Los ignorantes con iniciativa no descansan, es una de sus características esenciales que los define, son capaces de equivocarse una y mil veces y continúan impasibles cabalgando sobre sus propios errores. El Sínodo de los sínodos, el de la sinodalidad, nació muerto, por mucho que nos quieran vender los éxitos, no hacen más que sumar fracasos. Basta repasar el interés con el que se ha vivido en la inmensa mayoría de nuestras parroquias, el postureo de tantos obispos queriendo quedar bien sin tener nada que ofrecer, los malabarismos del Vaticano para vender la nada y donde en el mejor de los casos, solo encontramos vacío, tan vacío, como los de las audiencias pontificias.
Teníamos más que seguro que la consecuencia de todo esto sería la degradación de una institución que se retoma después del último concilio. La antigua congregación del concilio tenía como cometido el aplicar el de Trento y solucionar las disputas de interpretación. El Sínodo, tal como lo entiende Pablo VI, basta leer el documento de constitución de 15 Septiembre de 1965, el «motu proprio» Apostolica sollicitudo. La página oficial del Vaticano sigue deciendo: «El Sínodo puede ser definido, en términos generales, como una asamblea de obispos que representa al episcopado católico y tiene como tarea ayudar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal dándole su consejo. El Papa Juan Pablo II decía que el Sínodo es «una expresión particularmente fructuosa y un instrumento de la colegialidad episcopal».
Así lo anunció Pablo VI: «Tenemos la alegría de anunciaros Nos mismo la institución, tan deseada por este Concilio, de un Sínodo de los obispos, que, compuesto de obispos, nombrados la mayor parte por las Conferencias episcopales con nuestra aprobación, será convocado, según las necesidades de la Iglesia, por el Romano Pontífice, para su consulta y colaboración, cuando, para el bien general de la Iglesia, le parezca a El oportuno. No es necesario añadir que esta colaboración del episcopado tiene que ser de gran beneficio a la Santa Sede y a toda la Iglesia, de modo particular al cotidiano trabajo de la Curia Romana, a la que estamos tan agradecidos por su valiosísima ayuda, y de la que, como los obispos en sus diócesis, también Nos tenemos permanentemente necesidad para nuestras solicitudes apostólicas».
Hoy nos desayunamos con la supresión, de hecho, pero supresión del sínodo de los obispos. Es lo que realmente está sucediendo, porque si al sínodo de los obispos, le quitamos lo de obispos, será otra cosa, posiblemente mucho mejor y maravillosa, pero deja de ser el sínodo de los obispos, en el fondo y en la forma como en Alemania. El Papa Francisco pisotea el motu proprio Apostolica sollicitudo de Pablo VI y convierte al Sínodo en el lugar donde «hablan los que piensan como yo» y no el lugar donde los sucesores de los apóstoles pueden «dar información y consejos». La confusión, tan amada en este pontificado, escala de nuevo. Hollerith está feliz con su ‘innovación revolucionaria’: «Ya en el pasado, no ha habido mujeres votantes, pero miembros no obispos, sí».
Los «revisores» del sínodo serán eliminados y reemplazados por 70 personas que no son obispos: sacerdotes, diáconos, mujeres consagradas y laicos. Serán elegidos personalmente por el Papa Francisco de una terna de 140 personas, presentadas por las distintas conferencias episcopales y por la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Católicas Orientales. Según las nuevas reglas, la mitad de este número deben ser mujeres. Todas estas 70 personas tendrán derecho a voto. No más del 25% de la asamblea votante debe estar compuesta por laicos. Estos cambios «se justifican en el contexto del proceso sinodal, sin cambiar, sin embargo, la naturaleza episcopal de la Asamblea». Al Sínodo sobre la sinodalidad se unirán otros «expertos» que no tendrán derecho a voto y no tendrán el título de «miembro de la Asamblea» y «también participarán delegados fraternos, miembros de otras Iglesias y comunidades eclesiales».
Ante todo, es este tema, como en tantos otros, predomina la ignorancia de la actual administración del Vaticano. No hace muchos días, la conferencia episcopal española, en la que hay de todo, también ignorantes enseñoreados, se vivió un episodio grotesco con el tema central de sí los eméritos, que se supone que siguen siendo obispos, podían o no participar en el sínodo. Ahorramos detalles rocambolescos, con consultas a Roma, idas y venidas y todo regado con el común denominador de una ignorancia supina, parece invencible, a la que solo queda un último argumento, el tradicional, ‘aquí mando yo’, argumento que hoy solo sirve para que nadie obedezca.
