Comenzamos semana, las noticias continúan y todo presagia que entramos en un otoño caliente. El Papa Francisco es consciente de que su tiempo se termina, por mucho que quiera durar, Dios sabrá cuánto, no puede ser mucho. Ya al comienzo del pontificado decía con frecuencia que tenemos poco tiempo y hay que hacer las cosas para que no sea posible una vuelta atrás. Han pasado ocho años y, por mucho que dure, el discurso está agotado y los hechos no llegan. Los que esperaban de este pontificado una refundación de la iglesia según el ‘espíritu’ conciliar van muriendo sin ver sus sueños hechos realidad. La Iglesia se enfrenta a una de las crisis más profundas de su historia porque afecta a la falta de fe en sus filas y con estos burros es imposible salir de esta espiral de confusión que no termina.
El Papa Francisco no pierde ocasión para cultivar amistades, ¿complicidades? externas y eliminar la disidencia interna. El arma preferida es desacreditar, ridiculizar, anular al adversario por todos los medios. Sus opositores son unos rígidos, disminuidos, pobrecillos, que no tiene nada que hacer. Siguiendo estos argumentos sostiene que en la Iglesia hay «quienes insisten en ocupar el lugar de Dios, pretendiendo modelar a la Iglesia sobre sus propias convicciones culturales e históricas, obligándola a fronteras». «Si la parroquia es la casa de todos en el barrio, no un club exclusivo, recomiendo: dejar las puertas y ventanas abiertas, no tomar solo en consideración que frecuentan o piensan como tú, que serán 3, 4, 5 por ciento, no más. Permitir que todos entren ”. El Papa Francisco sabe que no tiene una diócesis fácil y que los demás obispos ponen sus ojos en ella para ver que hace, decir es muy fácil: «Sería una tontería que la diócesis de Roma no se comprometiera» con el Sínodo, «una tontería para el Papa pero también para ti». Muchas ganas de sínodo no se ven, pero los italianos son maestros en las puestas en escena, y tendremos, sin duda un bellísimo e inútil sínodo.
El sur de Italia es territorio abonado por las distintas mafias que van extendiendo sus tentáculos hacia el norte. Los obispos de Calabria comenzaron su campaña electoral bajo la dirección de su presidente Vincenzo Bertolone, conocido como el obispo de la mafia. Su ‘renuncia’ ,adelantada por los medios del régimen, ha dejado descolocados a todos. Los medios de la zona lo definen como obispo ‘massomafioso’ que siempre ha cubierto las fechorías, esparciendo incienso y mentiras. En nombre del Padre, del Hijo y de la Iglesia Masónica … esto resume el legado que deja Bertolone, sus relaciones de complicidad y connivencia con la política mafiosa y con círculos empresariales sin escrúpulos. Bertolone soñaba con la púrpura en Palermo gracias a las incrustaciones de «Ndrangheta en muchos colaboradores de los obispos».
La Iglesia católica tendrá que afrontar dos retos clave en los próximos meses en Italia: la votación sobre la eutanasia y la votación sobre la legalización del cannabis. Los círculos eclesiásticos, por doctrina y tradición, se opondrían tanto a legalizar las prácticas de eutanasia como a cambiar el marco legislativo sobre las llamadas «drogas blandas». La dirección relativista que ha tomado el mundo es clara y la duda es el peso que tiene todavía el catolicismo en Italia. Ya no son tiempos de «ruinismo» que en 1997 lo tenía muy claro: «El estado que legaliza las drogas blandas es un asesino». El Papa Francisco y su «Iglesia en salida» corren el riesgo de tener que abrazar un mundo en continua evolución, mientras que la «excepción italiana», como la llamó San Juan Pablo II, podría dejar de diferenciarse de otras naciones. Hace veinte años, pensar que Italia estaba tomando un camino «holandés», no era predecible.
Al final del ángelus el Papa Francisco: “Deseo asegurar mis oraciones a las personas que están injustamente detenidas en países extranjeros”. «Espero que en el cumplimiento diligente de la justicia estas personas puedan regresar a su patria lo antes posible». No está claro a quién se refiere exactamente el Papa Francisco, pero la alusión a «países extranjeros» nos hace pensar en los miles de niños en campos y cárceles del norte de Siria. Varios sacerdotes y dos obispos ortodoxos secuestrados en Siria en los últimos años siguen en manos de ISIS. También se han producido secuestros en los últimos meses en Haití y en varios países africanos, en particular en Nigeria, con los estudiantes secuestrados por Boko Haram. En Guantánamo quedan 40 detenidos, 17 clasificados como «detenidos de alto valor» y el amigo Biden no se ha pronunciado, Obama firmó la orden de cierre.
