El tema de la pedofilia en Chile parece que se complica por momentos. La caza de brujas ha iniciado y ya empiezan a aparecer los primeros «yo no he sido» intentando defender su limpieza en este confuso proceso. Los sacros palacios son un hervidero de noticias y rumores . El Papa Francisco quiere llegar a fondo en un tema en el que ha quedado tan mal que se ha visto obligado a reconocerlo públicamente y con gran solemnidad. La presencia en Roma de los obispos de Chile y de las víctimas está abriendo nuevos capítulos en un tema que se ha querido cerrar en falso, como tantos otros, y este además con reiteradas declaraciones airadas del pontífice.
Por la parte eclesiástica ha iniciado la búsqueda del culpable y los dedos apuntan a Sodano y al actual nuncio en Chile. Del primero siempre se puede dudar y se recuerdan episodios vividos con el fundador de los legionarios en que tuvo un papel muy relevante y para nada honorable, desde las primeras acusaciones de un gran nuncio español que fue ascendido a Lituania y sustituido por un amigo de Maciel. El nuncio lo ponemos en duda. Los nuncios no mueven un dedo sin ordenes precisas de sus superiores y esperan ordenes también precisas para actuar, es su forma habitual de proceder y no creemos que en cosa tan delicada se complicara la vida. Otra cosa es que seguro que vio como otros se la complicaban y quedo callado esperando el desastre que ha llegado y tendrá el argumento de que «si me hubieran hecho caso esto no habría pasado». El hervidero de rumores apunta al mundo jesuita y a un famoso padre madrileño de gran predicamento, y muy amigo de meter las narices en todas las salsas, que parece recibió largas visitas del obispo Barros previas a su ordenación y que realizó algunos viajes a ultramar. Estamos seguros que pronto sabremos si es un bulo o los hechos certifican el informe jesuítico del que el Papa Francisco se habría fiado. Los obispos de Chile no paran de repetir, por ahora sottovoce, que con ellos no se ha contado para nada en todo esto.
La carta del Papa Francisco a los obispos de Chile ordenando su publicación ha sembrado dudas y no pocas y nadie sabe de todo este lío que es verdad o que no lo es. Se han tomado decisiones equivocadas pero no se dice cuales. Además este reconocimiento de equivocación papal está activando a otras víctimas que piden que se reabra su caso de nuevo, en especial las del fundador de los Legionario de Cristo, y nos tememos que no serán las últimas.
No aclarar las cosas lleva a que se siembren dudas sobre personas honestas, y eso es una tremenda injusticia, y todo por dejar que se escondan los verdaderos culpables a los que no dudamos que se deben estregar al brazo secular. No son actuaciones que se puedan disculpar y la más mínima sospecha de ello condena y mancha a toda la Iglesia. La complicada situación del caso Capella será una prueba de fuego que es necesario superar y demostrar que la tolerancia cero es verdad y que se castigan los delitos de verdad. Es este caso el Papa Francisco, muy a su pesar, es el brazo espiritual pero también el secular y con plenitud de poderes y no puede mirar a otra parte porque no hay parte a la que mirar.
La televisión de los obispos italianos emite un especial sobre los 91 años del Papa Benedicto XVI. Su cumpleaños es el día 16 de abril. El proceso del Cardenal Pell va adelante y ya se habla dentro de los sacros muros de hacer leña del árbol caído. Otra historia que no parece que apunte a un buen final.
Buena lectura.
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El caso Maciel se cerró en falso pues, con la excusa de no hacer una caza de brujas, se ha permitido seguir vivitos y coleando a quienes sabían y no hablaban, por una obediencia mal entendida, por lo que consintieron y hasta fomentaron. No me extrañaría que el caso Maciel y su reapertura provocara la extinción de una congregación que, a pesar de su buena doctrina, no es de fiar. Maciel y macilitos son desgraciadamente inseparables.
Alguien informó muy mal, pero otro alguien, de rango superior, eligió al desinformador y se dejó informar muy mal en contra de demasiadas voces, a las que calificó innecesariamente de calumniadoras. Deben marcharse uno y otro, sobre todo el segundo, por acusar de calumniadoras a las víctimas. ¡ Lo nunca visto ! ¡ Basta de lagrimitas teatrales y asúmase la responsabilidad por culpa in eligiendo y escuchar sólo su voz en contra de tantas voces unánimes!
Por cierto, habrá muchos más barros y lodos si Francisco continúa fomentando alegremente la homosexualidad en la Iglesia, pues la pederastia está vinculada con la homosexualidad clerical en más de un 80% de los casos. Este es otro gravísimo error, por el que debería asumir su responsabilidad, pero no lo hará. Ni siquiera pedirá perdón por su desgraciado quien soy yo. Ruego a Infovaticana un artículo al respecto, pues ahí se encuentra la madre del cordero, no tan cordero.