Un tema recurrente en los últimos decenios es la famosa «lobby gay» existente en el Vaticano y al interior de la estructura jerárquica de la iglesia católica. Creemos que nos movemos en arenas movedizas como en otros ámbitos. El mismo Papa Francisco ha dicho que la pertenecía a esta y otras «lobbys» o grupos de presión no aparece en el carnet de identidad, como chiste puede valer pero el problema existe. Los mismo que la masonería y otros grupos «discretos» no contamos con documentación que acredite si una persona pertenece o no a ellos salvo la confesión propia.
Estamos asistiendo en estas últimas semanas a la destitución de altísimos exponentes de la jerarquía, cardenales y obispos, que han llevado durante decenios una doble vida en donde era habituales las relaciones de tipo homosexual. El cardenal emérito de Washington, antes el de Inglaterra, obispos muy comentados como el caso del auxiliar de Maradiaga y la lista podría continuar. Es imposible el no pensar en que una situación así pueda darse y prolongarse en el tiempo sin la existencia de complicidades a todos los niveles.
La situación chilena, que no puede ser sólo chilena, se ha dado y se da en otras latitudes. La justicia chilena está confiscando archivos de algunas diócesis y pidiendo los informes de los visitadores pontificios que parecen olvidar que están tratando con delitos y no menores. Nos llegan informaciones preocupantes de obispos que están limpiando sus archivos antes el riesgo se su divulgación y que olvidan que pasaran, antes o después, como encubridores de asquerosos delitos. La Verdad nos hará libres y esto afecta también a estas cosas. En Italia sigue la polémica por el caso Zenotti, los detractores y defensores inundan las redes sociales. Los capuchinos, orden a la que pertenece, han puesto distancias. La cosa entre en via judicial y no huele bien.
la Conferencia Episcopal Italiana ha publicado una carta de «clarificación» sobre la cosa de los inmigrantes y ya le están creciendo los enanos. El obispo de Ventimiglia, el puesto fronterizo con Francia, se ha enfadado y ha publicado una larga respuesta donde viene a decir que antes de hablar les convenía conocer mejor la situación y dejarse de proclamas absurdas. Son muchos los que se ven reflejados en el cabreo del obispo de Ventimiglia.
La pedofilia en un mal extendido, aquí la traemos porque si es un crimen asqueroso lo es mucho más cuando afecta a la iglesia que debe ser un sitio seguro, el más seguro, para niños y jóvenes. Hoy sabemos el Principe Carlos, como heredero de la corona que en Inglaterra es además la cabeza de la iglesia, ha declarado en un juicio por pedofilia a un obispo muy conocido de esta iglesia nacional.
Los tiempos cambian y mucho más deprisa de lo que pensamos. El embajador Ruso en Vaticano se muestra contento de ayudar a la Santa Sede a defender los valores cristianos en donde siempre Rusia será una aliada. Vivir para ver. Lo que han cambiado los tiempos entre el Peppone comunista de Don Camillo y la Rusia actual.
Buena lectura.
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