Empezamos repitiendo una cita ya citada en nuestra Specola: «Ya no estamos enojados. Simplemente estamos cansados. Cansados de que la ambigüedad sea utilizada como arma, cansados de los escándalos, cansados de verlo congraciarse con las peores personas del mundo. La forma de este pontificado es clara y la memoria histórica no será misericordiosa con ella. Si bien Francisco todavía puede causar daño antes de su juicio particular, la mayoría de nosotros simplemente estamos esperando hasta tener un nuevo Papa que esperamos pueda ayudar a limpiar el desastre. Hasta entonces, seguiremos viviendo nuestra fe con perseverancia, ya que «la tribulación produce paciencia, la paciencia virtud probada y la virtud probada esperanza» (Romanos 5,3-5)».
El cansancio no termina, tenemos al Tucho callado, más que un muerto, y el Papa Francisco vuelve a defender lo indefendible con otra entrevista, que pereza, inmensa pereza. Ya tenemos una verdadera enciclopedia con argumentos muy sólidos contra fiducia suplicans y la tormenta no amaina. Agotado el argumento buenista de que hay que estar con el papa, diga lo que diga, ahora hemos pasado directamente al capítulo de los insultos pontificios. Empezamos por lo del ‘grupúsculo ideoligizado’, poco efecto ha tenido y se han seguido sumando ‘ideologizados’ orgullosos de su condición. Hoy damos un paso más, en una nueva entrevista el Papa Francisco sube el listón y ahora los opositores son ‘hipócritas’. Pues muchas gracias, santidad, por lo que nos toca, si es por esto, ‘orgullosamente hipócritas’.
Quarracino se pregunta: «¿Papa Dictador, Papa déspota? ¿También Papa hipócrita?». «A sus facetas de “Papa dictador” (sir Henry Sire dixit) y de “Papa déspota”, don Jorge Mario Bergoglio ha mostrado como Pontífice un nuevo rostro: el de la hipocresía, un rasgo muy característico de la soberbia jesuítica (no jesuita) que cree que todo le está permitido, incluso mentir». Quarracino lo dice muy bien y hacemos nuestras sus palabras. «En el día de ayer, 7 de febrero, el obispo de Roma concedió una entrevista al semanario italiano Credere, del Gruppo Editoriale San Paolo». «En un tramo de la entrevista, al referirse a las críticas suscitadas mundialmente en el seno de la Iglesia Católica respecto a la bochornosa Declaración Fiducia Supplicans, Bergoglio afirmó que “Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente: y esto es un pecado gravísimo. Mientras que se escandaliza si se la doy a un homosexual…. ¡Esto es hipocresía! El corazón del documento es la hospitalidad”.
Hay un antiguo lema o refrán español que dice “el hombre es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios”. La acusación de hipocresía que don Jorge Mario lanza contra los críticos de la bendición abominable se vuelve contra él, como modelo o paradigma del ejercicio de la hipocresía. En primer lugar, somos muchos los que nos hemos escandalizado por las numerosas ocasiones en que “Su Santidad” ha bendecido no sólo a empresarios explotadores, sino a promotores del genocidio del aborto, a quienes además les ha permitido comulgar en su presencia (el ex presidente argentino Alberto Fernández, la legisladora estadounidense Nancy Pelosi, etc.)».
«El actual Pontífice no ha tenido problema alguno en asociarse con la ultra minoritaria y poderosísima plutocracia globalista también promotora del genocidio prenatal a nivel mundial, nucleada en el Concejo para el Capitalismo Inclusivo, organismo creado y presidido por la baronesa Lynn Forester de Rothschild. Mucha “Iglesia pobre para los pobres”, pero don Jorge Mario no tiene problema alguno en ser socio -poeta bufón (según la misma Baronesa)- de algunos de los billonarios más poderosos del mundo».