Y tenemos algunos artículos de fondo sobre el tema: «Aunque cuando se piensa en los sacramentos se está tentado a pensar en los sacramentos individuales, hay que recordar que en la base del sacramento está Cristo mismo, está la Iglesia, sacramento vivo de Cristo, que es mediada por ella en historia y, gracias a ella, prosigue su misión en el mundo, proponiendo continuamente a los hombres su mensaje de salvación. Sin sacramentos no hay Iglesia y posiciones como la adoptada tienen como objetivo, no nos engañemos socavar la naturaleza sacramental de la Iglesia.
No olvidemos que Francesco, Hollerich y Ghirlanda son todos jesuitas y para ellos el poder deriva de la misión y no del sacramento, esta teoría absurda, está enmarcada en Praedicate Evangelium. Mientras la Iglesia sigue respondiendo a las peticiones de los hombres viejos y desilusionados está en juego el futuro mismo de la Esposa de Cristo. Ya no se presta atención al Evangelio, sino a lo que preguntan los periodistas en sus diatribas matutinas. El cardenal Hollerich, una vez más, demuestra que no ha entendido absolutamente nada de lo que enseña la Iglesia. Claro, ha habido miembros que no son obispos que han votado en Sínodos anteriores, pero sí eran Presbíteros.
Lumen Gentium, que sigue siendo del Vaticano II: «Cristo Señor, para alimentar y aumentar cada vez más el pueblo de Dios, ha establecido en su Iglesia varios ministerios, que tienden al bien de todo el cuerpo. En efecto, los ministros investidos de la sagrada potestad sirven a sus hermanos, para que todos los que pertenecen al pueblo de Dios, y, por tanto, tienen una verdadera dignidad cristiana, tiendan libre y ordenadamente al mismo fin y lleguen a la salvación. Este Santo Sínodo, siguiendo el ejemplo del Concilio Vaticano I, enseña y declara que Jesucristo, el Eterno Pastor, edificó la Santa Iglesia y envió a los apóstoles, así como él mismo fue enviado por el Padre (cf. Jn 20: 21), y quiso que sus sucesores, es decir los obispos, fueran pastores en su Iglesia hasta el fin de los tiempos».
Hay un tema que sale con frecuencia y se refiere a la relación entre ‘Foro externo’ y ‘Foro interno’ . Esto ha llevado a numerosos abusos de conciencia. El canon 630 del Código de Derecho Canónico establece: “Superiores sodalibus debitam agnoscant libertatem circa paenitentiae sacramentum et conscientiae moderamen, salva tamen instituti disciplina”. Esta norma demuestra cómo la Iglesia, desde hace algún tiempo, ha optado por combatir el abuso de conciencia que estaba claramente surgiendo, especialmente en las nuevas realidades. El tema no es nuevo y ya en el siglo XIX, de hecho, había varias «comunidades nacientes» que habían comenzado a imitar el «informe de conciencia» de los jesuitas.
La extinción de las vocaciones es algo de lo que cuesta hablar. Fisichella, que ostenta el largo y sonoro cargo de ‘pro-prefecto de la sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo del Dicasterio para la Evangelización’ ha estado en Irlanda y ha hablado de «Evangelización y vocación». El Pro-Prefecto habló del ministerio sacerdotal en una Iglesia sinodal dirigiéndose a un público desolado que no parece darse cuenta de la gravedad de su situación. Los obispos irlandeses inician un año sobre el sacerdocio y de oración por las vocaciones. “Estamos tan inmersos en la ideología que nos hemos pasado todos estos años diciendo que lo importante no son los números sino la calidad. ¿El resultado? No tenemos ni números ni cualidades. El orgullo es una mala enfermedad”. Irlanda tiene 5.020.199 habitantes, el 78,20% son católicos. Durante esta reunión, el rector, P. Tomás Surlis informó que en todo el país solo hay 20 seminaristas. Son 4 provincias eclesiásticas y 26 diócesis y los 20 seminaristas indican que el futuro de esta Iglesia no existe.
La cosa se pone fea y las intervenciones no tienen desperdicio: «Discursos siempre orientados hacia temas que nada tienen que ver con los problemas reales. Nos lloramos el uno al otro, pero no hacemos nada». «En este momento en Irlanda necesitamos más sacerdotes». ¡Qué hallazgo! Pero, ¿qué estamos ofreciendo a los jóvenes de hoy? ¿Una Iglesia que es consciente de sí misma o nos presentamos nosotros mismos?». «El problema es la falta de fe, si siguen proponiendo una Iglesia que haga ballet en la plaza o que hable de ecología, los jóvenes tienen muchos otros lugares donde ir y encontrar todo eso. ¿Por qué un joven debe ingresar al seminario si hay un Papa que habla mal de los sacerdotes todos los días y dice que son «clérigos de estado», «corruptos» y demás?». En el pasado hubo vocaciones. Hoy no. ¿Por clericalizado queremos decir que la gente creía en lo que profesaba?. En los seminarios se habla mucho de problemas psicológicos que son más de los formadores que de los formados y se habla muy poco sobre la fe o la vocación del candidato. Mientras se purga a los tradicionales, se admiten al sacerdocio sujetos que tienen toda una serie de problemas no resueltos, normalmente adultos, pero que satisfacen las ideas del formador: “Piensas como yo, eres como yo”, entonces está bien.
