa» y empiezan al retorcer el argumento. «Se ha hecho un flaco favor al intentar detener el Camino Sinodal utilizando la autoridad del Papa. A Francisco no le gusta que le pidan que actúe con autoridad». El Papa se dirige directamente a las mujeres y Parolin a Beate Gilles, secretaria general de la Conferencia Episcopal Alemana. Lo que está escrito en la carta a la Sra. Gilles suena decepcionante para muchos por un lado, pero es revolucionario por el otro. «En la Iglesia, las funciones ‘no justifican la superioridad de una sobre la otra'», se dice. Francisco desvincula el sacerdocio y el liderazgo de la iglesia. Los laicos también son capaces y están llamados a gobernar en la Iglesia por la dignidad bautismal común a todos». Las cartas de Roma lo dejan claro: las mujeres pueden y deben involucrarse “donde se toman decisiones importantes en los distintos ámbitos de la iglesia”. El hecho de que el compromiso requerido también pueda vincularse al oficio de diaconisa parece negociable por lo que no se indica en la carta de Parolin.
En la Santa Sede se habla a menudo del riesgo de cisma y una pregunta se hace cada vez más presente: ¿y si el Papa Francisco hubiera querido poner a la Iglesia católica en estado de Sínodo permanente, precisamente para evitar el cisma, fiel a la idea de que «el tiempo es superior al espacio?». El Cardenal Hollerich es nombrado Relator General de la Asamblea Sinodal. Será el anfitrión de un encuentro en su archidiócesis de Luxemburgo entre el cardenal Grech y monseñor Bätzing que parece tener el objetivo final de silenciar cualquier posible controversia, arrojar una rama de olivo al ala progresista y reabsorberlo todo en un nuevo equilibrio.
«Si el Papa está preocupado por la deriva del camino sinodal alemán, ¿por qué algunas de sus posiciones parecen hacer un guiño a las alemanas? .No hay apertura a las uniones homosexuales, pero sí a la acogida de los homosexuales. No hay ninguna posibilidad para el sacerdocio femenino ni para el diaconado. Hay voluntad de discutirlo, sin embargo, y tal vez incluso de dar a las mujeres roles gubernamentales, pero no hay ni el más mínimo indicio de un cambio inminente en la doctrina o la disciplina al respecto». «El Papa Francisco tiene el principio de gestionar los cambios pero no de hacerlo institucionalmente».
«La Iglesia católica en Alemania lleva a cabo algunas cuestiones con las que el Papa podría estar de acuerdo en principio, pero con las que no puede estar de acuerdo en la forma en que se llevan a cabo. En última instancia, la Iglesia es una “santa madre jerárquica” para el Papa, y la autoridad del Papa es sacrosanta». «El Papa es un hombre de gobierno, y el hecho de que la Iglesia católica en Alemania, a través de sus acciones, cuestione la autoridad del Papa le resulta problemático de manejar». «El Papa Francisco no busca enfrentamientos frontales. No es uno a uno. Sobre todo no quiere crear una división, y no quiere ser él quien provoque, por rigidez, un cisma. Según el Papa Francisco, el Sínodo de la Iglesia universal puede ser, de hecho, el antídoto contra las presiones cismáticas. La historia dirá si este es el caso».
Y terminamos con Tosatti que nos deja en su blog un inquietante pregunta ¿Moriremos todos protestantes?. «Las llamadas respuestas a la DUBIA 2023 se han convertido en el Nuevo Catecismo de esta Iglesia». «La revelación debe evolucionar con el tiempo y ser reconsiderada. La tradición que era buena ayer ya no lo es hoy. Hoy lo que importa es la escritura sagrada, naturalmente también reinterpretada». «La verdad es suplantada por el cuidado del medio ambiente, que es naturalmente sagrado. Que sólo practican los indígenas amazónico y la Pachamama protege». «Hay que ignorar la Doctrina Social de la Iglesia porque es “divisiva”, hay que repensar la propiedad privada y el bien común». «El Libre Albedrío es considerado responsable de todos los errores cometidos en los últimos siglos porque es acientífico». «Los Sacramentos deben, digamos, ser «reformulados». La Eucaristía, por cómo es «tratada» por los sacerdotes, nos deja imaginar cuántos creen en la «presencia real». «El bautismo es cada vez más un sacramento que nos une con Dios y cada vez menos una redención del pecado original». «La Extremaunción ya no es para los enfermos, sino sólo para los ancianos no supersticiosos».
«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras ellos».
Buena lectura.