La situación carcelaria en Italia es preocupante y a 31 de diciembre de 2020, 53.364 presos estaban presentes en las cárceles italianas, de los cuales 17.344 eran de nacionalidad distinta a la italiana. Por tanto, el 32,5% de los detenidos eran de origen extranjero cuando los extranjeros residentes constituyen el 8,7% de la población. El continente más representado es África, con 9.261: Marruecos con 3.308, Túnez con 1.775 y Nigeria con 1.451. El 18,1% de los extranjeros se encontraban en prisión a la espera del primer juicio, con muchos casos de detenciones arbitrarias. Como hemos recordado estos días, el Papa Francisco no predica con el ejemplo y sus reinos son ejemplo de todo tipo de prácticas anómalas en los procesos judiciales que hace que las penas sean impuestas antes de la sentencia y se abuse de los procesos administrativos anulando la presunción de inocencia y el derecho de defensa.
Las historias del Vaticano son, por su propia naturaleza, muy novelescas. Hoy se retoma en entregas el caso, nunca aclarado, del coronel Alois Estermann, el jefe de la Guardia Suiza que salvó al Papa Juan Pablo II del ataque de 1981, su esposa Gladys Meza Romero, una profesora venezolana de 49 años, Cedric Tornay, cabo adjunto de 23 años. La noche del 4 de mayo de 1998 en el Vaticano se producía el triple asesinato. Estermann recién nombrado jefe de la Guardia Suiza y justo antes de ser asesinado, concede una entrevista al Mensajero: “Hay muchas ideas para fortalecer el Cuerpo, se trata de educar más a los guardias y prepararlos cada vez más. Con apenas cien hombres ya hacemos mucho trabajo, pero hay que mejorar muchas cosas».
Tenemos novela “Il Tesoriere” de Gianluca Calvosa. La historia comienza después de la Segunda Guerra Mundial y puede ser muy útil para interpretar el futuro que ya ha comenzado. Roma en el centro de la línea, con Italia y el Vaticano, ambientada entre el 72 y el 76 la CIA, la KGB o el IOR, un Marcinkus muy reconocible, las Brigadas Rojas, el secuestro Aldo Moro, un río de dinero que venía de Moscú. «Il Tesoriere» debe leerse no solo desde un punto de vista histórico: ¿quién es hoy el nuevo “tesorero”?
«…nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.»
Buena lectura.
El Papa Francisco no pierde ocasión para cultivar amistades, ¿complicidades? externas y eliminar la disidencia interna. El arma preferida es desacreditar, ridiculizar, anular al adversario por todos los medios. Sus opositores son unos rígidos, disminuidos, pobrecillos, que no tiene nada que hacer. Siguiendo estos argumentos sostiene que en la Iglesia hay «quienes insisten en ocupar el lugar de Dios, pretendiendo modelar a la Iglesia sobre sus propias convicciones culturales e históricas, obligándola a fronteras». «Si la parroquia es la casa de todos en el barrio, no un club exclusivo, recomiendo: dejar las puertas y ventanas abiertas, no tomar solo en consideración que frecuentan o piensan como tú, que serán 3, 4, 5 por ciento, no más. Permitir que todos entren ”
El Papa Francisco es un ejemplo de rigidez.
Primero, la rigidez en la imprudencia, porque en la Iglesia parroquial no puede entrar todo el mundo que quiera, dado que una parroquia debe ser preferentemente para la salvación de las almas de la Iglesia doméstica domiciliada a su entorno. Además, Jesús dijo que no hemos de dar nuestras perlas y joyas a los perros y los cerdos, no sea que las pisoteen y encima nos muerdan…
Segundo, su rigidez doctrinal en no contestar a las dubia sobre la herética proposición suya, aprobada en Amoris laetitia, capítulo octavo, y en el rescripto de 5 de junio del 2017 qué es lo eleva a magisterio auténtico, y qué es la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes. Las dubias se le plantearon en el 2016 y ya llevamos casi 6 años con su rígido silencio, que ya es equivalente a la contumacia y pertinacia, es decir, la actitud obstinada y cabezuda de mantenerse conscientemente en un error grave contra la verdad divinamente revelada, lo que se subsume en la herejía y en la pérdida de la comunión con la Iglesia Católica.
Sus acusaciones de rigidez son absolutamente falsas y se corresponden con una actitud totalmente contraria a la que debe ser un Papa, que es defender martirialmente la verdadera fe católica para la salvación de las almas. Es una blasfemia sacrílega acusar a quienes defienden la fe, la moral, la liturgia y la eclesiología verdaderamente católica con su denigrativo calificativo de rigidez.