Otro día lleno de muchas y muy interesantes noticias que ponen a prueba nuestro trabajo, una vez más, vamos a intentarlo.
Otra entrevista al Papa Francisco con una cadena portuguesa que será transmitida integra el día 12 de septiembre y de la que tenemos algún adelanto. Muchos titulares hoy sobre la ‘imposibilidad médica’ de viajar a Ucrania y a Rusia: “El médico me lo ha prohibido”. «La visita está en el aire. Todavía no lo sé. Mañana tengo una conversación telefónica con el presidente Zelensky. A ver». El camino del diálogo como posible solución al conflicto ucraniano “es difícil”. “Ahora no puedo ir porque después del viaje a Canadá la recuperación de mi rodilla fue un poco resentida y el médico me prohibió hago lo que puedo. Y pido a cada uno que haga lo que pueda. Entre todos, algo se puede hacer. Acompaño todo lo que puedo con mi dolor y oraciones. Pero la situación es verdaderamente trágica”. La pertinaz y caprichosa rodilla pontificia vuelve a ser la causa de no ir a Rusia ni a Ucrania, pero no es impedimento para presentarse en Kazajstán, del 13 al 15 de septiembre. Ya hemos vivido los caprichos ‘rodilliles’, Africa puede esperar, en Canadá la rodilla funciona mejor. Lo curioso de estos caprichos es que un parte médico, serio y firmado, no lo tenemos, ni lo tendremos nunca, seguiremos con la pertinaz rodilla.
En la adelanto de entrevista entra el tema de los abusos: «Una monstruosidad. Un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es un abusador. No puede. Por qué está enfermo o es un delincuente, no lo sé». «No sé. El sacerdote existe para dirigir a los hombres hacia Dios y no para destruir a los hombres en nombre de Dios. Tolerancia cero. Y debe seguir siendo así». Bergoglio subrayó que «no es el celibato de los sacerdotes», la razón de ser los abusos, como algunos creen. «El abuso es una cosa destructiva, humanamente diabólica». «En las familias no hay celibato y se da. Así que es simplemente la monstruosidad de un hombre o una mujer en la Iglesia que está psicológicamente enfermo o malévolo y usa su posición para su propia satisfacción personal. Es diabólico”. “Pero lo que no se sabe, porque aún se esconde, son los abusos dentro de la familia. No recuerdo el porcentaje, pero creo que es el 42% o el 46% de los abusos que pasan en la familia o en el barrio. Y esto se oculta”.
Van saliendo interesantes artículos a consecuencia del consistorio del silencio y de los principios identificables en la Praedicate Evangelium. Lo paradójico, es que el Papa Francisco quiere ser el Papa que ponga en práctica el Concilio, pero ha puesto los principios por los que todo el Concilio Vaticano II puede ser cuestionado. Mellino, Secretario del Consejo Cardenalicio, en un documento enviado a todos los cardenales explicó que el hecho de que los laicos puedan colaborar en el gobierno significa que pueden participar en el gobierno en el que los obispos participan por vocación, afirmando que esta definición no es contraria al derecho canónico. Esta interpretación deja mucho que desear y Rouco Varela, Ouellet e incluso Kasper, cuestionaron esta decisión de centralizar todo en manos del Papa en última instancia, incluso la distribución del poder, estaba en el espíritu del Concilio Vaticano II.
El historiador Alberto Melloni ha denunciado el giro anticonciliar del Papa Francisco, quien, en lugar de delegar, centra cada vez más sus poderes en sí mismo. Parece que el poder proviene únicamente del Papa, anulando la potestas gubernandi conferida por el sacramento del Orden. Los obispos, también el de Roma, son iguales en dignidad, con los mismos poderes, con la misma plenitud de poder. No es casualidad que muchas de las intervenciones preparadas para el Consistorio, y no pronunciadas, fueran precisamente en esta dirección. La propia Constitución pone en peligro el Concilio, puede ser fácil argumentar que la liturgia y el gobierno son temas muy diferentes, pero por diferentes que sean, el principio subyacente sigue siendo el mismo. Al final hay una contradicción, una más, de todas las que impregnan las acciones del pontificado del Papa Francisco, un pontificado fluido, bipolar y, por tanto, difícil de interpretar.
El Papa Francisco defiende al obispo amigo Gustavo Zanchetta, mientras puede y a pesar de las abrumadoras acusaciones en su contra, asignándolo a trabajar en el Vaticano y respetando el principio de presunción de inocencia. Pero al mismo tiempo le pide al cardenal Becciu que renuncie a todos sus cargos y prerrogativas, condenándolo efectivamente a la picota de los medios incluso antes de que se empiece un juicio. Defiende la sacrosanta tolerancia cero contra los abusos, y entra en la revisión de los juicios del Padre Mario Inzoli o del Padre Grassi en Argentina. Acepta un documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dice que no, las parejas homosexuales no pueden ser bendecidas, pero inmediatamente desautoriza el documento, porque es muy criticado por los medios. Argumenta, con razón, que el Sínodo no es un parlamento, pero publica todos los votos de los párrafos del documento final, y todas las secciones, incluso las no aprobadas, distinguiendo en el resultado entre opiniones mayoritarias y de oposición. Quiere estar cerca de Ucrania, pero no puede distanciarse de las noticias que salen de los análisis superficiales de los periódicos. Se queja de la comunicación de la Santa Sede y en lugar de ayudarla, da entrevistas sin parar. Se dice que para los jesuitas no existe el principio de no contradicción, dos más dos no siempre es cuatro, a veces puede ser 5.
