Va avanzando agosto, es domingo, y los tiempos corren, la peste no pasa y nos vamos habituando a una vida distinta con la convicción de que lo que conocimos es un pasado que no volverá. Si algo hemos aprendido en este periodo es a no fiarnos de las noticias que nos llegan sin un mínimo de juicio crítico. Hay muchas noticias falsas, sin duda, pero los grandes medios nos quieren hacer pensar que solamente es fiable y serio lo que publican ellos, y que todo lo demás, cierto o no, está cubierto con el manto de la duda. Falso es lo que es mentira, pero puede ser mucho más falso no decir toda la verdad, ocultar aspectos molestos, o que se presume que no serían asumidos con facilidad por las dóciles y manipulables masas. Estamos viviendo un experimento de ingeniería social que llega en gran medida a todo el planeta por primera vez en la historia. La comunicación oficial ha entrado en una crisis, económica e ideológica, que la está llevando a la su destrucción. Los que queremos estar informados, profundizar algún tema concreto, nos encontramos con la dificultad de que hay cosas que como no gustan se intentan hacen desaparecer.
Todo esto nos lleva a una visión distorsionada de la realidad, pero los hechos son tercos, muy tercos, y terminan imponiéndose, gusten o no. Pretender hacernos vivir en una realidad virtual con la convicción de que se puede cambiar la realidad haciendo desaparecer y ocultando lo que no gusta solo puede conducirnos al precipicio de la historia.
El hospital pediátrico Bambino Gesù, el hospital del Papa, que se asienta totalmente en territorio de soberanía del Vaticano es siempre objeto de todo tipo de rumorología desagradable. Ha tenido que salir a desmentir la información «totalmente falsa» que circula en las redes sociales. “Las noticias falsas informan de la muerte de tres niños que habrían muerto en nuestro hospital debido a la administración de la vacuna anti-Covid-19. La noticia, por supuesto, carece absolutamente de fundamento, pero permanece la grave responsabilidad de haber inventado y difundido esta falsedad. Por ello, ya hemos denunciado la incidencia y los perfiles implicados a la asistencia de Facebook, alertando al mismo tiempo a nuestro departamento legal”.
En el hospital «no se registró ningún evento adverso significativo en nuestro hospital tras la administración de la vacuna», y reiteran que la vacunación sigue siendo «el arma más eficaz y segura para proteger incluso a los niños de las consecuencias más graves del Nuevo Coronavirus». Pues ya sabemos que la vacunación universal que el Papa Francisco ha defendido desde el inicio de la epidemia se extiende también a los niños. Los datos de vacunación del Vaticano se han pasado en bloque, de forma muy polémica y sin contar con la aprobación de los interesados, a la región Lazio que informa que «la Ciudad del Vaticano ha vacunado hasta ahora a 12.734 personas».
El Hospital Bambino Gesu es una realidad muy compleja y cuenta con más empleados que todo el resto del Vaticano. No está sometido a la legislación europea por estar asentado en territorio extracomunitario. Esto hace que se pueden ‘probar’ tratamientos y medicamentos experimentales no aprobados en Europa. Las falta de control es absoluta y por mucho que se quiera vestir con el manto blanco del papado, la institución siempre está en el centro de todas las polémicas. Como dato iluminador para nuestros lectores, en los balances del hospital no aparece ninguna póliza de seguros, se prefiere pagar y no entrar en procesos judiciales que podrían complicar, y mucho, la vida.
Hemos pasado del diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes a la fraternidad que todo lo arregla, muchos abrazos y pocos argumentos. Cada uno vive los suyo, todo somos iguales, basta ver las acciones sublimes de los hermanos talibanes y con un discurso buenista lo arreglamos todo. La conquista relámpago de los «estudiantes coránicos», utilizando la religión, parece arrojar al borde de un precipicio cualquier esfuerzo de convivencia pacífica, leal y serena. Benedicto XVI, durante su viaje apostólico a Colonia en 2005, cuando se reunió con los representantes de algunas comunidades musulmanas: “el diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una elección estacional. De hecho, es una necesidad vital, de la que nuestro futuro depende en gran medida ”.
Seguimos con artículos sobre la ‘misa en latín’, sobre el Traditionis Custodes’ y el revuelo que sigue provocando. ¿Por qué el antiguo rito no solo nunca murió, sino que sigue atrayendo, si no a los fieles, al menos a curiosos? La Fraternidad Apostólica de San Pío X, que siempre ha mantenido este rito, desde 1976 en adelante no solo ha ganado fieles, sino que ha registrado un boom de vocaciones. Nuestras iglesias están perdiendo fieles a un ritmo preocupante, en la católica Italia, los católicos practicantes son quizás el 15%. Se nota un cierto miedo a la tradición porque nos enfrenta con una realidad que no queremos ver, que molesta. En una sociedad en la que la Iglesia Católica es cada vez más marginal no se entiende este suicidio buscado de las cosas que funcionan. No pretenden proteger del gravísimo peligro de la ‘Misa en latín’ en lugar de trabajar por corregir la estropeada liturgia que inunda nuestras iglesias y no frena la sangría de fieles.
«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Buena lectura
Pues no cabe duda que el títere del nom, biden, ha hecho lo que sus amos le han mandado, si alguno recuerda la portada de fin de año de the economist, había un dibujo de bomba atómica y faltaba en el globo terráqueo una parte del medio oriente, ¿Irán? ¿Afganistán? ¿Pakistán? Eso de la huída de los marines, dejando todo el armamento, me parece una excusa, para el futuro próximo.