«Del mismo modo que nos hemos escandalizado impulsados por una santa ira e indignación, cuando don Jorge Mario aprobó en forma acientífica e irresponsable el criminal experimento de la vacunación masiva en el mundo con un producto que no contaba ni cuenta hasta la fecha con ningún tipo de garantía científica. O cuando recibió en cálidas y amistosas audiencias al criminal presidente estadounidense Joseph Biden, a quien no sólo avaló en su genocida conducta abortista, sino que también lo ha respaldado con su silencio cómplice, al pretender el siniestro presidente extender el diabólico ejercicio del aborto voluntario hasta el momento del nacimiento de la criatura».
«Cosa extraña en un Pontífice, porque además miente hipócritamente cuando afirma que “nadie se escandaliza”: sabe muy bien que somos cientos de miles y millones los que nos escandalizamos, y se lo hemos hecho saber». «Pero además no niega que actúa como un auténtico hipócrita, ya que reconoce que bendice a empresarios explotadores y a genocidas confesos y públicos, lo cual es un “pecado gravísimo”: esclavo de sus palabras, lo confiesa él mismo».
«Y en segundo lugar, lamentablemente, nos sigue tomando por estúpidos o idiotas, porque vuelve a reiterar el argumento contradictorio, carente de toda lógica, que ya había afirmado en otra entrevista publicada el 29 de enero en La Stampa: “Pero no bendigo un ‘matrimonio homosexual’, bendigo a dos personas que se aman […]”. Pero en realidad, si se aman, están unidas, están aparejadas, con lo cual bendice la unión, cualquiera sea el nombre que le quiera dar. Hipocresía jesuítica en todo su esplendor».
«¿Y no es hipócrita también llenarse la boca con las “periferias” y poner a una británica de la alta sociedad y feminista a dar cátedra de la “ideología de genero y de la misión de la mujer en la Iglesia” al Concejo de 9 Cardenales que escuchan sumisos las “enseñanzas” de una “obispa” anglicana? ¿No hay mujeres católicas en las periferias -África, Asia- que puedan brindar su testimonio femenino fiel a Cristo y a su Iglesia? ¿Por qué tiene que ser una Barbie “british”, blanca, anglosajona, protestante?».
«¿Y no es hipócrita mantener un silencio absoluto frente al genocidio prenatal perpetrado el año pasado en el mundo, unos 45 millones de asesinados antes de nacer? ¿No es hipócrita criticar públicamente la pena de muerte y eliminarla del Catecismo de la Iglesia Católica, y al mismo tiempo no pronunciar una sola palabra condenatoria de semejante genocidio?. Resulta muy triste y da vergüenza ajena contemplar la degradación y decadencia de un prelado, para colmo compatriota, que pasó de promover la teología del pueblo y predicar la justicia social para convertirse en un bendecidor de la sodomía. Y ello en el mismo lugar en el que san Pedro y miles de cristianos fueron martirizados y enterrados. Del martirio cristiano a la sodomía jesuítica: además de bronca e indignación, suscita asco».
Pasamos a otro tema no menos escabroso. El mes pasado, monseñor Charles Scicluna, alto funcionario del Vaticano y asesor del Papa Francisco y arzobispo de Malta, dijo en una entrevista que la Iglesia Católica debería «reflexionar seriamente» sobre la posibilidad de permitir que los sacerdotes se casen. Palabras que obviamente fueron acogidas positivamente por el pensamiento dominante , pero que al mismo tiempo provocaron desorientación y disgusto en muchos católicos.
Sobre las declaraciones de monseñor Scicluna interviene ahora un experto en el tema del celibato eclesiástico: monseñor Cesare Bonivento. Misionero desde hace muchos años en Papúa Nueva Guinea para el PIME (Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras de Milán) y hoy obispo emérito, monseñor Bonivento (que a la hermosa edad de casi 84 años todavía trabaja como formador y asistente espiritual de los seminaristas) a la pregunta Al celibato eclesiástico le han dedicado profundos estudios, el último de los cuales es Celibato Eclesial y Continencia. Breve compendio histórico-teológico (publicación que aquí trató Duc in altum ) . Y desde lo más alto de su experiencia juzga las palabras de Scicluna no sólo erróneas sino también irresponsables.