Consejos doy, el Papa Francisco que ha recibido a los responsables de Cáritas en España: “Por favor, atención a los recursos, pero no caigan en el gran negocio de la caridad, donde el 40, 50, 60% de los recursos se destinan a pagar los sueldos de quienes trabajan allí”. “Hay empresas en Europa, hay, perdón, movimientos de instituciones de caridad, que llegan al 60%, creo que es demasiado… Pero el 40% y más se destina a salarios”. “No. ¡La menor cantidad de mediaciones posible! Y los que existen, en la medida de lo posible, por vocación, no por trabajo, ven que te doy trabajo en Cáritas… ‘No, no. Esto no está bien». Otra bipolaridad, en el Vaticano ya quisiéramos que ‘solo’ el 60% fuera para salarios; del Óbolo de San Pedro, en proceso de extinción, todo.
Seguimos con declaraciones de los nuevos cardenales. En la iglesia hemos estado muy malacostumbrados porque hasta los tiempos conciliares se valoraba el mérito y quien llegaba a obispo, no digamos a cardenal, solía gozar de un impresionante curriculum y de una vida personal ejemplar, hoy no es así. Otro que manifiesta todo lo que lleva dentro, poco y malo, es el arzobispo de Manaus Ulrich Steiener: «la Iglesia no debe imponer la moralidad a los no cristianos». Cree, ya lo creía, no es una efusión de la púrpura que «las uniones civiles entre homosexuales deben no solo ser reconocidas sino totalmente legalizadas».
Ya en 2014, a una pregunta específica: «dado que la enseñanza de la Iglesia sobre el pecado de los actos homosexuales es parte del depósito de la fe, ¿cómo justifica el reconocimiento legal de tales uniones?»: «Muchos de ellos viven juntos hasta el final de su vida sin seguridad», «Ellos no tienen asistencia de los servicios de salud. Esto es muy serio. He visto a gente llegar al final sin dinero». “Esta no es una cuestión fundamentalmente moral. Es toda una vida. Esta es una pregunta sobre un hijo de Dios». «¿Cómo podemos saber si es pecado si no se vive la fe cristiana?». «Debe haber un diálogo sobre los derechos a la vida compartida entre personas del mismo sexo que deciden vivir juntas. Necesitan el respaldo legal de la empresa».
El papable Zuppi en la larga entrevista ya citada al «Osservatore Romano» ha recordado «a través del brillante ejemplo de la relación y de la estima de don Giussani con Pier Paolo Pasolini, reconocidamente homosexual, cómo la Iglesia debe tener una «actitud de acogida» y sin prejuicios, mientras que a menudo se nos identifica como críticos a priori, incluso cuando tal vez no lo somos […]. el Evangelio es la verdad pero es muy diferente de la actitud farisaica, que comunica la Ley, mientras que el Evangelio nos pide comunicar el Amor. Decirles la ley es condenarlos. No podemos usar el evangelio como un club. La misericordia, la escucha sin prejuicios, la atención pastoral”.
Filippo Di Giacomo nos ofrece un interesante artículo en República sobre la nueva definición del Banco del Vaticano, el IOR. «Puede deducirse que el APSA ve reafirmado su papel de banco central y fondo soberano, y el IOR sería considerado una especie de banco mercantil. A mediados de los 80, tras el escándalo del Banco Ambrosiano, el IOR dejó de producir beneficios y las grandes órdenes y congregaciones religiosas retiraron sus fondos. Una cosa es segura: toda la liquidez de la Santa Sede, incluso la del Estado de la Ciudad del Vaticano que no publica sus cuentas desde 2015, estará bajo el manto del IOR. Si la historia es maestra de vida, los ladrones del futuro lo tendrán mucho más fácil.
El Papa Benedicto XVI escribe al presidente del centro internacional de estudios gioaquinistas, Riccardo Succurro: «Cuando en los años 50 escribí mi obra sobre la Teología de la historia de san Buenaventura, tuve que utilizar la edición del siglo XVI , publicado en la República de Venecia. En ese momento, Gioacchino da Fiore todavía era considerado un soñador cuya obra preferían silenciar. Desde entonces la obra de Joaquín ha estado en el centro de amplios debates y el silencioso abad de Fiore se asombraría de todo lo que hoy se le atribuye”. «Por eso representa una necesidad absoluta la publicación de una edición crítica moderna de sus escritos, que usted correspondió con su Centro Internacional de Estudios Gioachimiti».
El «Pequeño Asistente de la Iglesia Católica», la aplicación católica más famosa utilizada por los fieles en toda China, ya no está disponible. Las autoridades comunistas no renovaron la licencia requerida para la publicación en línea, por lo que la aplicación fue bloqueada. CathAssist es una herramienta fundamental para muchos fieles, no solo porque traduce al chino los vídeos de las audiencias generales y del Ángelus del Papa, sino también porque ofrece todos los días la oportunidad de seguir la Misa online, leer el Evangelio y numerosos comentarios sobre la Biblia. Mientras Parolin está feliz por la continuidad de los acuerdos, los chinos piden a la Iglesia católica «adaptarse mejor a la sociedad socialista», y que «su liderazgo debe permanecer en manos de quienes aman la patria y la religión».
«…salta de Él una fuerza que los curaba a todos».
Buena lectura.