Algunas perpejidades sobre últimos nombramientos en el Vaticano. Marta Cartabia es nombrada miembro, ni siquiera consultora, sino miembro, de un dicasterio que nada tiene que ver con lo que esta mujer ha hecho en su vida. Excelente jurista, por supuesto, pero ¿qué tiene que ver con la evangelización?. Como consultora, Chiara Amirante, al frente de una asociación laica que tiene más abusos de conciencia que miembros. Laicos que realizan actividades de «escucha» que son verdaderas intrusiones en la vida privada y envilecimiento de la figura sacerdotal. Algunos malvados ven en todo esto el deseo de apoderarse del ‘tesoretto’ de Propaganda Fidei y son muy conscientes de que cuando el dinero llega a la APSA, es difícil entender dónde termina. Francisco pide a todos que sean pobres, pero cuando hay necesidad de financiar las Fundaciones que hablan de paz y los albergues de quién sabe quién, no repara en gastos. Nadie se pregunta a dónde va ese dinero. ¿Quién se beneficia realmente de ello?
Y terminamos con un ejemplo, podemos poner miles, para muestra un botón. Los fieles de Poirino, en Turín: «Estamos desconcertados y alarmados por la iniciativa promovida el pasado 20 de abril por la parroquia de Santa Maria Maggiore en el municipio de Poirino, en la provincia de Turín, con el tema “El amor en sus formas y expresiones: sexualidad, emociones, sentimientos. Lgbtq+, entre el conocimiento y el respeto” y con el párroco Don Domenico Cravero, “consultor en sexología”. «Estamos aún más desconcertados y sinceramente sorprendidos por el silencio de Monseñor Roberto Repole, arzobispo de Turín, a quien apelamos con dos cartas oficiales, antes de que se llevara a cabo el evento en sí. La única respuesta que recibimos fue que el arzobispo «ha sido informado», pero no hemos tenido más comentarios ni el más mínimo compromiso con una intervención que, en cambio, parecía coherente y cumplida. La ideología de género, llevada adelante precisamente por el mundo Lgbtqia+, ha sido de hecho condenada varias veces por el Papa Francisco durante su Pontificado. Una ideología que apunta al desmantelamiento sistemático de la familia natural fundada por un hombre y una mujer y del derecho de todo niño a tener una madre y un padre, así como la libertad educativa de este último. Por lo tanto, no vemos ninguna razón plausible para que el arzobispo no haya intervenido para bloquear esta iniciativa».
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre».
Buena lectura.
No hay vocaciones porque Jesús mismo no suscita vocaciones apostáticas que sean educadas en la falsa Iglesia de Overbeck, de James Martin y de Paglia. En la ecuación han omitido a Jesús, porque él es la fuente de la vocación, y no va a enviar vocaciones a seminarios anticatólicos que se hacen pasar por falsamente católicos… ¿O es que se piensan que Jesús es tonto?
De nada en absoluto, nunca jamás, no sirve que Francisco diga por la boca y escriba con su mano que condena los vientres de alquiler, la eutanasia y el mundo Lgbtqia+, ésta como la ideología que apunta al desmantelamiento sistemático de la familia natural fundada por un hombre y una mujer y del derecho de todo niño a tener una madre y un padre, así como la libertad educativa de este último.
Todo eso es inútil, estéril e inicuo…
… si omite su deber ineludible como pastor supremo de tomar la debida decisión en defensa de la Fé católica, si tolera y disimula, ante la existencia de esta demoníaca falsa iglesia de los obispos apostáticos alemanes, de la Iglesia de Overbeck, de James Martin o de Paglia, y de la Iglesia Patriótica china, interviniendo para bloquear todas las iniciativas heréticas, y excomulgando o suspendiendo a todos los contraventores…
… porque Francisco se hace cómplice del cisma y de herejía por la vía de la omisión y colabora y coopera con ellos a través de la tolerancia y el disimulo.
Obras y no palabras…
Cómo está Specola hoy… La casa del terror.