Scicluna se dijo muy a favor del celibato opcional o, más claramente, de la posibilidad de permitir que los sacerdotes se casen. Además afirmó, el celibato «fue opcional durante el primer milenio de existencia de la Iglesia». Por tanto “debería volver a ser así”. Sus declaraciones han causado gran consternación entre muchos laicos y eclesiásticos, tanto por el papel desempeñado por Scicluna como porque son sustancialmente inexactas. Aunque la Iglesia católica siempre ha permitido el acceso a las órdenes sagradas tanto a los casados como a los célibes, sin embargo siempre ha requerido de todos los clérigos establecidos en órdenes sagradas la perfecta abstinencia de toda actividad sexual después de recibir la sagrada ordenación. Ni siquiera existe un documento del Magisterio católico, ya sea de la Iglesia occidental o oriental, que permita el matrimonio o el uso del matrimonio después de la recepción de las órdenes sagradas.
Esta disciplina, que lleva el nombre de «ley del celibato», siempre ha incluido la obligación de continencia perfecta para los casados que recibían las sagradas ordenaciones y la obligación del celibato perpetuo para los célibes que recibían las mismas sagradas ordenaciones. Cabe señalar que la disciplina en cuestión se remonta a los orígenes del cristianismo, derivando su enseñanza directamente de los apóstoles. La codificación de esta disciplina se produjo progresivamente a partir del Concilio de Elvira en 305, y luego con los concilios de Arles en 314, Amcyra en 314 y Neocesarea en 315, hasta el gran Concilio de Nicea en 325 que enseña la obligación del celibato y continencia para todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia Católica. Debemos concluir que la disciplina del celibato eclesiástico, de dos mil años de antigüedad, no es sólo una disciplina eclesial, sino una disciplina basada en el Misterio de Cristo. Si de algo peca Scicluna no es de valentía, sino de una gravísima imprudencia.
Tiene muy mala pinta y seguimos con casos de corrupción a la sombra del Vaticano. Gabriele Visco, hijo de un ex ministro, arrestado, tejió su red como se desprende de los documentos de la investigación. En el centro del caso: «Un contrato con el Vicariato de la Santa Sede destinado a la renovación de los edificios eclesiásticos, especialmente conventos, iglesias y dependencias». El tema huele muy mal: «Ahora me dan una caldera de repuesto para hacer pequeños trabajos… Tengo que dar el 10% a Parolin, que sería la oficina técnica». «El cardenal Parolin se encontró ayer por la tarde con Urso y le dejó la nota de nuestro amigo». «El cardenal dejó el documento… con mi nombre y apellido encima del Ministro». El 12 de abril de 2023 fue despedido, quizás, afirma él mismo, precisamente «a causa de las «iniciativas imprudentes con altos representantes de la Santa Sede».
El congreso internacional sobre la formación sacerdotal organizado por el Dicasterio para el Clero dedicó espacio a algunas intervenciones sobre la formación integral y la dimensión humana, afectiva, espiritual, intelectual y pastoral. Sobre el tema de la afectividad intervinieron la Reverenda Madre Martha Driscoll , OCSO, Abadesa emérita del Monasterio cisterciense de Gedono (Indonesia) y, por la tarde, Chiara D’Urbano , psicóloga y psicoterapeuta. El primer discurso de la mañana fue el del hermano Ravasi, que acompañó a los presentes en un viaje «un tanto curioso» porque se centró en el «cuerpo de Cristo, el cuerpo físico de Cristo, teniendo presente que el elemento central del cristianismo se resume en aquella deslumbrante frase del prólogo de Juan, 1, 14.
Zuppi está en Polonia y tenemos conferencia en Varsovia en la Universidad Cardenal Stefan Wyszyński. Mucha palabrería y muy pocos frutos, es como si se resistiera a reconocer que el ‘plan Zuppi’ no ha interesado a nadie. Las críticas más duras le vienen de fuego amigo. El Movimiento Internacional de Sacerdotes Casados, Zuppi es simplemente «un creador de palabras». En el pasado reciente se negó a dialogar con la familia de un sacerdote casado y sin trabajo, ignorando sus peticiones de ayuda para ser reintegrado a su puesto después de haber sufrido difamaciones y calumnias en Emilia Romagna .
