«Si el enemigo se equivoca, no lo distraigas», es una de las muchas frases que vienen atribuidas a Napoleón. Los países occidentales y muy especialmente nuestra Europa desUnida, han perdido el norte y han tomado una dirección que parece buscar los intereses de los que buscas su muerte. El intento de implantar el nuevo orden mundial está destruyendo a Europa en sus raíces, le está cortando sus fuentes de vida y está haciendo que se marchite. Las raíces de Europa son cristianas. Sin el cristianismo Europa dejará de existir tal como la conocemos. El Islam tiene un proyecto global y podemos decir que hacen bien en tenerlo. Lo triste es que su proyecto pasa por nuestra desaparición y nosotros no tenemos un proyecto ni global ni de barrio. Aprovechando nuestros errores nos están invadiendo con la lógica intención de imponer su forma de vida.
El cristianismo, y muy especialmente la iglesia católica, ha sido durante siglos el motor de una cultura y forma de vida que ha transformado el viejo y el nuevo mundo. Es claro que llevamos mucho tiempo viendo como se quiere eliminar todo esto. Sabemos que son tiempos difíciles pero la historia nos enseña que no hay renacimiento sin purificación y que este periodo será la semilla de una nueva edad del cristianismo que ahora no somos capaces ni de imaginar. Seguimos con nuestras luchas viejas y de viejos que no llevan a nada. El día 6 de agosto celebramos los 40 años de la muerte de Pablo VI que indudablemente es la imagen de un tiempo que todavía permanece.
Los temas de abusos a menores y todo lo que lo rodea sigue con nuevos capítulos. Chile mira a Irlanda y se habla de como el «justicialismo» ha asaltado la iglesia. Se quiere copiar lo sucedido en Irlanda y poner en el punto de mira al Vaticano. Lo del ex cardenal Mc Carrick continua. Las universidades que le habían otorgado títulos, imaginamos que los honoris causa, se los están retirando. Los ojos se centran cada vez más en su entorno y muy especialmente en Farrell que puede pasar a la historia como ejemplo de sordo y mudo y un poco alelado. Claramente su función al frente del dicasterio de laicos, familia y vida está más que amortizada.
El Papa Francisco ha recibido a Franco. Que no se asusten los lectores españoles que por ahora creemos que sigue en su tumba del valle. Es la madre de Marielle Franco, activista asesinada en Brasil, una de las grandes defensoras de Lula y de su libertad. Se ve que al Papa Francisco le gusta Lula, que se vuelve a presentar a las elecciones, y está haciendo lo imposible por el amigo encarcelado. Extrañas compañías sin duda las que rodean al pontífice.
El tema de la pena de muerte colea y se siguen dando argumentos en un sentido y en otro.
En la audiencia pública del miércoles un pro aborto argentino ha entregado al Papa Francisco el pañuelo verde símbolo de los defensores de que se apruebe el asesinato de niños inocentes. Evidentemente es una trampa y como tal se ha interpretado. Es lo que tiene el silencio en quien habitualmente opina de todo.
El día 4 es la fiesta del cura de Ars, patrono de los sacerdotes y gran devoto de san Juan Bautista.
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.»
Buena lectura
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