Análisis publicado en el sitio web del Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan sobre «El suicidio de Occidente» y que tuvo lugar el miércoles 31 de enero en la Biblioteca del Senado con Airoma, Pappalardo, Mantovano, Marcello Pera y el cardenal Bagnasco. El título: “El arma suicida. Laicismo». «El laico que pretende ignorar la fe religiosa se encuentra finalmente falto de argumentos sobre el punto más delicado y decisivo: ¿cómo justificar los valores que fundamentan su querida sociedad, la democrática abierta y liberal?». «Las apreciaciones demócratas deben asumirse como indiscutibles , ya que, si fueran cuestionadas, la propia sociedad secular colapsaría, la razón secular no es una respuesta suficiente a la pregunta sobre los fundamentos de la sociedad secular, porque las razones de la razón secular no son seculares. En otras palabras, el secularismo no es autosuficiente».
Terminamos con Mons. Charles J. Chaput, en What we need to know, comenta “ Infalibilidad, integridad y obediencia: el papado y la Iglesia católica romana, 1848-2023 ”. «El problema surge cuando un Papa tiene ideas muy diferentes y proporciona directivas completamente diferentes a las de sus predecesores. Por lo tanto, cuestionar la discontinuidad resultante no puede dejar de parecer «desleal». Por tanto, el juicio de Rist sobre el pontificado de Francisco no puede sorprender a nadie. Su capítulo sobre el pontificado de Bergoglio se titula “ Peròn encuentra a Ignacio: liberalidad contra tradición ”. «La preocupación de Rist sobre una “infalibilidad progresiva” capaz de generar un papado despótico no puede descartarse fácilmente. Cualesquiera que sean sus defectos, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI utilizaron su autoridad de manera centrípeta . Cada uno de ellos intentó reunificar una Iglesia en modo centrífugo después del Vaticano II. El pontificado de Francisco tiene un espíritu completamente diferente».
«Lo que necesitamos ahora es que el papado regrese a su tarea principal de fortalecer y unir a los fieles. Esto requiere estabilidad, transparencia y aceptación de la paternidad espiritual. Gracias a las extraordinarias personalidades que ocuparon la Cátedra de San Pedro en el siglo pasado, el papado tendió a alimentar el culto a la personalidad». «El Papa, como sus colaboradores más cercanos, debe reflejar la virtud heroica y la santidad, y la historia habla del daño que sufre la Iglesia cuando esto no sucede».
«No está bien echarles a los perros el pan de los hijos».
Buena lectura.
Con estas declaraciones de Francisco ya se perfila más lo que algunos afirmaban como por ejemplo Seifer, que las teorías morales de Amoris laetitia del 2016 serían la bomba atómica que destruiría la fe y la moral católicas.
El proceso de destrucción de la moral y de la fe católicas sigue una estructura luterana: pasar de actos morales intrinsece malum a bonus imperfectum et incompletum, para finalmente acabar en actos intrinsece bonum.
INTRINSECE MALUM
Es el pecado objetivo que independientemente de la circunstancias o intenciones es malo de por sí. Impide recibir los sacramentos y los sacramentales como las bendiciones exequias y exorcismos, un tren sin parar robamos no permanezcan y tampoco ningún cargo u oficio
BONUM IMPERFECTUM ET INCOMPLETUM
Es un invento de los luteranos moderados por el que un acto moral intrínseco pierde dicha condición y pasa a ser un acto bueno incompleto e imperfecto por haber una culpa disminuida por la moral de la circunstancias y la moral de los bienes posibles presentes, que convierten en un acto objetivamente malo en santificador y salvador. Este es el punto en el que está Francisco con Amoris laetitia y Fiducia supplicants y todos los obispos y cardenales que lo apoyan.
El constructo es así:
a) pecado subjetivo: la culpa está disminuida por la presencia de circunstancias atenuantes o eximentes que determina la moral de las circunstancias. Esto se puede ver plenamente desarrollado en el capítulo octavo de Amoris laetitia.
b) la moral de los bienes presentes posibles: la relación fornicaria está animada principalmente por dos tipos de bienes interconectados entre sí:
i. el amor
ii. la ayuda mutua y solidaria
Esta moral también está desarrollada en Amoris laetitia.
INTRÍNSECE BONUM
Este es otro invento de los luteranos radicales y que ha sido asumido por el camino sinodal alemán.
Consiste en afirmar que todos los pecados objetivos son buenos Santos y salvadores por sí mismos porque son el pleno ejercicio del derecho humano a la libre autodeterminación de la voluntad.
No se necesita alegar la moral de las circunstancias ni tampoco la moral de los bienes posibles presentes.
En este punto Francisco aún no ha llegado porque ni siquiera ha podido implantar totalmente (ni podrá) en la Iglesia universal la herejía de los actos buenos imperfectos e incompletos.
SALVACIÓN DE LAS ALMAS
Este es el único principio supremo de la Iglesia salvar a las almas de la segunda muerte, ante el cual el resto de principios son secundarios y subordinados, en especial y en primer lugar, la suprema potestad del Papa.
Ante las dos heréticas Amoris laetitia y Fiducia supplicans, existen posibilidades de no aplicación:
1. Los presbíteros no deben de aplicarla aunque su obispo sí lo haga, aduciendo la verdadera doctrina
2. Los obispos o conferencias episcopales ortodoxas prohíben dentro de sus diócesis que ningún presbítero de dentro o bien presbítero, obispo o cardenal de fuera las aplique
3. Se plantea una Dubia y corrección formal completa al Papa
4. Se limita la plena potestad del Papa: se revisan todas las decisiones tomadas contrarias contra la ortodoxia, y toda nueva decisión debe de contar con el aval de un dictamen favorable aprobado por una comisión teológica
5. Se le pide al Papa que se retracte definitivamente de sus herejías y si no lo hace pasa estar automáticamente incurso en un delito de herejía sancionado con la plena y completa excomunión latae sententiae (automática) non declarata (sin juicio), lo que causa una sede impedida absoluta prorsus impedita, quedando la sede vacante y convocándose un cónclave para nombrar un nuevo Papa.
…
La herejía tiene una pena de excomunión por imperativo legal. Todo heresiarca se autoacusa, autoenjuicia y autocondena, porque en su fuero interno sabe que su decisión es un pecado y delito de herejía, pero consiente en aprobarla, publicarla y hacerla obligatoria y coercitiva en su fuero externo para toda la Iglesia.
Evidentemente si es un Papa heresiarca, el conocimiento y el consentimiento para cometer este delito y pecado de herejía es pleno y perfecto, porque tiene perfectos conocimientos jurídicos y teológicos (es obispo), y además cuenta con un organismo asesor que es Doctrina de la Fe.
Lo importante es recordar que lo único que vale esa salvación de las almas, cura animorum, tal como dice el canon 1752 del código de derecho canónico, y todo lo demás, el Papa, los cardenales y los obispos están subordinados a esto, y si no lo cumplen entonces ellos mismos se apartan de la plena comunión y por lo tanto ellos mismos se quitan toda legitimidad, autoridad y potestad.
1.Grupusculos ultra minoritarios son los sinvergüenzas de San Galo,y ese «duo de la africana»(más bien,de la americana) formado por Bergoglio y Trucho.
2.Para no salir de los sabios adagios,traer a
colación el que
dice que la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud(de ahí que Nuestro Señor,tras apostrofar a los hipócritas fariseos,dice a la gente que hagan lo que aquéllos dicen, pero no lo que practican.Sin embargo,lo que Bergoglio pretende es la rendición incondicional de la virtud ante el vicio.